El combustible de aviación dejaría de subvencionar el costo del gas de cocina y otros carburantes por lo que su precio tendrá una rebaja y su compra será más atractiva para aerolíneas con vuelos comerciales a Costa Rica.
Esa disposición está dentro de la normativa que el gobierno emitiría esta semana para modificar el Decreto Ejecutivo 39437-MINAE del 2016, mediante el cual se creó la llamada Política sectorial para precios de gas licuado, búnker, asfalto y emulsión asfáltica.
Aquel decreto establece una subvención para el precio del asfalto, gas de cocina y búnker, la cual se financia con las tarifas de las gasolinas, diésel, keroseno y el Jet Fuel A-1 que es el combustible para aviones.
La modificación sacaría así al Jet Fuel A-1 de esa lista en el marco de una iniciativa del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), Casa Presidencial y el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) para que el país mantenga el atractivo para las aerolíneas, pasada la emergencia por la pandemia de covid-19.
“Esta es una iniciativa que contemplamos en la hoja de ruta para la reactivación del sector turístico y en aras de reforzar nuestra competitividad como país”, declaró María Amalia Revelo, jerarca del ICT.
Con la reforma que se prevé, el precio de los productos que mantendrán la subvención aumentarán, en promedio, ¢1 por litro, mientras que la exclusión del Jet Fuel A-1 conducirá a una rebaja de ¢9,41 por litro.
Esa es la disminución que proyecta la Intendencia de Energía de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) a partir de un análisis de 14 fijaciones tarifarias entre marzo del 2019 y marzo de este año, revela el oficio IN-0097-IE-2020 del 4 de mayo anterior, el cual fue enviado al Minae.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), el costo del Jet Fuel A-1 representó casi 24% de los gastos de operación de las líneas aéreas durante el 2019.
Sin embargo, ese porcentaje varía según el comportamiento del precio internacional del petróleo y aumenta para cada aerolínea según distancia que recorren los aviones entre el aeropuerto de origen y el de destino.
El decreto propuesto para sacar al Jet Fuel A-1 de la subvención indica que el precio actual de ese combustible obliga a las líneas aéreas a recurrir a la práctica de “tanqueo” la cual consiste en viajar con sobrecarga de combustible para evitar su compra en Costa Rica.
El decreto también señala que otras empresas no tienen esa opción y deben incurrir en un mayor gasto de operación, como por ejemplo los vuelos entre Costa Rica y Europa.
Precio poco competitivo
“Eso hace que los aviones no carguen combustible en Costa Rica. Lo que vamos a hacer es cambiar el decreto para que el Jet Fuel A-1 sea mucho más competitivo de precio y sea así un incentivo para las aerolíneas viajando al país. Esto ayudará mucho al turismo y la reactivación económica”, explicó Carlos Manuel Rodríguez, jerarca del Minae.
Aerolíneas europeas como Lufthansa (Alemania), Edelweiss (Suiza) e Iberia (España) utilizan aviones Airbus de las series A330-200 y A340-300 para sus vuelos a Costa Rica.
Otras como el grupo Air-France -KLM (Francia y Holanda) emplean aeronaves Boeing 787 Dreamliner para sus frecuencias semanales entre Europa y Costa Rica.
En el transcurso de un vuelo de 10 a 12 horas, estas aeronaves consumen de 140.000 a 150.000 litros de Jet Fuel A-1 conforme las especificaciones de sus respectivos fabricantes.
Una rebaja de ¢9,41 por litro de Jet Fuel A-1 reportaría así a las distintas aerolíneas ahorros por viaje de entre ¢1,3 millones y ¢1,4 millones (aproximadamente de 2.100 a 2.300 euros).
De acuerdo con datos de la Dirección General de Migración y Extranjería, analizados por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), las llegadas de visitantes internacionales al país subieron de 3.016.667 en el 2018 a 3.139.008 en el 2019.
Eso representa 122.341 visitas adicionales para un repunte de 4,5% de visitantes, la gran mayoría turistas.
De ese incremento, 69.710 fueron ciudadanos de Estados Unidos, es decir, el 57% del aumento total vino de ese país, que por mucho es el principal mercado emisor de turistas a Costa Rica.
El aumento en ingresos de ciudadanos de ese país norteamericano se consolida así en los dos últimos años, luego de una caída del 2,8%, en el 2017 respecto al 2016, cuando vinieron a Costa Rica 34.036 estadounidenses menos que en el 2016.