El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) confirmó este martes una caída en los niveles de lluvias que alimentan los embalses de generación hidroeléctrica, situación que se mantendría hasta final de año. La entidad, admitió en conferencia de prensa que esta situación abre la posibilidad de alzas tarifarias en 2025.
De esta forma, se plantea un panorama distinto al descrito en julio, cuando el presidente ejecutivo del ICE, Marco Acuña Mora, aseguró que no se preveía un aumento en el costo de la electricidad para el próximo año por concepto de generación térmica. El jerarca dijo entonces que esos ajustes se quedarían para el 2026.
Acuña declaró en aquel momento que el ICE confiaba en abundancia de lluvias en la segunda mitad del 2024 como supuesto base para descartar las alzas tarifarias.
Sin embargo, la perspectiva es diferente ahora al reconocer que sí podrían darse incrementos en el 2025 por los gastos acumulados en producción térmica de este año e incluso por una parte correspondiente al 2023.
Berny Fallas López, del área de Hidroclimatología del ICE, explicó que en agosto se registró un cambio radical en el patrón de lluvias, con un déficit marcado en las zonas donde se localizan embalses de generación hídrica.
“Nos ha cambiado muy fuerte el patrón de lluvias (...) esto ha hecho que no se hayan dado las lluvias que incluso en algún momento anunciamos”, admitió.
Según el especialista, los patrones de lluvia son tan cambiantes que los pronósticos se modifican en lapsos de dos semanas, lo cual vuelve “muy difícil” hacer previsiones.
Fallas indicó que de acuerdo con las últimas proyecciones, la fase fría del fenómeno El Niño Oscilación del Sur (ENOS), conocida como La Niña, entraría al país en diciembre y sería de corta duración, de manera que no sería capaz de revertir las condiciones deficitarias de agua para los embalses hidroeléctricos.
Como ha explicado el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), con La Niña las precipitaciones en toda Centroamérica suelen ser superiores a lo normal. No obstante, bajo estas condiciones, se espera que los meses de marzo y abril del 2025 presenten condiciones secas y temperaturas por encima de lo normal, confirmó el vocero.
El Instituto, además, proyecta baja disponibilidad de vientos para generación eólica para el resto del 2024, con un repunte en enero y febrero, a lo cual seguiría una caída entre marzo, abril y mayo.
ICE reconoce que está sujeto ‘a la bondad del clima’
Durante la conferencia, Agustín Murillo Fallas, gerente de Electricidad a.i. del ICE, fue consultado sobre cómo podría sostener el Instituto que no habría alzas por generación térmica dadas las condiciones deficitarias de lluvias para las plantas hidroeléctricas.
El funcionario insistió en que las alzas están descartadas, siempre y cuando se cumpla una previsión de mejora en las lluvias. Sin embargo, confirmó la posibilidad de los aumentos.
“No podemos dejar de decir que pueden existir condiciones extraordinarias, estamos sujetos a la bondad del clima y que esas lluvias previstas lleguen.
“Definitivamente sí, queremos dejar esa alerta de que somos vulnerables ante el impacto del clima y eso viene de la mano de que poseemos una matriz de generación predominantemente renovable”, alegó.
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La declaración llegó al día siguiente del anuncio por parte de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) de que habilitó en tiempo récord dos tanques de almacenamiento de búnker para el Instituto, anticipándose a un eventual incremento en la demanda de ese combustible para generar electricidad.
Golpe tarifario pendiente
Las alertas del ICE se dan casi cuatro meses después de que Costa Rica estuvo al borde de racionamientos eléctricos por la caída en los niveles de los embalses causada por la escasez de lluvias, y por la falta de previsión del ICE para anticipar el aumento en la demanda eléctrica tras la pandemia de covid-19.
De hecho, Acuña Mora destituyó el 29 de mayo al entonces gerente de Electricidad, Roberto Quirós Balma, por considerar necesaria una mejora en la planificación para evitar potenciales racionamientos.
Hasta julio, se calculaba que las tarifas de electricidad absorberían ¢147.000 millones debido al uso de búnker y diésel en la producción térmica de electricidad, lo que incluye un rezago tarifario del 50% en 2023 por estos gastos.
Esta cifra también abarca los costos proyectados para 2024 y 2025 que, según la metodología actual de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), deberán ser reconocidos en su totalidad el próximo año, tal y como confirmó la semana pasada Mario Mora Quirós, Intendente de Energía de la entidad.
La Aresep determinará el ajuste tarifario definitivo cuando el ICE presente en noviembre la información actualizada de sus costos en 2024 por gasto térmico e importaciones.