A pesar de que desde el 2003 la Iglesia católica recibió una denuncia por presuntos delitos sexuales contra el cura Mauricio Víquez, no fue hasta el 2018 que decidieron suspenderlo de la labor sacerdotal.
Así consta en una relación de hechos entregada por la curia metropolitana a La Nación, en la cual admite que el entonces vicario general José Rafael Quirós, y el entonces arzobispo de San José, Hugo Barrantes, conocieron de la queja presentada por una presunta víctima de nombre Anthony Venegas, hace casi 16 años.
Igualmente, en un comunicado de prensa dado a conocer este jueves, señalan que a partir de aquella queja presentada por Venegas y su familia, Barrantes decidió remover a Víquez del “oficio de párroco”.
La medida, sin embargo, no le impidió continuar con labores sacerdotales, pues Víquez fungió como vocero de la Iglesia en temas de familia, por lo que su aparición ante las cámaras era frecuente.
Posteriormente, en 2016, y ya con tres años como arzobispo, José Rafael Quirós tomó la decisión de restringir “un poco más” el ejercicio sacerdotal de Víquez, y le impidió celebrar sacramentos por “conducta homosexual con adultos”, según relata la relación de hechos. No obstante, el cura continuaba ligado con las labores eclesiásticas.
No fue sino hasta mayo de 2018, que finalmente la Iglesia católica tomó la decisión de suspender al sacerdote, mientras se resuelven las denuncias en su contra ante el Vaticano.
Contra el cura pesan nueve quejas que se tramitan por el derecho canónico, y una denuncia penal interpuesta por un joven de 27 años, quien asegura que Víquez abusó sexualmente de él cuando era menor de edad. De los hechos conocidos públicamente, esta es la única causa que no ha prescrito.
Defensa
En el comunicado de prensa, la Iglesia defiende el accionar del arzobispo Quirós, al señalar que como vicario trasladó a la máxima autoridad de ese entonces, el arzobispo Hugo Barrantes, la denuncia contra Víquez. Empero, no emite criterio sobre Barrantes, retirado desde el 2013, luego de cumplir 75 años.
“Aclaramos que el actuar del actual arzobispo de San José, en todo momento ha sido el debido en este tema. Tanto en el año 2003, transmitiendo al entonces arzobispo, monseñor Hugo Barrantes la información recibida, como en el 2018, cuando inició el proceso canónico”, menciona la curia en un comunicado.
“No puedo negar que me afectan siempre las declaraciones que dan en la curia. Sumamente increíble cómo justifican sus actos. Si él no tenía la potestad para hacer algo como vicario, ¿por qué no lo hizo cuando tomó el arzobispado?”, aseguró Anthony Venegas, una de las presuntas víctimas.
Él, junto a Michael Rodríguez, otra aparente afectado, elevaron una denuncia canónica por presunto encubrimiento de los delitos sexuales del sacerdote contra el arzobispo Quirós, y su antecesor, Hugo Barrantes.
La queja fue planteada ante el nuncio apostólico de Costa Rica, Antonio Cari, quien debía trasladar el caso al papa Francisco.
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No irá a cumbre
El arzobispo de San José, José Rafael Quirós Quirós, anunció que suspendió su participación en el encuentro de protección de menores, que celebrará el Vaticano la próxima semana, en donde estará el máximo pontífice, Francisco.
Según Quirós, evitará su presencia en la cumbre mientras se resuelven las denuncias canónicas contra el sacerdote Mauricio Víquez. No hizo mención sobre el proceso elevado a Roma en su contra por presuntamente encubrir delitos sexuales en la Iglesia.
El obispo de San Isidro y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Gabriel Enrique Montero, será el enviado a la cumbre en representación de Costa Rica.