El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) mantendrá en teletrabajo a la mitad de su planilla una vez superada la pandemia que forzó al uso intensivo de esa modalidad laboral. Ahorro y conveniencia para el personal allanaron el camino hacia esa decisión.
Hazel Cepeda Hodgson, gerenta general del ICE, confirmó que la disposición comprendería a unos 7.000 funcionarios, quienes hoy trabajan desde sus casa.
A junio, el ICE tenía en planilla 15.399 trabajadores, de forma tal, que la medida incluiría al menos al 45% del personal.
Cepeda aclaró que la mayoría de los funcionarios que se quedaran en teletrabajo no realizar antes de la pandemia labores de atención al clientes, averías, instalación de servicios o trabajo en plantas de generación de energía.
“Ya que el teletrabajo llegó para quedarse en el mundo y no seremos la excepción. Esperaríamos que luego de pasar esta crisis sanitaria, pudiéramos mantener ese mismo personal”, afirmó Cepeda.
La funcionaria reafirmó que toda la mentalidad y los esfuerzos del ICE ahora implican abandonar espacios tradicionales de operación, como oficinas y salas de reuniones, para sustituirlos por áreas inteligentes como reuniones virtuales desde la cuales gestionar el quehacer institucional.
“Somos referentes en brindar soluciones tecnológicas, incluidas las que hacen posible el teletrabajo, así que obviamente daremos el ejemplo. Ya confirmamos que sí se puede laborar de manera eficiente y por resultados”, recalcó la jerarca.
Cepeda también enfatizó que, derivado de este estilo laboral, han evidenciado un mejoramiento en la calidad de vida de los funcionarios.
“Esto ha crecido de forma exponencial porque nuestro personal ha disfrutado también de más proximidad y cercanía con sus hogares y familias, sin descuidar sus obligaciones a lo largo de meses complejos para todos”, agregó.
Millonarios ahorros
Sin embargo, el mayor pilar sobre el cual descansa la decisión apunta a millonarios ahorros.
Por meses, el ICE ha disminuido el gasto por uso de sus vehículos (combustible, mantenimiento, repuestos, etcétera), pago en alquileres de edificios y servicios de apoyo logístico.
Además, una sensible caída en el gasto de materiales de oficina, agua, luz, telefonía y suministros de aseo e higiene personal en sus edificios; entre otros.
Solo este año, el ICE redujo la mayoría de su gasto en papelería, impresión, mensajería y almacenamiento físico y digital de documentos, al digitalizar trámites internos como movimientos de personal, constancias salariales y cursos cortos.
A setiembre, ya el teletrabajo en el ICE reportaba ¢2.705 millones de ahorro.
“En esta pandemia hemos evolucionado a otro nivel y eso le ha generado muchísimos millones de ahorro. Continuaremos enfrentados a situaciones donde todos seguiremos aprendiendo, pero en el ICE el teletrabajo ha sido un rotundo éxito”, aseguró Cepeda.
La misma ruta quizás podrían seguir otras entidades públicas que ya se encuentran en la misma modalidad laboral.
Al 7 de diciembre, había 67.370 trabajadores públicos en teletrabajo, quienes comenzaron a trabajar desde sus casas en marzo, según los datos reportados por el Ministerio de Trabajo.
De estas personas, 47.528 (el 70,5%) pertenecen al gobierno descentralizado, el cual lo integran 128 entidades, como instituciones autónomas, empresas públicas, municipalidades y todos órganos adscritos a estas, entre otros.
Los restantes 19.842 trabajadores (29,5%) pertenecen al Gobierno Central. Esa suma es el reporte a Trabajo de 36 entidades como ministerios y poderes de la República, así como todos sus órganos y el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), por citar a la mayoría.
Sin embargo, del total de trabajadores públicos en teletrabajo, la mayoría, 39.000 personas, es decir, el 58%, laboran en instituciones autónomas, como es el caso del ICE.
También en el sector privado, el arraigo del teletrabajo fue evidente, pues 261.108 personas se sumaron a esa modalidad, en el último año, de acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo (ECE), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a inicios de noviembre.
La medición, que ofrece datos para el tercer trimestre del 2020 (julio, agosto y setiembre), detalla que para ese mismo periodo pero de un año atrás, la cifra de empleados con labor remunerada desde la casa era de 21.524 y ahora es de 282.632, por el efecto de la pandemia, es decir, que creció un 1.213%.
Esa cifra; no obstante, es apenas una fracción dentro del gran pastel de la población ocupada asalariada, el cual lo componen 1,29 millones de personas. El INEC detalló que un 78,8% de esa población no realiza trabajo de manera remota desde sus hogares.
Apoyo sindical
Incluso, sindicatos del ICE apoyan la decisión, tal es el caso de la Asociación Nacional de Técnicos en Telecomunicaciones (Anttec)
Sergio Olivares, dirigente de esa agrupación, destacó en primer lugar, que el teletrabajo ha permitido a una importante población de trabajadores desempeñarse sin problema y, a la vez, con menos riesgo de transmisión de la covid-19.
“Consideramos que el teletrabajo impacta en forma positiva al trabajador, porque le genera ahorros en gastos asociados a transporte, gasolina, pasajes o peajes. Eso y que le mejora su calidad de vida porque trabaja cerca de su familia y con herramientas que la propia institución brinda para garantizarle sus labores”, expresó.
Olivares sí sugirió a la administración del ICE que, en tanto siga el teletrabajo, sí deberían firmarse adendas al contrato de trabajo que formalicen el teletrabajo como modalidad asumida a voluntad por el trabajador y sin “modificación unilateral en los elementos esenciales del contrato de trabajo como remuneraciones, jornadas y respeto al derecho a la carrera administrativa”.