Mario Aguilar Picado logró algo que cualquier costarricense desearía: quitar los enredos de cables en los postes de su comunidad. ¿Cómo lo hizo? Con muchos dolores de cabeza y una lucha que aún no termina.
Este tico, al igual que muchos otros, está harto del caos que se observa en todo el país –y principalmente en la Gran Área Metropolitana (GAM)– con el cableado eléctrico, de Internet y televisión por cable, lleno de material en desuso y cables mal instalados que generan una contaminación visual que, a su vez, produce un aspecto desagradable al paisaje urbano y además pone en peligro las viviendas y la integridad de sus ocupantes.
Por eso, en 2019 interpuso un recurso de amparo contra la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) para pedir que se eliminara la saturación del cableado y, aunque fue declarado sin lugar por no agotar antes la vía administrativa con sus reclamos, fue tal su lucha que logró un cambio para él y sus vecinos en la urbanización Berta Eugenia, en Heredia centro.
Con sus alegatos a varias instituciones, Aguilar consiguió que finalmente la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) cambiara los postes, levantara los cables caídos y quitara los rollos de exceso de cable que saturaban las calles de su vecindario, y ahora prepara un nuevo proceso para maximizarlo a nivel nacional.
Mario no es el único tico que anhela esto. Varios lectores de La Nación compartieron por redes sociales fotografías de sus comunidades en las que se observan los nudos de cables y alegaron que ya están cansados del problema. Por ejemplo, Alejandra Cortez comentó: “los he visto y me indigna; los tenemos encima de la canoa y no sé a donde acudir”. Por su parte, Elias Salas agregó, “un horror ese cableado, hasta que da pena”.
La usuaria Victoria Arroyo criticó que “las cableras colocan cables y no los retiran cuando ya los contratos terminan, se van acumulando en cantidades impresionantes. Es algo horroroso”. Otro ciudadano, Jose Min King Acón, considera que “ya es hora de migrar al servicio publico aéreo a subterráneo. Mucha contaminación visual, por cualquier accidente contra un poste a alumbrado uno se queda sin múltiples servicios por varias horas”.
“Es un paisaje tercermundista deprimente, un problema que ya deberían ver cómo lo solucionan. ¿A quién o a cuál institución le toca liderar esta tarea? Esto no puede seguir así”, dijo indignado Mario Brenes, de Sabanilla de Montes de Oca. Mientras que Juan Carlos Rivera, quien es agrónomo jubilado, destacó que “hay cables de por lo menos 15 empresas. Es un peligro que amenaza cada día a transeúntes y casas”.
Para responderle a don Mario Brenes, las entidades que deben encargarse de regular este tema son la Sutel y la Aresep. De hecho, desde 2017 se publicó el Reglamento sobre el uso compartido de infraestructura para el soporte de redes públicas de telecomunicaciones, con el cual estas instituciones y los operadores y proveedores de servicios de telecomunicaciones deben velar por eliminar los elementos de red ociosos o subutilizados.
“Es obligación de los dueños de la infraestructura notificar la subutilización o uso no eficiente de las redes de telecomunicaciones a los operadores y proveedores de servicios de telecomunicaciones, que están haciendo uso compartido de la postería, con el fin de que éstos últimos y en caso de no existir justificación razonada, procedan con la desinstalación y remoción, en un plazo máximo de dos meses”, dice la normativa.
Por lo tanto, los ciudadanos como Mario Aguilar Picado que deseen quitar los enredos de cables en sus vecindarios, pueden acudir a los operadores de redes públicas de telecomunicaciones y empresas dueñas de la infraestructura/postería (como Jasec, la ESPH y la CNFL), y en caso de que no les resuelvan en un plazo de dos meses, pueden elevar las denuncias a la Sutel donde se analizará el caso y se realizará el debido proceso.
Sin embargo, si lo que se quiere es eliminar los rollos de exceso de cable de los postes, la respuesta podría no ser positiva, ya que en una comunicación enviada por Sutel a Aguilar, la entidad alegó que no puede hacerlo porque “las reservas de cableado son parte activa de las redes de telecomunicaciones, en el tanto por este cableado se prestan servicios de telecomunicaciones y por ende están contempladas en el diseño”.
“Las reservas de cableado por parte de los operadores de redes públicas de telecomunicaciones están asociadas a la disminución en el tiempo de respuesta al usuario, ante una eventualidad o avería en la red, de forma tal que les permita de una forma ágil realizar las reparaciones según corresponda, y así garantizar a los usuarios finales de telecomunicaciones la continuidad de los servicios contratados, como es su deber”, dijo.
Para Aguilar esta respuesta es lamentable. “No estoy de acuerdo en ese criterio, me parece absurdo convertir los postes en bodegas cuando los pueden transportar en vehículos”, afirmó el ciudadano a La Nación, al resaltar que se debería apostar por el diseño y construcción de infraestructura subterránea, para ir eliminando o disminuyendo el impacto visual asociado a las redes aéreas para la prestación de los servicios públicos.
El alegato de las cableras
Consultadas por este diario, cableras como Liberty y Claro también alegaron que necesitan de esos excesos de cable en los postes para suministrar sus servicios. “Cuando se realiza una instalación de este servicio, es necesario dejar estos excesos de cable cada cierta distancia, ya que esto nos permite brindar un mejor servicio y reparar la fibra óptica en un menor tiempo, en caso de que esta sea cortada. Nuestros técnicos llegan al lugar afectado y jalan la reserva de cable para poder unir nuevamente la fibra”, dijo Claro.
Por su parte, Liberty afirmó que se requieren redes robustas que sirven tanto para conectar oportunamente los hogares, como los nodos de las redes fijas e incluso móviles. Reconoció que para los operadores tener este cableado aéreo no es lo ideal, porque encarece el mantenimiento de la red y la hace menos resiliente y más propensa a averías, daños por fuerza mayor, robos, vandalismo, y sabotaje en comparación con ductería.
No obstante, la firma reconoció que si no hay alianzas entre entidades públicas nacionales y locales, el problema de los nudos de cables persistirá. Liberty indica que el soterramiento de estas rede debe ser un proyecto país, donde la está “más que dispuesta a participar”.