El Estado costarricense recuperó, este miércoles, espectro radioeléctrico que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) se resistía a devolver, el cual es necesario para reasignar bandas de transmisión con el fin de desplegar en el país la quinta generación de redes de telecomunicaciones móviles conocida como 5G.
La firma del acuerdo mutuo de cesión fue anunciada por el presidente Rodrigo Chaves en Casa Presidencial. Sin embargo, los términos de devolución se apartan por ahora de las recomendaciones de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), que advirtió desde hace años una concentración de espectro en poder del ICE que le permitía adelantarse a sus rivales y disponer de una ventaja comercial indebida en este mercado, en competencia desde el 2011.
Según el acuerdo, el ICE le cede al Ministerio de Innovación, Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) 125 megahercios (MHz) distribuidos de la siguiente manera: 100 situados entre las bandas de transmisión de 3.400 MHz y 3.500 MHz y 25 entre las franjas de 3.600 MHz y 3.625 MHz.
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El anuncio supone una oportunidad para mejorar la competitividad nacional y atraer inversiones, así como dinamizar el clima de negocios digitales.
La firma es un primer paso para contar con frecuencias identificadas por diferentes actores a nivel mundial y a nivel nacional por la Sutel como indispensables para ser incluidas en la subasta internacional pública que podría consumir unos 18 meses en darse.
El espectro radioeléctrico es un bien del Estado, compuesto por todas las ondas electromagnéticas que viajan por el espacio y gracias a las cuales son posibles las telecomunicaciones modernas como las transmisiones de radio, televisión, telefonía, satélite, entre otras.
Para implementar 5G en Costa Rica de manera óptima a nivel técnico, se necesita una mezcla de segmentos de bandas o frecuencias de espectro ocioso en poder del ICE, con el fin de subastarlo entre las firmas extranjeras para así iniciar pruebas de eventuales servicios comerciales para individuos, empresas o entidades públicas y privadas, detalló Sutel en uno de sus últimos informes técnicos emitido el año pasado.
Según Sutel, la cantidad idónea de espectro para impulsar 5G sería entre 80 y 100 megahercios de las frecuencias de 2.600 MHz y 3.500 MHz; las más atractivas comercialmente por centrar desde hace unos años las pruebas y desarrollos por parte de transnacionales dedicadas a las telecomunicaciones o fabricación de dispositivos como celulares, computadoras y tabletas; entre otros.
Este miércoles, el ICE no devolvió al Estado espectro en la banda de 2.600 MHz donde concentra 190 megahercios, según los estudios de la Sutel. De la banda de 3.500 MHz, la empresa todavía conserva 100 megahercios para sus desarrollos comerciales incluso luego de ceder los 125 megahercios anunciados este día por las autoridades.
Casa Presidencial admitió en un comunicado que para el caso de la banda de 2.600 MHz “se seguirán realizando esfuerzos” para recuperar espectro allí.
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Codiciado bien
Desde la apertura del mercado de las telecomunicaciones hace 11 años, el ICE ha tenido en concesión 550 megahercios en seis bandas, pero la mayoría en condición ociosa o subutilizada, según criterios de Sutel y cámaras empresariales de telecomunicaciones, mientras empresas extranjeras como Claro y Liberty se reparten 200 megahercios luego de una primera subasta de frecuencias en el año 2011.
La tecnología 5G implica mayor ancho de banda, el cual se traduce en velocidades para trasiego de datos de hasta 10 Gigabits por segundo (Gb/s), según la Asociación GSM. Un Gb/s equivale a 1.000 Megabits por segundo (Mb/s).
Esto supone una revolución capaz de ampliar la competitividad de un país y dinamizar negocios dado el aumento exponencial previsto de aparatos enlazados a Internet y a mayor velocidad gracias al uso de espectro radioeléctrico en esas bandas de 2.600 MHz y 3.500 MHz, principalmente.
Tales condiciones abren la puerta a cualquier economía para la eventual exportación de sus servicios a clientes en el extranjero o atraer inversiones desde el exterior para instalarse en el país.