Conforme se acerca la fecha del sorteo más esperado del año, los jugadores más fieles empiezan a hacer números. Los llamados agüizotes, apariciones en sueños y el dejar todo en manos del azar son parte de las estrategias de quienes depositan sus esperanzas de convertirse en millonarios con el Gordo navideño.
Esas “técnicas” parecen tener sustento en las historias que han compartido algunos de los últimos ganadores del millonario juego de lotería, que en esta ocasión repartirá ¢7.200 millones solo en el premio mayor.
Sueños
Hace apenas dos años, cuando la suerte recayó en el número 19, con la serie 613, un vecino de Río Frío, contó al llegar a la Junta de Protección Social (JPS) a cambiar una de las fracciones premiadas del mayor, que compró ese número precisamente porque su mamá –que había fallecido cuatro meses antes del sorteo– se le apareció en un sueño mostrando una camiseta con el número 19 impreso.
Lo curioso fue que su hermano, a quién él le compartió el sueño, también compró ese número pero con diferente serie, por lo que el premio que recibió fue significativamente menor a los ¢40 millones que se llevó su hermano.
Pero esa no fue la primera vez que un ganador dijo haberse guiado por un sueño. Tras el sorteo del 2020, una vecina de Alajuela compartió que días antes de que se jugar el Gordo visualizó claramente el número 66 mientras dormía.
La mujer de 57 años pidió a su esposo comprar tres pedacitos de ese número a las afueras del mercado de Alajuela que la hicieron ganadora de ¢120 millones.
Cuando la suerte llama
También en el sorteo del 2020, una joven que cambió dos fracciones del 66 con la serie 305, contó la particular historia que la convirtió en ganadora.
La muchacha simplemente eligió ese número porque vio que su jefe lo llevaba, así que decidió copiarle, con la suerte de que ella acertó con todo y serie y su patrón no. Según contó, los ¢80 millones que ganó iban a ser invertidos en poner su propio negocio y dejar su empleo, por lo que quien perdió en partida doble fue el empleador.
Otro joven ganador fue un vecino de Puntarenas quien ni siquiera buscó las suerte, sino que llegó a sus manos literalmente como un regalo.
El muchacho comentó que recibió una fracción del 00 y la serie 773 (número favorecido en el sorteo del 2022) como parte de un obsequio, pues él nunca juega lotería.
El presente se convirtió en el millonario premio de ¢40 millones que le sirvió para invertir en un negocio propio.
Un vecino de San José fue otro de los ganadores del año pasado, quien tampoco jugaba lotería y se dejó influenciar por la insistencia de un vendedor.
El afortunado josefino se encontraba en Golfito, en la zona sur, comprando electrodomésticos, y adquirió los dos pedacitos del 66 con la serie 305 por insistencia del vendedor, a quien poco antes le había pedido ayuda para que le cuidara los aparatos recién comprados.
Según contó, cuando regresó por esos electrodomésticos el señor le insistió mucho en que por lo menos le comprara dos pedazos, que eran los últimos que le quedaban en la mano y así se hizo ganador de ¢80 millones.
Otro ganador de lotería también citó a la diosa Fortuna, él compró con los últimos ¢3.000 que le quedaban en el bolsillo un pedacito valorado en ¢2.000 y solo se reservó la plata del pasaje para regresar a su casa.
El hombre relató, cuando llegó a cambiar el premio, que previo a hacer la compra estuvo en la iglesia del Carmen en San José centro. Su casa estaba a punto de ser rematada por el banco, por lo que se sentía muy agobiado.
El pedacito resultó ser el número favorecido del premio mayor y los ¢40 millones le permitieron salvar su propiedad en el último minuto.
Las fechas no fallan
El sorteo del 2021 también llevó suerte a un padre y una madre que con las fechas de cumpleaños de sus hijas en mente, buscaron el 19 para depositar ahí sus ganas de convertirse en millonarios.
Al final, esa fidelidad a uno de los agüizotes más populares les deparó ¢80 millones a cada uno, al ser portadores de dos fracciones del 19 con la serie 613, que resultó favorecido ese año.
La primera de estos afortunados es una mujer de 43 años, vecina de Escazú, a quien un vendedor de Alajuelita le consiguió sus dos pedacitos de la suerte, pues el número marca el día del nacimiento de su hija, pero además de su suegra ya fallecida.
Otra historia semejante contó al llegar por su premio, un vecino de Cartago, de 50 años, quien es vendedor de lotería y quiso dejarse las dos fracciones del 19 por ser el cumpleaños de su hija.
Ese año, precisamente el sorteo se realizó el 19 de diciembre, por lo que ese número era uno de los más apetecidos y la tradición de buscar la fecha del sorteo llevó suerte a muchos otros jugadores.
Esa dinámica se había presentado dos años antes, pues en el 2019 el sorteo se realizó el 15 de diciembre y fue el 15 con la serie 589 el que acompañó la bolita que decía “premio mayor”.
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