En 1992, una mujer costarricense tenía, en promedio, 3,2 hijos. En el 2010, esa cifra bajó a 1,9.
Esa diferencia explica un fenómeno que no estaba del todo confirmado, hasta ahora: las mujeres, independientemente de su escolaridad y zona de residencia, decidieron tener menos hijos.
Así lo muestra el análisis de la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva y lo explica en más detalle Ana Morice, exviceministra de Salud ,quien ahora trabaja en el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa).
“Antes creíamos que por un tema de la escolaridad la mujer optaba por tener menos hijos, pero ahora vemos que eso sucede hasta en aquellas que no tienen estudio”, dijo Morice.
Si la tasa global de fecundidad se analiza desde el ámbito del nivel educativo, las mujeres con secundaria completa y más pasaron de tener un promedio de 2,3 hijos en 1992, a 1,6 en el 2010. Esta es la tasa más baja de todas.
Las que no terminaron el colegio o con menos años escolares, pasaron de 3,5 hijos (1992) a 2,2 (2010).
Ni siquiera una variable como la región (zona metropolitana, resto urbano y resto rural) modifica la tendencia a la baja.
En la zona metropolitana ahora las mujeres tienen 1,8 hijos, en promedio. Dieciocho años antes eran 2,8 hijos.
En la región ‘resto rural’ se pasó de 3,7 infantes por mujer en 1992, a 2,1 para el 2010.
Este fenómeno explica también el aumento en la cantidad de mujeres sin hijos, ya sea por decisión tomada o porque prefirieron postergar ese momento para edades mayores.
Para dar un ejemplo, hace más de una década, el 21% de las mujeres de entre 25 y 29 años no tenía hijos. Hoy la cifra es del 25%.