El informe que Recope presentó al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) como plan alternativo a la ampliación y modernización de la refinería en Moín, Limón, no satisface a René Castro, máximo jerarca de ese ministerio.
Por medio de su oficina de prensa, la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) informó de que desde finales de febrero entregó un documento con el denominado “Plan B”.
“La propuesta va con los costos y cronogramas”, afirmaron.
Sin embargo, para Castro ese plan alternativo, que solicitó desde finales de junio del año pasado, está incompleto.
“Hay tres puntos que resaltan; primero, que hay un planteamiento, o petición, de que se incluya el gas natural al monopolio, y esto no tiene nada que ver con el proyecto original.
Segundo, no están los estudios de impacto económico y sin esa evaluación el plan no está listo.
Por último, les falta contestar cuál es la capacidad máxima que el país podría generar en biocombustibles”, exteriorizó Castro.
Propósito. La iniciativa de modernizar la refinería de Moín nació en el 2007, con la visita a China del entonces presidente de la República, Óscar Arias.
Con ello, se pretendía ampliar la capacidad de almacenamiento y distribución de petróleo en la planta de Recope en Moín.
Hoy, la planta tiene capacidad para procesar 18.000 barriles de crudo al día, y con el proyecto se pretende elevar a 60.000.
Entre los objetivos están que se abaraten los precios de gasolinas y diésel, en el caso de que se encarecieran los productos en el mercado internacional.
Sin embargo, también cabría la posibilidad de que fuera más barato importar los productos terminados, como se hace actualmente.
Manuel Rodríguez, secretario general Sindicato de Trabajadores Petroleros, Químicos y Afines (Sitrapequia), y Antonio Galva, presidente de la Cámara de Empresarios del Combustible, coinciden en que la nueva refinería sí le otorgaría al país seguridad energética.
Esto, en el caso de una escasez de hidrocarburos a nivel internacional por costos de producción y generación de energías limpias.
A finales de junio del año pasado, la Contraloría General de la República (CGR) frenó el contrato que Recope había firmado con la Corporación Nacional Petrolera China (CNPC).
Lo hizo al determinar que los estudios de factibilidad del plan fueron realizados por una empresa subsidiaria de la misma CNPC; por lo tanto, la independencia se ponía en riesgo.
Desde entonces no se ha anunciado el plan alternativo que el Gobierno pidió a un plazo de seis meses, con la solicitud de que una universidad estatal realizara los nuevos estudios de factibilidad.
Diferencias. Luis Guillermo Solís, candidato presidencial del PAC, se mostró cauteloso sobre el plan de modernización de la refinería.
El candidato de Acción Ciudadana (PAC) explicó, mediante su vocera de prensa, que prefiere no especular sobre el proyecto de refinería, sin tener los estudios completos en la mano.
Por su parte, Liberación Nacional (PLN) apoya la inicitiva y afirma que sería una de sus prioridades en caso de llegar a la Presidencia.
Así lo confirmó el diputado Victor Hugo Víquez, vocero del PLN sobre el tema, quien señaló la importancia del proyecto.
“Es muy importante no solo para Limón, sino también para Recope, y por ende, para los costarricenses”, expresó Víquez.
Hasta el momento Recope ha invertido $50 millones de los $1.500 millones en que se estimó el proyecto con China.