El Gobierno pretende aplicarle el bisturí a unas de las zonas que ha tenido más olvidada y que ha sido sinónimo de protestas comunales y conflictos sociales.
La comunidad de Rincón Grande de Pavas (al oeste de San José) fue incluida esta semana en el proyecto de bono comunal.
La decisión la tomó la junta directiva del Banco Nacional Hipotecario de la Vivienda (Bannhvi).
De tal forma se destinarán ¢730 millones en una serie de obras para mejorar la infraestructura de esa barriada.
Clara Zomer, ministra de Vivienda, dijo que con esta iniciativa se mejorará la calidad de vida de 357 familias, mediante una intervención en su entorno social.
Algunos aspectos son mejoras en el sistema de abastecimiento de agua potable, en el sistema eléctrico y en el alumbrado público.
Además, se construirán calles, aceras y rampas para personas con discapacidad o de la tercera edad.
El diseño y la elaboración de planos y estudios técnicos del proyecto tardará cuatro meses; se espera el arranque de las diversas obras constructivas para inicios del próximo año.
Se estima que las obras queden concluidas dentro de un año.
La responsabilidad de supervisar la calidad de las obras y de velar por la buena marcha de todo el proceso, será del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU).
Negativo panorama. Este año, los vecinos de Pavas han sido protagonistas de desalojos y enfrentamientos con la policía, así como de protestas por la ruptura de acuerdos por parte del Ministerio de Vivienda.
En el distrito de Pavas, 18 de cada 100 habitantes carecen de una vivienda digna
Hay 17 precarios, 6.200 tugurios y unos 8.000 hogares inmersos en la pobreza. Todo esto se manifiesta en un déficit habitacional superior a las 4.000 casas.
El distrito es considerado la zona urbana donde más se producen las invasiones de terrenos.