En un 1.° de agosto totalmente atípico, la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles cambió su ajuar durante la ceremonia de vestición, realizada en la basílica de Cartago, la mañana de este domingo.
Contrario a los años anteriores a la pandemia, cuando el templo lucía a rebosar de romeros y asistentes a las ceremonias religiosas, este domingo las autoridades eclesiales guiaron la ceremonia frente a un público escaso, para cumplir con el aforo máximo ordenado por Salud.
Es cierto que no hubo la multitudinaria asistencia de años previos. Sin embargo, la fe sí fue abundante y se sentía en cada rincón del vetusto edificio, cuya construcción tiene sus orígenes en 1777.
En las bancas de la basílica estaban Johan Rivera Brenes, de San Blas de Cartago, que llevó unos vestidos para bendecirlos y luego regalarlos a enfermos. De hecho, dos irán para conocidos que están con covid, según dijo.
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También Carmen Ramírez y Ana Violeta Gamboa, de Tres Ríos de La Unión, llevaron varias vestimentas.
Ramírez dijo que tiene seis años de acudir a esta ceremonia, con la intención de regalarlos a quienes necesiten la bendición de ‘La Negrita’.
Este 2 de agosto se conmemoran 386 años de la aparición de la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles a Juana Pereira, una joven indígena de La Puebla de los Pardos.
A la imagen se le coloca un vestido para protegerla del manto metálico que la cubre.
El de este año fue confeccionado por la Arquidiócesis de San José, en el contexto del bicentenario de la independencia, informó la oficina de prensa de la basílica.
También, porque se celebra el centenario de la erección de esa Arquidiócesis y los 150 años de la proclamación de San José como patrono de la Iglesia.
Una década atrás era costumbre probar cada vestido que le regalaban a la imagen en una ceremonia en el templete.
Sin embargo, en una ocasión llegaron 6.000 y esto hizo materialmente imposible continuar con esa tradición. Por eso, en los últimos años, se escogen tres para probar.
Años atrás, el cambio se hacía a puerta cerrada, en la sacristía. Luego, dentro de una eucaristía, pero al empezar a llegar multitudes, cambiaron el escenario a la plazoleta.
Como parte de esta ceremonia, se bendicen cientos de vestidos que llevan los feligreses, de todas partes del país.
La eucaristía fue oficiada este año por monseñor José Rafael Quirós Quirós, arzobispo de San José, y por monseñor Mario Quirós Quirós, obispo de Cartago.
Este lunes saldrán hacia hospitales de todo el país más de 3.000 velas que han estado en la basílica durante estos días.
Esta última actividad, titulada ‘No perdamos la esperanza’, pretende motivar la oración en la lucha contra la covid-19.
La campaña es impulsada por la pastoral social de la diócesis cartaginesa, y contó con el apoyo de la empresa Vidriera Centroamericana, que se encargó de fundir los sobrantes de candelas.
Las velas serán llevadas a enfermos creyentes que luchan en los hospitales para recuperarse de la covid-19 con la intención de que sean un alivio espiritual, dijo monseñor Quirós.
* Colaboraron Keyna Calderón y Fernando Gutiérrez, corresponsales de GNM, y el foto periodista Rafael Pacheco.