En los primeros ocho meses de 2024, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) alcanzó el mayor nivel de producción eléctrica con hidrocarburos de los últimos 14 años, lo que impactará las tarifas del servicio eléctrico para los usuarios.
Entre enero y agosto pasados se generaron 1.236.000 megavatios-hora (MWh) a partir de derivados del petróleo. La última ocasión en que se llegó a una cifra comparable fue en 2013, cuando se produjeron 1.195.996 MWh, de acuerdo con datos de la División de Operación y Control del Sistema Eléctrico Nacional (Docse) del ICE.
Así, en lo que va del año, la generación con hidrocarburos ha sido un 103% mayor que en el mismo período de 2023, cuando se produjeron 608.000 MWh.
La mayor importación de energía desde el Mercado Eléctrico Regional (MER), al cual están adscritos Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, también presionará las tarifas para 1,9 millones de abonados costarricenses.
En 2023, el ICE importó 351.000 MWh, mientras que en 2024, hasta agosto, las importaciones fueron de 166.000 MWh. La generación térmica y las importaciones combinadas representaron el 16,5% del consumo nacional al finalizar agosto, con un total acumulado de 8,5 millones de MWh.
En medio de estas circunstancias, el consumo eléctrico va en aumento. En 2023, la demanda creció un 3,5%, alcanzando los 12.291.000 MWh. De enero a agosto de 2024, el consumo nacional ascendió a 8.505.000 MWh, un repunte del 5,1% con respecto al mismo periodo de 2023. No obstante, el Plan de Expansión en la Generación 2022-2040 del ICE, publicado en julio de 2023, preveía un crecimiento anual de la demanda eléctrica entre el 1,1% y el 1,6%.
El pasado jueves, el ICE solicitó una rebaja en las tarifas eléctricas dentro de un estudio ordinario presentado a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), el cual contempla la liquidación de los costos y gastos regulares de los años 2021, 2022 y 2023. Sin embargo, esta solicitud excluye los gastos vinculados a hidrocarburos y a las importaciones, los cuales serán incorporados a las tarifas mediante un ajuste extraordinario a finales de este año, tal como lo aclaró Mario Mora Quirós, intendente de Energía de la Aresep.
“Es necesario aclarar que en el estudio ordinario del ICE no se incluyen los gastos asociados a la generación térmica e importaciones, porque esos costos deben reconocerse mediante un ajuste de tarifas extraordinario por realizarse a final de año”, explicó Mora Quirós.
Hasta julio, se calculaba que las tarifas absorberían ¢147.000 millones debido al uso de búnker y diésel en la producción térmica, lo que incluye un rezago tarifario del 50% en 2023 por estos gastos. Esta cifra también abarca los costos proyectados para 2024 y 2025, que, según la metodología actual de la Aresep, deberán ser reconocidos en su totalidad en 2025.
Consumidores pagarán gasto térmico
El economista Carlos Montenegro Godínez, director ejecutivo de la Cámara de Industrias de Costa Rica, advirtió que los ¢147.000 millones se quedarían cortos ante el acelerado gasto térmico. “Estamos acumulando una deuda que al final tendrán que pagar los consumidores irremediablemente. La generación térmica se ha visto agravada por la inestabilidad en la producción de la planta hidroeléctrica Reventazón”, señaló.
Reventazón, localizada en Siquirres, Limón, e inaugurada en 2016, estuvo fuera de servicio por mantenimiento casi tres meses, del 22 de junio al 5 de setiembre pasados. Esta es la planta hídrica más grande del país, con una capacidad instalada de 305 megavatios (MW).
El representante de los industriales también subrayó que las tarifas actuales son, en cierta medida, “ficticias” porque no incluyen los costos del ICE relacionados con la generación térmica e importaciones, que superan esos ¢147.000 millones. “Por ahora, tenemos tarifas ficticias, ya que esos gastos serán incorporados al precio de la electricidad a través de la metodología de Costo Variable de Generación. La solicitud actual del ICE (la del jueves) es ordinaria, y son cálculos tarifarios distintos”, dijo Montenegro.
A pesar del uso intensivo de la generación térmica, el presidente del ICE, Marco Acuña Mora, y el regulador general de la Aresep, Eric Bogantes Cabezas, aseguraron en una conferencia de prensa en Casa Presidencial el 3 de julio que no habrá aumentos en las tarifas de 2025 debido al mayor uso de hidrocarburos.
Si esa afirmación se cumple, los consumidores no enfrentarían estos costos en el año previo a las elecciones presidenciales, ya que el ajuste tarifario se postergaría para 2026, durante la próxima administración gubernamental. Sin embargo, el regulador general advirtió que no existe garantía de que las tarifas no suban en 2025.
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Bogantes Cabezas indicó que cuando Acuña Mora hizo estas declaraciones en julio, el ICE esperaba reducir significativamente el uso de derivados del petróleo para el resto del año, confiando en una abundancia de lluvias para los embalses hidroeléctricos, pronóstico que no se cumplió.
En agosto, mes de estación lluviosa, el ICE incrementó la generación térmica y las importaciones de electricidad debido a lluvias menos intensas de lo previsto.
Dos semanas después de las declaraciones de Acuña Mora el 3 de julio, se informó que la fase fría del Fenómeno El Niño Oscilación del Sur (ENOS), conocida como La Niña, se retrasaría hasta el último trimestre de 2024, en lugar de agosto, como se pronosticó inicialmente, debido a un enfriamiento más lento de lo estimado en el océano Pacífico.
Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), cuando ocurre el fenómeno La Niña, las precipitaciones en toda Centroamérica suelen ser superiores a lo normal. Según un informe del 8 de agosto del Centro de Predicciones Climáticas, adscrito a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) del Gobierno de Estados Unidos, la llegada de La Niña podría retrasarse, al reducirse al 66% la probabilidad de que ocurra entre setiembre y noviembre.
Este escenario se presenta después de un período, en mayo, en el que Costa Rica estuvo al borde de racionamientos eléctricos por la caída en los niveles de los embalses, causada por la escasez de lluvias y la falta de previsión del ICE para anticipar el aumento en la demanda eléctrica tras la pandemia de Covid-19.
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Aunque el consumo eléctrico creció un 3% entre 2021 y 2022, el Plan de Expansión en la Generación 2022-2040 del ICE, de julio de 2023, proyectaba un crecimiento anual de entre 1,1% y 1,6%. Estas proyecciones quedaron cortas, ya que el consumo subió un 3,5% el año pasado y entre enero y agosto de este año creció un 5,1% en comparación con el mismo periodo de 2023.
De hecho, el presidente del ICE destituyó el 29 de mayo a Roberto Quirós Balma como gerente de Electricidad ante la necesidad de contar con mayor planificación para evitar potenciales racionamientos, según alegó entonces.
La Aresep determinará el ajuste tarifario definitivo para 2025 cuando el ICE presente en noviembre la información actualizada de sus costos en 2024 por gasto térmico e importaciones.