Los 780.000 abonados del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) podrían percibir un alza del 13% en sus recibos de luz al comienzo del 2019, según la solicitud planteada por la institución.
Con el ajuste, el Instituto pretende recibir ingresos por ¢43.311 millones, en momentos cuando reporta una pérdida de ¢65.002 millones a junio 2018; ligeramente inferior a la reportada a junio de 2017 cuando fueron ¢65.596 millones, conforme sus estados financieros.
El estudio tarifario se tramita en la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) bajo el expediente ET-055-2018. En el documento, el ICE propone subir de ¢3.045 a ¢3.290 los cargos fijos (bloque de consumo de 0 a 40 Kilovatios hora, kWh).
Además, plantea variar de ¢76,14 a ¢82,25 el precio por kilovatio en el bloque de consumo de 41 a 200 kWh y elevar de ¢137,22 a ¢148,24 el valor por kilovatio adicional luego de 200 kWh consumidos.
Las variaciones afectarían principalmente a hogares que representan 87% de abonados del Instituto (681.000 viviendas).
Una familia que consume 200 kWh al mes pasaría de pagar ¢15.227 a ¢16.450 por la misma energía; ¢1.223 adicionales de aprobarse la variación.
El año pasado, la Aresep rechazó un alza de 19% en la tarifa de luz que solicitó el Instituto para 2018 por falta información que justificara la solicitud. En su lugar, la Aresep otorgó 1,85% de incremento; indica el Alcance 52 del diario oficial La Gaceta que se publicó el 9 de marzo del 2018.
El actual pedido del ICE llega en momentos en que el pago de la deuda reporta un incremento sostenido en los últimos tres años.
Peso de deuda
La empresa estatal canceló ¢177.780 millones de intereses y comisiones de sus créditos y bonos de deuda en 2017. Eso es 87% más frente a los ¢95.111 millones pagados en el 2014.
Ese repunte en el costo financiero provocó que el año pasado el Grupo ICE cerró con una pérdida de ¢51.706 millones, mientras en el 2016 tuvo una ganancia de ¢30.377 millones, indican los estados financieros auditados de la compañía publicados el 29 de mayo anterior.
La entidad tuvo, en el 2017, ingresos por ¢1,35 billones; una reducción de 1,6% frente a los ¢1,38 billones en ventas de energía y servicios de telecomunicaciones del 2016.
El resultado de la compañía pública incluye la información del ICE, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), Radiográfica Costarricense (Racsa), Cable Visión Costa Rica y Gestión de Cobro del Grupo ICE S. A.
El Instituto atribuyó el desequilibrio financiero a que, el año pasado, no se reconoció –en el cobro de tarifas a sus clientes– la totalidad de la inversión hecha en las plantas hidroeléctricas Reventazón y Balsa Inferior, recalcó Jesús Orozco, jefe de la División de Finanzas del Grupo ICE.
La inversión en ambas obras tuvo un costo alto. El proyecto Reventazón, del ICE, está valorado en $1.567 millones, $810 millones más de los estimado en el 2008.
La CNFL, que atiende a 563.000 abonados, también solicitó para el otro año 24% de incremento en el recibo de electricidad la mayoría (85%) consumidores residenciales.
El pedido planteado el 21 de setiembre persigue trasladar a sus clientes pérdidas por fallidos proyectos de generación.
La Compañía presentó la petición ante la Aresep donde se encuentra en proceso de trámite bajo el expediente ET-048-2018.
Según la subsidiaria del ICE, sin ese aumento hay un riesgo en la atención de “obligaciones, liquidez, rentabilidad y ejecución del plan de inversiones” para distribuir la energía.
La salud financiera de la CNFL sigue débil debido a proyectos fallidos de generación, según un informe de la Contraloría General de la República (CGR) del 30 de junio anterior.
El diagnóstico de las finanzas de la subsidiaria del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) figura en el informe Evolución Fiscal y Presupuestaria del Sector Público. Primer Semestre 2018, que revela el nivel de la deuda pública del Gobierno Central.