Los trabajadores de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) aceptaron sufrir una rebaja en sus anualidades con tal de paliar la crisis financiera que tiene en jaque a la empresa.
La Gerencia modificó la metodología para fijar ese plus y ahora el aumento del 4,5% anual se calculará sobre el salario base de cada empleado y no sobre el bruto, como era antes.
En el 2014, el pago de anualidades para 2.290 empleados implicó un desembolso de ¢18.340 millones que, de no haberse restringido, habría aumentado en unos ¢2.200 millones este año.
Limitar ese sobresueldo fue solo una de las propuestas lanzadas en octubre por Víctor Solís, gerente de la CNFL, al revelar que, de no hacer cambios, la empresa cerraría el 2014 con un déficit de ¢12.300 millones.
Al final, la firma estatal cerró con pérdidas de ¢6.200 millones; es decir, ¢6.100 millones menos de lo que se habría proyectado.
Según Solís, la austeridad surtió “un buen efecto”, a lo que se sumó una prórroga del pago de ¢19.000 millones que debe hacer la CNFL al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Luego de tres meses de negociaciones, el sindicato aceptó cambiar otros puntos de la convención colectiva. Así, por un plazo transitorio de tres años se reducirá del 9% al 5% el aporte patronal al fondo de ahorro.
También disminuirá el aporte a la asociación solidarista (Asefyl), de 5,33% a 3,33%, con tal de generar mayor liquidez.
“Al cabo de tres años revisaremos las finanzas y veremos si esas reducciones se ajustan o se mantienen”, explicó Solís.
Los costos operativos de la CNFL representan entre el 20% y 25% de la tarifa de luz de sus clientes; el resto lo componen la compra y distribución de energía.
Salida de funcionarios
En diciembre, la Gerencia impulsó un programa de movilidad laboral voluntaria con el fin de lograr una economía en planilla sin optar por despidos masivos.
Los 114 empleados que decidieron irse (el 5% del total) dejaron la empresa el pasado 30 de enero, a cambio de recibir un 50% adicional en sus prestaciones. Liquidarlos le costará a la empresa unos ¢8.000 millones.
Jorge Pacheco, asesor financiero de la CNFL, aseguró a La Nación que el desembolso no será trasladado a las tarifas eléctricas de los 520.000 abonados de la Compañía y detalló que recuperarán el monto en unos 17 meses.
Agregó que la salida de trabajadores representará un ahorro de ¢3.000 millones anuales.
Por todas las medidas aplicadas, la entidad proyecta cerrar este año en números positivos o neutros, pues permitirán ahorrar ¢70.000 millones en los próximos cuatro años.
Sin denuncia
No fue necesario esperar a que venciera la convención colectiva de la Compañía, en agosto próximo, para intentar alianzas con los trabajadores.
“Hemos dialogado respetuosamente con los grupos para lograr acuerdos. El sindicato ha sido muy maduro y muy responsable al dar mensajes. Nosotros dijimos: no hace falta esperar hasta agosto para denunciar la convención colectiva sino que podemos usar un método de diálogo interno, con efectividad. La intención no era aplicar despidos masivos; con la movilidad conseguiríamos efectos menos dolorosos.”, dijo Solís.
Con él coincidió Sergio Saborío, secretario general del Sindicato Industrial de Trabajadores Eléctricos y de Telecomunicaciones (Sitet). No obstante, aclaró que el pacto no es un cheque en blanco; al contrario, vigilarán que la Gerencia no haga “las loqueras que venía haciendo”.
“¿Que nos van a tocar nuestras condiciones económicas? Sí, pero vamos a ayudar en forma respetuosa y voluntaria. Aunque, ojo: No estamos firmando un cheque en blanco, porque a partir de ahora vamos a vigilar que no se hagan las loqueras que se venían haciendo".
Medidas paliativas en 'pacto social'
Además de cambiar la metodología para calcular las anualidades, aplicar la movilidad voluntaria y bajar el aporte patronal (en fondo de ahorro y asociación solidarista), la Gerencia General de la CNFL propuso no renovar los puestos vacantes en planilla, adecuar las condiciones de los préstamos, controlar el presupuesto, promover eficiencias y analizar la venta o el mejor uso de activos.
Está entre sus planes dar forma a nuevos negocios aprovechando sinergias con Grupo ICE y 160 km de fibra óptica que hoy no generan ingresos. La Gerencia se comprometió a recortar gastos en publicidad y propaganda, además del monto asignado a becas de estudio, vacaciones, horas extra y alquileres.
Como parte de las medidas para mitigar la crisis, la Compañía contaba con que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) le aprobaría un alza tarifaria del 12,37%, a partir de enero. Sin embargo, la Aresep alegó inconsistencias y errores en el estudio y autorizó un 6,6% únicamente por la compra de combustibles. Ante esto, Víctor Solís, gerente de la CNFL, dijo ayer que intenta pactar reuniones para resolver el tema.
La expectativa de los recortes -en costos operativos- son de: ¢10,8 millones este año; de ¢14,9 millones en el 2016; ¢20,6 millones para el 2017 y, de ¢24,1 millones estimados en el 2018.