A las 6 p. m. de este lunes arribará a la estación al Atlántico, en barrio Aranjuez, San José, el primero de los trenes nuevos de diésel en ponerse en servicio al público.
La unidad se colocará en el andén, abrirá las puertas de sus dos vagones y recibirá a los pasajeros para luego enrumbarse hacia Cartago, en un viaje inaugural que marcará la puesta en operación de las máquinas compradas a la empresa china CRRC Qingdao Sifang.
Ese momento también se convertirá en la primera ocasión en toda la historia ferroviaria de nuestro país, en que ese sistema de transporte público masivo opere con unidades nuevas autopropulsadas.
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Al abordar el tren, los usuarios se toparán con muchas diferencias en relación con las viejas unidades. Una de las más llamativas es que los 74 asientos están ubicados a los lados, como se estila en los metros.
La colocación de los asientos hace que los pasillos sean muy amplios y faciliten el flujo de pasajeros que suben y bajan de las unidades. También hay asientos preferenciales y espacio para dos sillas de ruedas.
A diferencia de las máquinas antiguas, que tienen una capacidad para movilizar a 180 pasajeros, los trenes nuevos podrán transportar a 376.
Las máquinas nuevas también solventarán el eterno problema del excesivo calor en los viajes, pues contarán con aire acondicionado. Tal facilidad duró poco cuando se pusieron en funcionamiento las unidades usadas.
Otra de las novedades para los pasajeros es la plataforma de información visual y sonora, que funciona con GPS (Sistema de Posicionamiento Global).
En cada vagón hay dos pantallas LED, así como parlantes. Cada vez que se aproxime a una estación el sistema avisará a los usuarios, al mismo tiempo que se transmitirán por un parlante audios pregrabados por la Universidad Estatal a Distancia (UNED) para notificar a los pasajeros.
Costa Rica compró ocho unidades a la empresa CRRC Qingdao Sifang en diciembre de 2018, por un monto de $32,7 millones.
Esta es la mayor inversión que realiza el país para modernizar su transporte público ferroviario. Antes de esta, la mayor adquisición de Incofer fue en 2009, cuando se compraron cuatro unidades Apolo por $2,9 millones a la empresa española Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve).