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Al final de la época seca, al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) le llovió en la celebración de su 70 aniversario, actividad que se realizó en las afueras del edificio Jorge Manuel Dengo, en La Sabana.
“Las críticas van a seguir llegando”, dijo la presidenta ejecutiva de la institución, Irene Cañas, quien ironizó sobre la leve lluvia para referirse al momento que debe enfrentar la entidad.
"Al margen de todas las críticas y arremetidas que hemos tenido en las últimas semanas hoy celebramos 70 vueltas al sol”, manifestó Cañas.
El ICE ha sido blanco de polémica por firmar un contrato de cooperación con la firma china Huawei, en el cual se comprometió a instalar 1.000 líneas en tres años. Si no lo hace deberá a empezar a hacer desembolsos que podrían llegar hasta los $5,8 millones.
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Anteriormente, el Gobierno suspendió a seis directivos por presuntas irregularidades, entre ellos supuestos pagos indebidos de cesantías a los empleados y también por presuntas acciones irregularidades entorno a la figura del gerente general.
“Sabemos qué hay muchas cosas qué mejorar. Tenemos que enfrentar lo que está sucediendo hoy con nuestros ingresos. La disrupción tecnológica está haciendo que nuestros clientes se comporten completamente diferente y tenemos que saber responder a esas nuevas necesidades. Nuestra situación financiera, que no es secreto para nadie, es difícil pero la vamos a afrontar”, mecionó Cañas.
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El Instituto Costarricense de Electricidad proyectó cerrar el año anterior con pérdidas por ₡314.000 millones, principalmente por trasladar a la casilla de gastos $146 millones que invirtió en el megaproyecto de El Diquís, de cuya construcción desistió.
“A finales de este año veremos resultados. En el próximo estado financiero veremos los resultados de las acciones que estamos ejecutando”, aseguró Cañas.
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Cañas reconoció en noviembre que las finanzas de la institución estaban en “números rojos”.
