La incapacidad del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) para suministrar agua en varias zonas de la Gran Área Metropolitana (GAM) mantiene 35 proyectos inmobiliarios varados
El problema no solo afecta a los desarrolladores, sino que entorpece la creación de cientos de empleos directos e indirectos y eleva el costo de bienes inmuebles.
La cantidad de obras paralizadas es admitida por la entidad. Según información oficial, en 31 áreas de la GAM no hay suficiente agua para soportar la demanda de complejos residenciales, oficinas y comercios.
Eso significa que cuando un desarrollador solicita una carta de disponibilidad de agua para gestionar la aprobación de planos y permisos se la niegan y eso, automáticamente, congela el proyecto. Algunas de las localidades afectadas son San Antonio de Escazú, Guadalupe, Tres Ríos, Alajuelita, Mata Redonda, San Rafael de Coronado, San Pablo de Heredia, El Guarco y San Juan de Dios de Desamparados.
Argo Estrategia es una de las empresas perjudicadas con esta situación: sus planes de levantar dos torres de apartamentos en los alrededores de La Sabana están en pausa debido a la escasez del líquido vital en el distrito de Mata Redonda, en San José.
“Una torre es de 128 unidades habitacionales y la otra es de 50, en total son 178. Las consecuencias son atrasos en el inicio de los proyectos que nos generan, por un lado, soportar costos financieros y, por el otro lado, tenemos un alza en los precios de determinados materiales; eso incide en los gastos de ejecución y en el precio final de las viviendas. Estimamos que esto representa entre un 5% y un 6% de aumento en los costos finales, aproximadamente”, señaló Francisco Avilés, representante de Argo Estrategia, que desarrolló, en los últimos años, varios edificios en Rohrmoser, San José.
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La inversión en las dos edificaciones, según el empresario, sería de $15 millones y crearía entre 430 empleos directos y 360 indirectos.
De los 35 proyectos afectados, la Cámara Costarricense de la Construcción tiene 21 mapeados, los cuales están ubicados en los cantones de San José, Montes de Oca, Santa Ana, Goicoechea, Curridabat, Tibás, Alajuela y La Unión.
Otros desarrolladores enfrentan inconvenientes a la hora de modificar sus proyectos inmobiliarios o se ven obligados a invertir en infraestructura de distribución hídrica o sanitaria con tal de obtener luz verde por parte del AyA. También hay casos en los que el inversionista prefiere congelar planes enteros debido a las trabas.
“Yo soy uno de los empresarios que no se ha animado a invertir en algunas zonas porque sé que hay problemas de agua. He frenado inversiones en Santa Ana, antes de involucrar recursos de la empresa en algo que no tiene solución, prefiero esperar (...). Me han ofrecido terrenos en Santa Ana, pero sé que no tienen disponibilidad de agua y sin eso mejor no comenzamos”, afirmó Ronald Arias, vocero de Área D Inmobiliaria.
Guillermo Carazo, expresidente de la Cámara Costarricense de la Construcción, aseguró que esta situación refleja la falta de planificación y coordinación del AyA en los últimos años. “Nos han hecho llegar a un punto en el que escasea el agua en la ciudad”, comentó Carazo.
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Solución
Con la idea de buscar una solución, Acueductos y Alcantarillados trabaja en la excavación de pozos en la GAM y la instalación de tuberías que permitan llevar el líquido de un sitio a otro para solventar las carencias.
Por ejemplo, en enero próximo entrará en operación una interconexión de 300 metros de longitud que hará posible el traslado de agua desde un nuevo pozo en La Valencia hasta los tanques de almacenamiento en el sur de la capital; la nueva infraestructura posibilitará la distribución de agua en Mata Redonda.
Tomás Martínez, presidente ejecutivo del AyA, explicó que esa es una de las 23 obras propuestas para aumentar el caudal del acueducto metropolitano, y poner fin a la falta de agua y los obstáculos para el desarrollo urbano.
El plan, valorado en ¢31.000 millones, surgió luego de la sequía del 2019, pero los avances son pocos, pues solo se han concluido tres infraestructuras, las cuales inyectan 190 litros por segundo al sistema. El resto se habilitarán entre 2023 y 2025.
La idea del AyA es que esos pozos e interconexiones le sumen 1.107 litros por segundo al acueducto metropolitano para resolver los problemas de abastecimiento por un periodo de 15 años mientras se concreta el denominado Plan para la Reducción de Agua No Contabilizada y el nuevo acueducto Orosi II.
Martínez informó de que para atender las inquietudes de los desarrolladores crearon una mesa de trabajo en la que participa Casa Presidencial y ofrecen constantemente detalles del avance de las obras. Además, preparan un acuerdo de Junta Directiva para autorizar las cartas de disponibilidad de agua para los 35 proyectos congelados, eso le permitirá a los interesados avanzar con el trámite de permisos y estudios mientras entran en servicio los nuevos pozos.
“La lógica de esto es permitir que los proyectos avancen, pues de alguna forma estaban detenidos. Lo que vamos a hacer ahora es que la lista de proyectos que tienen un antecedente con nosotros, que ya solicitaron disponibilidad y fueron rechazados o hasta tienen permisos se les vayan otorgando los documentos para que puedan seguir”, aseveró el jerarca del AyA.
El sistema de acueducto metropolitano está conformado por 31 subsistemas, tiene una cobertura de 265 kilómetros cuadrados y produce 15 millones de metros cúbicos por mes para una población aproximada de 1,4 millones de habitantes.