El fenómeno de El Niño impactará la disponibilidad de peces, crustáceos y moluscos en los próximos meses, lo que complicará la vida de pescadores y comunidades que dependen de esta actividad.
El aumento de las temperaturas superficiales del mar en la región del Pacífico tropical central y oriental, característico del fenómeno, causaría cambios significativos en los ecosistemas marinos, advirtieron autoridades pesqueras y biólogos.
Con ellos coincidieron los propios pescadores, quienes prevén cambios en la migración, distribución de las especies marinas y los patrones de reproducción y alimentación.
Werner Stolz, director del Instituto Meteorológico Nacional, confirmó esta semana aumentos de temperaturas récord en las aguas superficiales, tanto del océano Atlántico como del Pacífico.
El director de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA), Ángel Herrera Ulloa, por su parte, explicó que será en agosto cuando se podrá evaluar el verdadero impacto del incremento de la temperatura superficial del agua, lo que probablemente llevará a los animales a buscar aguas más frescas en las profundidades, lo que afectará a los pescadores, tanto en las zonas costeras como en alta mar.
“Las artes de pesca no llegan a esas profundidades. Hay que llamar la atención que las más afectadas serán las comunidades costeras, sobre todo, las mujeres y sus hijos, y ojalá se les mejoren las condiciones para que dejen de vivir de un recurso cada vez más escaso”, indicó Herrera.
De acuerdo con Marco Quesada Alpízar, vicepresidente de la organización Océanos para Latinoamérica, como El Niño cambia las condiciones físicas del agua, afecta directamente a las especies marinas que se topan con colonias de plancton más pequeñas para alimentarse. Eso puede llevar a una disminución de su disponibilidad de alimento y afectar su crecimiento y supervivencia.
Además, las variaciones en la salinidad del océano durante El Niño pueden alterar el hábitat marino, la distribución de las especies y sus hábitos de reproducción.
Estos cambios en las condiciones ambientales pueden alterar los patrones migratorios y comportamientos de las especies y tener efectos en cascada en toda la cadena alimentaria y en la biodiversidad del ecosistema marino, de cuyos ciclos de vida dependen los pescadores.
“Este Niño no se sabe cuánto durará, pero nos presenta cómo sería el mar si siempre estuviera caliente en su superficie. Entonces, si el golfo de Nicoya está sobreutilizado, como ya es sabido, baja la posibilidad de sobrevivir del ecosistema y los pescadores. Es como un paciente que batalla contra una enfermedad compleja y se contagia de otra peor”, señaló Quesada.
Sobreexplotación
El biólogo Ángel Herrera, coincidió. Para él, la llegada de El Niño agravará la sobreexplotación que ya enfrentan las costas del Pacífico. Esta problemática se hará más evidente con la finalización de la veda, que comenzó en mayo y concluirá el 31 de julio.
La veda es una medida impuesta por el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) con el propósito de proteger los procesos de reproducción y el crecimiento de las especies de peces, prohibiendo la pesca en áreas o en periodos específicos, para garantizar un aprovechamiento sostenible, en particular en el golfo de Nicoya, considerado una zona pesquera importante del país.
Según la presidenta de la Asociación de Pescadores de Paquera, Doris González González, la actividad pesquera ha ido en disminución y se ha vuelto cada vez más complicada.
En el caso de la veda que está por terminar, González señala que la falta de vigilancia histórica ha hecho que esta medida sea poco efectiva, pues algunas personas continúan pescando sin respetarla.
Para ella, la llegada del fenómeno El Niño agrega aún más dificultad a la realidad de los pescadores. Al no haber un control adecuado, algunas personas se ven obligadas a pescar durante la veda para poder sostener a sus familias, lo que agrava la situación de los recursos pesqueros al llegar El Niño.
González criticó, además, la “irresponsabilidad” en las cadenas de suministro debido a la falta de controles de tallas mínimas para el pescado extraído, cuyas poblaciones están cambiando junto con el clima.
Heiner Méndez Barrientos, presidente de Incopesca y ministro de Pesca y Acuicultura, admitió que la veda suele ser irrespetada, pero rechazó cualquier responsabilidad al respecto. El jerarca adujo que la vigilancia le corresponde al Servicio Nacional de Guardacostas del Ministerio de Seguridad Pública.
En relación con la llegada de El Niño, informó de que operará una comisión de alto nivel para analizar las acciones a tomar. Por ahora, no hay ninguna medida específica por implementar, ya que la comisión comenzaría sus labores hasta la próxima semana.
No solo ‘oraciones’
El golfo de Nicoya es “el más rico históricamente para la pesca”, en criterio de Ana Gloria Guzmán Mora, directora ejecutiva de la organización Conservación Internacional Costa Rica.
Según su criterio, pescadores, instituciones y comunidad científica suelen depositar su fe en que esta zona sea siempre capaz de suplir a todas las embarcaciones y familias pesqueras. Sin embargo, vaticinó, que su capacidad depende más de ciencia y menos de oraciones.
”Cuando se tiene ese recurso, hay que cuidarlo y uno de los retos mayores es mejorar cuánto conocemos del golfo y de sus especies para tener claridad cómo están realmente las poblaciones de especies”, indicó Guzmán.
Para ella, falta agregar el tema del cambio climático al análisis, porque ya no es posible basarse en la historia de la zona. En su opinión, hay que observar lo actual para determinar qué está pasando y tomar decisiones.
Por ejemplo, comprender cuál es la verdadera disponibilidad de corvinas en esa cuenca, la calidad del agua en donde nadan y sus condiciones de reproducción, podrían determinar cuándo es mejor hacer una veda en la era del calentamiento global. Lo mismo para otros productos, como los moluscos.
Guzmán fue enfática en que el sector necesita apoyo e información científica para que puedan ser sostenibles y eso es lo que hay que trabajar, no se pueden ver estos temas de manera separada y eso cuesta cuando la institucionalidad ve todo de manera individual.