Errores de cálculo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) pesan este 2024 cuando se está ante un escenario de racionamientos eléctricos como no se veía desde hace 17 años. La entidad anunció este 6 de mayo que se prepara para implementar un plan de cortes eléctricos debido a la baja en caudales.
El ICE erró al calcular el consumo eléctrico del 2023, el cual resultó más alto de lo estimado luego de un 2022 en el que realizó fuertes exportaciones de energía que bajaron los niveles de los embalses de generación.
De hecho, el Instituto fue el mayor exportador de energía a Centroamérica dos años atrás al inyectar al Mercado Eléctrico Regional (MER) gran cantidad de electricidad, en su mayoría generada por plantas hídricas.
Para la exportación de energía se utilizó el agua de los embalses, pese a que ya se tenía conocimiento de la alta probabilidad de la llegada El Niño, lo que provocó en 2023 un alto gasto en generación térmica.
Para este año, debido a El Niño, los embalses iniciaron en niveles críticos.
Demanda eléctrica y embalses
En Costa Rica, las lluvias son clave para generar electricidad pues abastecen los embalses de generación; las plantas hídricas aportan más del 70% de la electricidad consumida.
El complejo hidroeléctrico Ardesa, que incluye las plantas Arenal, Dengo y Sandillal, es el de mayor aporte (20% de la energía del país) gracias a sus 330 megavatios de capacidad instalada y es esencial porque guarda agua de un año a otro para proveer luz en la época seca.
Precisamente el embalse Arenal, el reservorio más grande, tuvo a finales de mayo del 2023 uno de los registros más bajos de la última década. Ocurrió en el mismo año en que el ICE falló en su pronóstico de la demanda eléctrica luego de sus altas exportaciones del 2022.
Para todo 2023, el Instituto estimó un consumo de 12.068.000 megavatios hora (MWh), equivalente a 1,9% de repunte en la demanda, como quedó consignado en la página 26 de su Plan de Expansión de la Generación 2022-2040. Su previsión se quedó corta.
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Al final del año pasado, la demanda había crecido 3,56%; el consumo creció de 11.869 Gigavatios hora (GWh) a 12.291 GWh respectivamente (422 GWh, adicionales), revelan cifras del Instituto.
Salvador López Alfaro, exdirector del Centro Nacional de Control de Electricidad (Cence) incluso cuestionó al presidente del ICE, Marco Acuña Mora, por su intención de vender las plantas térmicas del ICE durante una comparecencia ante la Comisión Especial de Sector Energético Nacional del Congreso, en agosto de 2022.
En esa ocasión, Acuña Mora anunció a los legisladores planes para vender la mitad de las térmicas porque estaban en desuso. Sin embargo, desde el 2023 a la fecha se han utilizado al tope de su capacidad para atender la demanda.
“El desconocimiento de la operación del Sistema los llevó a proponer en conferencia de prensa del presidente de la República, y declaraciones en la Asamblea Legislativa del presidente ejecutivo del ICE, eliminar las plantas térmicas porque no se usaban. Hoy estamos usando todo el térmico e importando”, declaró López el año anterior.
Pifia con contrato
Ante la crecida en la demanda y la reducción de lluvias por El Niño, el ICE anunció en octubre de 2023 una contratación urgente de dos empresas privadas para el arrendamiento y operación de plantas de generación térmica a base de diésel.
Aquella medida valorada en $82 millones también falló.
Este 6 de mayo, el gerente de la división de Electricidad del ICE, Roberto Quirós Balma, dijo que las plantas privadas contratadas les quedaron mal y responsabilizó a los contratistas por los racionamientos de electricidad que se avecinan.
“El agotamiento de las reservas (hídricas) nacionales se aceleró ante el incumplimiento de los proveedores de las plantas térmicas que Grupo ICE alquiló para la época seca”, dijo el funcionario sin revelar detalles.
De ese contrato, fue hasta marzo de 2024 cuando entraron en operación dos de los cuatro bloques de potencia, a pesar de que la contratación especificaba que eso debía ocurrir a inicios de febrero.
Ahora las consecuencias de esa cadena de errores pesan sobre el suministro.
Plantas privadas desconectadas
Para la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) es injustificable en esta coyuntura que existan plantas de generación privada desconectadas del sistema eléctrico nacional en vez de aprovecharlas.
Ese mismo clamor también lo expresó la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope), la cual insistió en que sigue sin renovarse el contrato a la hidroeléctrica El Ángel (en Cinchona de Alajuela), cuyo acuerdo comercial con el ICE expiró en noviembre de 2021.
La planta El Embalse, localizada en San Carlos, también está desconectada desde noviembre de 2022 y lo mismo las plantas Poás I y II a las cuales se les venció el contrato con el ICE en setiembre de 2020 y julio del 2021, respectivamente.
“Solicitamos a las autoridades de ICE que ante esta situación de crisis energética, incorporen a la máxima brevedad la energía de las plantas privadas con energía limpia y barata que se mantienen desconectadas”, declaró la Asociación.