Instalaron sus tiendas de campaña sobre la arena y se equiparon con plantillas de gas, cocinas de leña, hieleras, toldos y sillas. Inclusive improvisaron duchas y servicios.
Es así como decenas de familias costarricenses tomaron las playas del Pacífico para despedirse del 2019 y darle la bienvenida al año nuevo.
Algunas de las familias acampando hacen esta actividad todos los años por tradición. Otras encontraron en esta alternativa una opción económica para vacacionar.
Ambas situaciones motivaron a Arsenio Gómez, de 67 años, vecino de San Juan de Dios de Desamparados, a viajar a Caldera en compañía de sus hijos, yernos, nueras y nietos.
Entre todos los familiares son 17 personas acampando en la playa. Ahí celebrarán el año nuevo con una costilla de cerdo que traen para preparar.
“Venimos porque es un lugar económico, cerquita de la capital y el mar es bastante tranquilo para los nietos que pueden bañarse tranquilos, no hay peligro. Es un viaje bastante económico”, señaló Gómez.
Todos los años don Arsenio y su familia acampan en puerto Caldera. Este es el segundo año consecutivo que lo hacen en fin de año.
“El año pasado éramos 35 personas, este año vinieron menos. Cada uno trae su carro y nos topamos aquí. El yerno trae un pick-up y ahí echamos las cobijas y todas esas cosas”, contó el vacacionista.
La familia Barrantes también despedirá el año acampando.
Los vecinos de Alajuela eligieron como destino playa Hermosa. Ellos llegaron este lunes a las 5 a. m. y rápidamente instalaron el campamento.
“Venimos con la cocina que fue mi regalo de Navidad y tenemos todo listo para hacer pierna de cerdo para el 31 de diciembre. Es la primera vez que vamos a pasar un año nuevo, este año quisimos tener esa experiencia, nos vinimos equipados, con tele, con radio, con todo en las tiendas", señaló María José Barrantes.
En su campamento tienen de todo. Inclusive llevaron el encierro para la integrante más pequeña de la familia, quien ya vio el mar por primera vez.
“Es el primer paseo de la bebé que el próximo 8 de enero cumple un añito. Aquí estamos festejando también su cumpleaños y el de mi mamá”, afirmó la joven.
Mario Cedeño y Bernardita Acuña, de 73 años, más bien recogían sus pertenencias para devolverse a Zapote, para celebrar el año nuevo en compañía de sus hijos.
Ellos llegaron a playa el 26 de diciembre. En otras ocasiones los acompañan sus hijos. Esta vez estuvieron en compañía de amigos que conocieron en viajes anteriores.
“Siempre venimos, esto es de todos los años. Ojalá que esta tradición no se pierda porque en realidad nos quedan muy poquitas playas para poder acampar. Acá la gente es muy amable y tenemos varias amistades que vienen aquí todos los años”, afirmó Cedeño.
También hay familias como la de Esteban Solano, que aprovechan realizan viajes de ida y vuelta el mismo día. El vecino de Heredia jugó en la arena de playa Hermosa, en Jacó, con sus hijas Nayara de dos años y Vayoleth de cinco.
“Venimos a entretenernos, jugar y descansar. Hoy en la noche iremos de regreso a Heredia”, afirmó el joven de 31 años.
Comerciantes y vecinos del Pacífico Central buscan aprovechar la llegada de turistas nacionales y extranjeros para aumentar sus ventas, pero afirman que la situación está más difícil que en años anteriores, pues sienten que hay menos vacacionistas.
“Es de ponerse a llorar. Años atrás esto se llenaba que no cabía un alma, pero este diciembre está muy bajo”, afirmó Marilyn Ramírez, quien tiene un pequeño local en el que vende refrescos y snacks, y además alquila servicios sanitarios para los visitantes de playa Agujas.
Lo mismo piensa Julio Fernández, quien vende copos en ese mismo sitio.
“La cosa no está muy bien, yo tengo 10 años de vender y lo siento bastante flojo en comparación con años anteriores”, señaló el vendedor.