Una nueva grieta en la hidroeléctrica Reventazón, en Siquirres (Limón), pone en apuros a las autoridades del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), pues las filtraciones de agua por la fisura podrían comprometer la operación de la planta de $1.567 millones, la más costosa de la empresa pública. Esta es la segunda grieta en la estructura en menos de 6 años.
El daño está en una galería o túnel próximo al vertedero de la represa. La otra hendidura en esta hídrica estrenada en setiembre de 2016 apareció frente a las compuertas del vertedero de excedentes de agua, del lado del embalse, pocos meses antes de su inauguración.
El ICE confirmó el viernes la más reciente rotura en el Sistema de Compras Públicas (Sicop) donde publicó un concurso para contratar la instalación de unos aparatos llamados transductores de desplazamiento con cable los cuales le permitirían vigilar la grieta en la llamada galería 220 MD; situada a la derecha del vertedero de excedentes de agua del embalse.
Esos transductores son un tipo de sensor que miden la posición y desplazamiento lineal de un objeto en una dirección a lo largo de un único eje, mediante el uso de un cable flexible. Según literatura técnica, transforman una magnitud física en una señal eléctrica que sirve como registro de movimiento. Son particularmente útiles para detectar magnitudes físicas como humedad en aire, caudales o presiones de distinto tipo: sonoras y geológicas, por ejemplo.
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Según un anexo en la contratación 2022CD-000749-0000400001, el Instituto aclara a los posibles interesados que “hay mucha complejidad de acceso a la galería 220 MD, donde se ha identificado una grieta en el sector C con conexión directa al embalse. La galería está comprometida y hay que monitorear para evitar una fatalidad y permitirle al personal de auscultación y operación tomar decisiones en tiempo real sobre el nivel del embalse, que es el principal catalizador de estas filtraciones por la presión que ejerce sobre el macizo rocoso, esto sin poner en riesgo la operación de la planta ni la integridad de las estructuras”.
En los documentos para esta contratación estimada en ¢16 millones, el ICE manifiesta su preocupación de que “se generen desprendimientos de material producto del arrastre que dichas filtraciones pueden ocasionar en el macizo y provocar el colapso parcial o total de la galería, esto generaría una afectación no solo a la imagen de la Administración sino además pérdidas económicas”.
La Nación consultó al Instituto cuándo detectaron la grieta, a qué nivel o elevación se localiza y qué tan cerca está del embalse, así como cuál es comportamiento de las filtraciones y coloración del agua (si aumenta o baja la filtración y si el líquido sale café o turbio). También se preguntó a la empresa si la colocación de los aparatos es por la aparición de otras grietas en la galería y si la misma está inundada.
En respuesta, la empresa emitió un comunicado al cierre de la tarde de este lunes, en el cual rechaza alguna condición de riesgo, aunque reconoce que ha invertido $15,5 millones en la atención de la situación en el macizo. El ICE aseguró “que actualmente está controlada (la situación) y no representa un riesgo para la operación de la planta”.
El problema de grietas, admitió, se conoce desde 2017.
La galería de la planta
Las galerías en obras de infraestructura como una planta hídrica pueden cumplir varias funciones.
Pueden ser puntos de acceso para inspección visual de la integridad del macizo desde donde es posible que personal ingrese a observar si hay grietas o filtraciones.
También se utilizan para colocar instrumentos de medición con los cuales vigilar si hay deformaciones internas o deslizamientos en las márgenes de la represa. Incluso para drenar agua del interior de la represa de darse esta eventualidad.
La contratación es para el servicio de instalación, programación y puesta en marcha de cuatro transductores de desplazamiento de alambre modelo Modelo 4450-1-25mm, de la marca Campbell Scientific que ya tiene el ICE en la caseta principal del vertedor en la planta, para situarlos en la galería 220MD.
El cableado de los cuatro transductores deberá ir protegido con tubería de PVC que ingresarán por conductos ya existentes que bajan por un foso de descarga hacia el fondo de la galería.
La planta Reventazón fue presentada por el ICE como la “segunda obra de infraestructura más grande de Centroamérica luego de la ampliación del Canal de Panamá” y proyectó que generaría unos 1.560 Gigavatios (GWh) anuales.
Esto nunca ha ocurrido, revelan estadísticas de generación del Centro Nacional de Control de Energía del 2017 al 2021 pues la planta ha mantenido un promedio de generación anual de 901 GWh en los últimos cinco años. La única excepción fue el 2021 cuando aportó 1.107 GWh.
Grieta anterior
Esta grieta se une a otro evento de ruptura en la hidroeléctrica que causaba una “fuerte filtración” de agua en el macizo rocoso donde se construyó el vertedero de la represa, lo cual obligó a que la planta saliera tres meses de operación para solucionar el problema.
Esa fue la admisión del Instituto en un informe que brindó a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y en una respuesta a consultas de La Nación sobre este caso, en diciembre del 2017.
Aquellos trabajos hicieron necesario reducir el nivel del embalse de siete kilómetros cuadrados para construir un blindaje de 33 metros de extensión en la zona donde se han dado “fracturas en la roca”, una de las cuales generó una filtración de hasta 180 litros por segundo, indicó el informe que adjuntó el entonces gerente de Electricidad, Luis Pacheco Morgan, en su reporte a la Aresep.
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El problema lo conoció el Instituto semanas antes de inaugurar la megaobra en setiembre del 2016, según reveló el oficio 0510-0818-2017 que Pacheco Morgan envió el 24 de agosto del 2017 a la Aresep.
Aquella grieta era de tal tamaño que el canal de drenaje o galería acumulaba entonces meses arrojando agua al pie de la presa de esa planta, en momentos en que tenía menos de año y medio de estrenada.