El megaproyecto de alcantarillado del área metropolitana podría quedar inconcluso, después de cinco años de obras y millones de dólares invertidos.
Falta de planificación e imprevistos elevaron de $250 millones a $600 millones el costo de llevar las aguas residuales de un millón de habitantes de 11 cantones a la planta de tratamiento Los Tajos, en la Uruca.
De la estimación final todavía hacen falta $140 millones, para los que el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) tramita un préstamo con el Banco Nacional.
Esos recursos serían necesarios para completar la fase final, que corresponde a la interconexión de las redes de tuberías con las viviendas, así como los colectores en varias comunidades.
Tomás Martínez, presidente ejecutivo del Instituto, admitió a La Nación que a la fecha no tiene certeza de conseguir esos fondos.
“No puedo asegurar que se consolide (el préstamo), pero todas las gestiones para hacerlo se están trabajando con el Banco Nacional y esa es la expectativa, lograr ese financiamiento para materializar la obra completa”, explicó.
Según él, aun y cuando no se concrete la última fase no se puede considerar un proyecto infructuoso.
En caso de que no logren conseguir el financiamiento con el Nacional, dijo Martínez, buscarían otros mecanismos para completar el proyecto. Se considera, por ejemplo, ejecutar por etapas los trabajos pendientes para asumirlos con presupuesto propio.
La otra opción es realizar una nueva gestión de crédito con otra entidad.
“En este momento (el préstamo con el Nacional) es la acción que estamos tomando con mayor interés. Ya tenemos el ente identificado, estamos trabajando con ellos, y esperemos que este año tengamos aprobados los recursos. Con $140 millones cubriríamos todo, es lo que nos falta para completar el proyecto”, añadió.
A la fecha el Programa de Agua Potable y Saneamiento (PAPS), tiene un avance general de 76,5%.
Tiempo y costo
El proyecto comprende 361 kilómetros de tuberías, redes secundarias, colectores y redes de aguas negras que se trasladarán a la planta de tratamiento, lo que evitará que esas aguas contaminadas lleguen hasta los ríos de la Gran Área Metropolitana (GAM).
Se interconectaría a más de 1.070.000 habitantes de San José, Desamparados, Goicoechea, Alajuelita, Escazú, Vázquez de Coronado, Tibás, Moravia, Montes de Oca, Curridabat y La Unión.
Los primeros pasos para la obra se dieron desde 2006, cuando se consiguió el primer préstamo, otorgado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA). En 2015 se concluyó la planta de tratamiento Los Tajos y en 2016 comenzó la instalación de las redes de tuberías.
Siguen pendientes las interconexiones, que se habilitarían a lo largo de 2022 y 2023, si se consiguen los recursos.
A lo largo de este tiempo, el plan no ha estado exento de críticas.
La última llamada de atención la hizo la Contraloría General de la República mediante una auditoría, publicada en diciembre. El análisis cuestionó el alto costo del plan y el hecho de que la planta Los Tajos solo opere al 16% de su capacidad por la falta de las interconexiones.
Señaló, específicamente, los trabajos de las líneas de tuberías de aguas negras 2, 4 y 5 de Coronado, que terminaron costando el doble de lo estimado por razones que, según el órgano contralor, en su mayoría eran “situaciones previsibles” que debieron considerarse en la planificación.
En 2017 también se quedaron sin asfalto para cubrir las zanjas y baches en las calles intervenidas para colocar tuberías. Esto ocurrió debido a otros “imprevistos” como diferencias en tipos de pavimentos y grosores de asfalto, conexiones ilegales, rocas de gran tamaño bajo las carpetas de asfalto y hasta tanques sépticos ubicados bajo la vía pública.
Ahora se enfrentan al faltante de recursos para las fases finales.
El encargado de la unidad ejecutora, Marco Fidel Vargas, aseguró que están resolviendo los detalles técnicos y el planteamiento financiero para justificar la necesidad de los fondos ante el Ministerio de Planificación.
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“Soy muy optimista de que este año logremos resolver y tener recursos para iniciar los contratos que tenemos que sacar a licitación a partir del año próximo”, comentó.
Vargas aseguró que todas las obras que cuentan con presupuesto están en marcha.
Trabajos
Actualmente, se ejecutan dos contratos que en conjunto suman $68 millones, mediante los cuales se construyen los desvíos de los colectores de los ríos María Aguilar y Tiribí hacia los subcolectores que van hacia la planta de tratamiento, lo que aumentaría el porcentaje de las aguas que recibe.
Para este año se tiene prevista la colocación de 31 kilómetros de alcantarillado sanitario en ocho cantones josefinos.
Estos trabajos, que comenzaron el mes anterior, tienen un costo de $45 millones e incluyen mejoras en los cantones de San José, Goicoechea, Montes de Oca, Vázquez de Coronado, Moravia, Desamparados, Alajuelita y Tibás.
De acuerdo con Vargas, en una gran mayoría de esos sectores se implementará la técnica del microtuneleo para evitar las zanjas en las calles.
“Con esto vamos a conectar muchas de las redes en los cantones de Moravia y Vásquez de Coronado y además, vamos a resolver tramos del sistema existente que tienen colapsos, con lo cual duplicamos el caudal que está llegando a la planta de tratamiento”; explicó.
Advirtió de que tendrán que volver a comunidades donde se realizaron trabajos años atrás.
Esta situación, dijo, no significa que las obras se hayan dejado a medias, sino que se realizan diferentes actividades y contratos separados, con base en la necesidad de cada etapa del proyecto.
“El sistema de alcantarillado que estamos rehabilitando y ampliando tiene distintos tipos de tubería. Unas que son de diámetros más pequeños que van por las calles y a los cuales se conectan los domicilios, esas son las redes, y otras tuberías de mayor diámetro que son las que llevan los grandes caudales recogidos hasta la planta de tratamiento.
“El sistema de redes es como las ramas de un árbol que se conectan a ramas más gruesas (los colectores) que son de mayor diámetro, son tuberías principales y normalmente se construyen con tecnologías distintas, por lo que no tiene mucho sentido armar licitaciones que metan de todo y hagan una mezcla porque eso podría aumentar los costos”, explicó.
A modo de ejemplo, citó el caso de Coronado, una de las zonas donde el proyecto se ha prolongado más tiempo. Ahí se demoró casi tres años construyendo redes y ahora será necesario realizar nuevas labores para “sembrar” las tuberías más grandes.
Vargas aseguró que todas las calles que habían sido intervenidas para esas primeras fases fueron reparadas. Ahora en los sitios donde no se pueda usar la tecnología del microtuneleo será necesario abrir nuevas zanjas aunque no sobre las ya reparadas.
Otra de las comunidades que también sufrió por los atrasos fue Sabanilla, de Montes de Oca; ahí por el faltante de asfalto.
Primeros en conectarse
Los primeros en conectarse a la red de alcantarillado que llevarán las aguas residuales hasta la planta de tratamiento serán los vecinos de Coronado y Moravia.
Sin embargo, esa fase del proyecto, en la que serán los dueños de las viviendas quienes deban realizar la inversión para completar la instalación desde lo interno de sus viviendas hasta las redes que pasan por la calle, llegará a finales del 2022 e inicios del 2023.
El encargado de la Unidad Ejecutora aseguró que en estos cantones ya se abordó el tema con los municipios y se están preparando planes de comunicación para que las familias vayan preparándose.