Como parte de las medidas para abaratar las tarifas eléctricas, el presidente Luis Guillermo Solís se comprometió ayer a optimizar y poner bajo microscopio los costos de operación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Eso implica que revisará todos los rubros que afectan la tarifa: compras de combustibles para generación de energía térmica, límites de gasto, condiciones de préstamos para levantar megaproyectos y millonarios desembolsos mensuales en alquileres operativos.
Solís aseguró que aún revisa el borrador que le entregó días atrás Carlos Obregón, presidente del ICE, con una serie de propuestas para rebajar a corto plazo los recibos de luz. Según dijo, la decisión la tomará en unos 15 días, tras concretar reuniones con varios representantes del sector energético.
Esta discusión surge justo cuando está por aprobarse un alza de hasta un 16% en las tarifas de luz, la cual regiría a partir del 1. ° de julio y responde a la escasez de lluvias.
Hoy, la compra de combustibles representa un 21% de los gastos de generación del Instituto; el 18% corresponde a las compras a generadores privados y un 17% a la depreciación de activos. Ese último gasto bajaría, según la Aresep, si el ICE se librara de activos viejos e inútiles.
Del total de gastos por generación, el 17 % corresponde a alquileres operativos o arrendamientos. Estas deudas son fideicomisos que ha tramitado el ICE para financiar la construcción y puesta en operación de sus proyectos energéticos.
Mientras que en el 2006 gastó ¢13.726 millones por concepto de alquileres operativos, el año pasado la entidad invirtió cuatro veces más en ese rubro: ¢59.823 millones.
El millonario pago del ICE para financiar cinco de sus plantas (tres hídricas, una térmica y una geotérmica) es de los principales detonantes del alza tarifaria que pagan los costarricenses, según el intendente de Energía de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), Juan Manuel Quesada.
Una de las alternativas propuestas por Quesada para lograr rebajas de luz a corto plazo, es que el ICE renegocie con los bancos los términos de financiamiento de sus megaproyectos; que persiga tasas menores al actual 13% y extienda los plazos de pago a más de 12 años.
La Aresep revisa los costos de generación y distribución de las ocho empresas distribuidoras de energía, con el fin de definir qué gastos se trasladan al usuario.
A corto plazo. Con los años y ante la creciente escasez de lluvias en el país, el ICE aumentó la quema de combustibles fósiles para abastecer de electricidad a la población.
Una década atrás, la energía térmica representaba un 1% de la energía producida, mientras que la hidroeléctrica –la principal– se encargaba del 82%. Ahora, la térmica subió al 12% (representa el 22 % de la capacidad instalada: 596 megavatios) y la hídrica bajó al 67%.
¿Se abaratarían los costos si se rebajara o anulara el impuesto único a los combustibles, que se utilizan en la generación térmica?
Esa no es una solución significativa para la Aresep, la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope) y la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR). Al contrario, estiman que se generaría un hueco fiscal y ciertos sectores dejarían de percibir el rubro.
Según sus cálculos, si en el 2013 se hubiese eliminado ese tributo, la factura eléctrica se habría reducido en un 1,7%. Esto, pues el pago por el impuesto fue de ¢14.000 millones y la facturación total a los clientes fue de unos ¢816.000 millones.
Otra de las salidas para abaratar costos es aumentar la importación de megavatios desde el mercado regional, con tal de reducir la quema de búnker y diésel. Eso, siempre y cuando el precio fuera más bajo que el costo marginal regional.
Esas compras al exterior han ido creciendo desde el 2012. La Aresep proyectó que, este año, el país se ahorraría unos ¢27.720 millones si el Instituto importara según lo previsto, de aquí a diciembre.
Los recibos serían más baratos si el ICE les comprara más energía a generadores privados, cuyos megavatios con fuentes renovables suelen resultar menos costosos que los megavatios térmicos del Instituto. La metodología para fijar las tarifas de generación privada la estableció el ente regulador en el 2010. El presidente Solís afirmó que revisaría la cláusula que limita al ICE a comprar únicamente el 15% de la energía a empresas privadas.
La generación distribuida –como una opción para que los hogares puedan generar con panel solar y coloquen los remanentes en una red– está apenas estrenándose. Esta salida la promueve, sobre todo, el Ministerio de Ambiente y Energía.
Según la CICR, debe fijarse una tarifa horaria para todos los usuarios, con tal de que usen la energía en las horas en que es más barata. La idea es que se eviten los abusos entre 6 a. m. y 8 a. m. ; entre 11 a. m. y 2 p. m. y entre 6 p. m. y 8 p. m.
Diversificarse. El presidente Solís aseguró que, además de implementar medidas que bajen las tarifas a corto plazo, “irá analizando” cada una de las opciones para diversificar la matriz energética del país.
“ Ya la hidroeléctrica no nos da y la tecnología nos permite ver otras alternativas como la solar, la geotermia... Este es un tema de Estado y este país tiene a expertos que se pueden apropiar de ese debate.
”La mejor manera de resolver este tema tiene que ver con el consumo; no podemos seguir como vamos, tenemos que racionalizar (...). Si no lo entendemos con la sequía que tenemos encima, ya no hay cuando”, expresó Solís.
Con esa urgencia de aplicar cambios a la matriz coincidieron los jerarcas de la CICR y Acope. ¿Cuánta penetración debe tener la energía solar, la biomasa, la hídrica o la térmica? Desde su perspectiva, eso debe establecerlo el Plan Nacional de Electricidad, al igual que debe definir la expansión eléctrica.