La Asociación Nacional de Criadores de Gallos demandó al Estado costarricense ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por prohibir las peleas de gallos y la cría de este tipo de animales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que la Secretaría Ejecutiva de la CIDH, en Washington, trasladó la denuncia (No. P-2281-17) el 11 de diciembre. A partir de ese momento, tiene un tres meses para contestar.
Los galleros se oponen a la Ley de Bienestar Animal, aprobada en 2017, que establece multas contra quien, con el fin de organizar peleas entre animales, promueva o realice la cría, la hibridación o el adiestramiento de animales para aumentar su peligrosidad.
Esta norma establece, además, una pena de prisión de tres meses a un año contra quien, directamente o por interpósita persona, organice, propicie o ejecute peleas entre animales de cualquier especie, sin excepción alguna, en el territorio nacional.
Manuel Hidalgo Morera, presidente de la Asociación, explicó a La Nación que presentaron la gestión hace dos años, pero que hasta ahora el Estado fue notificado por la Comisión.
“El principal argumento para interponer la demanda es la tradición cultural, tiene más de 500 años de que en este país se promulga la actividad de las peleas de gallos o juego de gallos. Los colonizadores trajeron los primeros gallos a este país y a América, es un derecho cultural. Pedimos que se nos otorgue nuestro derecho cultural, es un derecho humano.
"La tradición la tenemos en todas las Américas, en España, China. Si tiene derecho otro ser humano, por qué un costarricense no. En Panamá y Nicaragua es legal, pero para un costarricense, no”, manifestó Hidalgo.
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Cuando se le cuestionó sobre el maltrato animal que representan los combates de gallos, en los que incluso mueren especímenes, Hidalgo contestó que estos animales, por instinto, pelean.
“Para eso nacieron. El mismo Abraham Lincoln (expresidente de Estados Unidos) cuando le pidieron que eliminara los gallos, dijo ‘si Dios los crió, quién soy yo para eliminarlos’.
"Senasa (Servicio Nacional de Salud Animal) los decomisa y los mata, ahí está el maltrato animal. Ellos dicen que es una muerte sin dolor.
"La Ley de Bienestar Animal elimina la raza de los gallos de pelea, pero por instinto natural, el gallo pelea. La Ley por eso está mal, promulga la erradicación de una especie. No permite ni criar, ni tener, ni pelear a estos animales”, alegó el gallero.
Al respecto, la Cancillería informó que realiza un estudio de la información remitida y coordina con los entes involucrados para atender la solicitud de información dentro del plazo otorgado.
También se le consultó al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), pero prefirieron abstenerse de emitir algún pronunciamiento.
Segundo intento
Esta es la segunda vez que los galleros intentan traerse abajo la prohibición de las peleas de gallos.
Luego de aprobada la actual regulación, la Asociación Nacional de Criadores de Gallos interpuso un acción de inconstitucionalidad ante la Sala IV, la cual fue rechazada en agosto del 2017.
Hidalgo, como presidente de la Asociación, solicitó declarar inconstitucionales los artículos de la Ley de Bienestar Animal que establecen las multas y penas de cárcel por criar gallos de pelea y organizar peleas entre estas aves, y, además, tres artículos del Código Penal sobre sanciones por crueldad animal y muerte animal dolosa.
“Sostiene (el denunciante) que, en el caso costarricense, alrededor de 1790, las peleas de gallos ya constituían la diversión predilecta de los adultos y, para 1810, ya existían las galleras en Costa Rica. Afirma que la celebración de peleas de gallos es una de las tradiciones que forman parte de la cultura de nuestro pueblo desde hace varios siglos y no fue sino recién en el año 1922 que se prohibieron las apuestas en las peleas de gallos; sin embargo, las peleas de gallos nunca han sido prohibidas en Costa Rica, por lo que tal tradición siguió desarrollándose, de forma ininterrumpida, hasta la prohibición introducida por las normas impugnadas”, fue una de las razones que expuso la Asociación en la demanda.
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Los magistrados rechazaron la acción al considerar que no son las normas cuestionadas las que introducen la prohibición de realizar las peleas de gallos, sino que tal prohibición está contemplada, previamente, en el artículo 3 de la Ley de Juegos (Ley No. 3 de 1922) que establece de forma específica que el “juego de gallos es prohibido”.
“La prohibición de realizar peleas de gallos tiene su expreso y principal sustento normativo en una norma distinta a la alegada por el accionante y que está vigente en Costa Rica desde hace cerca de un siglo (Ley de Juegos). Prohibición que se vino a complementar en 1994, con la promulgación de la citada Ley de Bienestar de los Animales, en razón de lo dispuesto en su artículo 15.
Normas que, simplemente, no son impugnadas en la presente acción. Por su parte, la normativa impugnada por el accionante, tan solo vino a complementar tal marco normativo, en tanto regula, esencialmente, el tema de las eventuales sanciones”, dijo la Sala en la sentencia.
Según Hidalgo, su Asociación está dedicada a la crianza de gallos de pelea. Afirma que, actualmente, esta actividad está detenida por la prohibición legal. Indicó que cuentan con cerca de 5.000 miembros.