Desde 2010, las municipalidades poseen una normativa que les permite crear empresas público-privadas con capacidad para construir obra pública y gestionar proyectos con una eficiencia mayor a la que podrían alcanzar por sí mismas.
A la figura se le dio el nombre de Sociedad Pública de Economía Mixta (SPEM) y puede ser usada, por ejemplo, para dar el servicio de recolección de basura, construir infraestructura y crear iniciativas que generen empleo para la comunidad.
Aliarse con una empresa privada supondría, para los gobiernos locales, trabajar con menos trabas a las que están sometidos normalmente, y dividirse los costos de la inversión.
La ley reguladora de las SPEM establece que el 51% de las acciones deben ser del municipio, y otorga el restante 49% a la contraparte privada.
“Esta herramienta da a las municipalidades una posibilidad para potenciar el desarrollo económico de la comunidad, siendo líder para generar actividades productivas, en vez de limitarse a dar solamente los servicios básicos ”, explicó Yanina Soto, presidenta ejecutiva del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM).
A pesar de que las SPEM pueden ser aprovechadas por los 81 cantones del país desde hace seis años, pocos han tomado medidas para implementarla, y ninguno ha logrado llevar una propuesta a la práctica.
Obstáculos. Curridabat y Osa de Puntarenas son de los primeros gobierno locales en intentar crear empresas mixtas. Ambos proyectos han topado con múltiples barreras desde su inicio.
Édgar Mora, alcalde de Curridabat, resiente la dificultad para convencer al Concejo sobre los potenciales beneficios que supondría aliarse con el sector privado. Actualmente, en ese cantón se estudia la posibilidad de construir una terminal de buses mediante una SPEM.
Mora explicó que la idea es que el municipio aporte el terreno y gestione los permisos, mientras que una empresa constructora se encargaría del financiamiento y la edificación de la terminal.
De los ingresos que se generen, un 51% sería para el municipio, y el otro 49% iría para la contraparte privada.
El proyecto se trabaja en conjunto con el Consejo de Transporte Público (CTP), pero antes de que se ejecute deberá obtener el visto bueno de la Contraloría General de la República (CGR).
Ese es el filtro que no logró superar un proyecto de SPEM de la Municipalidad de Osa.
Ahí, el alcalde Alberto Cole pretende crear una empresa mixta que ejecute el mantenimiento de las calles del cantón y administre un tajo para la extracción de material de construcción.
La iniciativa se presentó en el proyecto presupuestario del año 2012. No obstante, la CGR desaprobó ese documento.
“Llegamos a la conclusión de que la resolución de la Contraloría fue cajonera, sin una visión de modernizar el aparato estatal. Le pareció que no era viable”, comentó Cole, quien contó que están trabajando en un replanteamiento del plan.
La CGR informó a La Nación de que el rechazo se debió a la detección de un desequilibrio entre los ingresos que el municipio esperaba captar y los gastos que implicaría el proyecto, y no a juicios sobre competencia o viabilidad, ya que ese aspecto no le compete.
Críticas. Para la Asociación Nacional de Alcaldías e Intendencias (ANAI), el ente contralor limita las posibilidades de acción de las municipalidades.
“En San José y Coto Brus se intentó crear empresas mixtas, pero tampoco recibieron el aval. Creemos que la CGR está viendo la mera legalidad, en vez de apreciar una oportunidad. Se hace un análisis técnico-jurídico que hace que la ley, prácticamente, parezca inaplicable”, manifestó Jonathan Espinoza, director ejecutivo de la entidad.
Él, además, apeló a que la misma CGR proponga mecanismos para agilizar la constitución de SPEM en todo el país.
Mercedes Hernández, presidenta de la ANAI y alcaldesa de Barva, señaló que los mismos gobiernos locales son los responsables de hacer que las SPEM sean proyectos viables, para lo que antes deben tener las reglas claras.
Con ella coincidió Soto: “Falta conocimiento, visión y coraje para poder ejecutar. Es necesario que quienes toman decisiones tengan visión de desarrollo, que muchas veces falta”, alegó.