El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) contrató dos grúas gigantes, movilizó decenas de vagonetas y levantó un relleno de 3.500 metros cúbicos para salvar una alcantarilla de $3 millones de la autopista General Cañas.
Hoy, con los primeros rayos del sol y con ayuda de los dos brazos hidráulicos, el Conavi intentará levantar la pesada grúa de 84 toneladas, que desde el martes amenaza el conducto de arcos de concreto y de 54 metros de longitud, en Ulloa de Heredia.
Ese día, el conductor del equipo pesado de Grúas Quirós intentó p asar sobre uno de los puentes bailey, que apenas tiene capacidad para soportar 40 toneladas.
El bailey se pandeó y la grúa se volcó sobre uno de los laterales del puente. No obstante, un tractor que estaba abajo impidió que los pesados equipos cayeran sobre la nueva alcantarilla y quebraran los arcos de concreto.
Desde entonces, las prioridades del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) cambiaron diametralmente.
Una jornada agitada. Ayer en la mañana, los tractores iban y venían para levantar un relleno de 3.500 metros cúbicos que cubriera la alcantarilla y amortiguara el golpe, en caso de que colapsaran las estructuras superiores.
Anoche, sobre la cama de lastre se posaron las piezas de otra enorme grúa telescópica capaz de izar 500 toneladas de peso.
A su lado, en la carretera, un segundo equipo móvil se colocó para trabajar en conjunto en la operación de rescate.
La misión era liderada por un hombre alto, asoleado, con una gorra limón encendido y un casco de construcción: Christian Vargas, el director de Conservación Vial del Conavi.
A las 10 a. m. , explicó los riesgos de que la grúa cayera sobre la alcantarilla, los arcos se fracturaran, la reconstrucción de la autopista se atrasara y las pérdidas se contaran por millones de colones.
Vargas también reconoció, casi como un gesto de la Providencia, que el pequeño tractor de 20 toneladas estuviese el martes pasado en el lugar idóneo para atajar el puente bailey y la grúa.
Y no es para menos, esa alcantarilla es la solución diseñada para que la General Cañas no colapse otra vez por culpa de la quebrada La Guaria, que el 26 de junio abrió una caverna en la pista, paralizó la circulación y dejó pérdidas millonarias a industria y comercio.
Caos. Al final del día, mientras la maquinaria corría contra el tiempo, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) compilaban los argumentos legales para cobrarle a Grúas Quirós todos los daños.
Los ciudadanos, por su parte, sufrieron las consecuencias de que la pista estuviera cerrada parcialmente en el sentido Alajuela-San José. Todas las rutas alternas colapsaron y las presas eran de entre dos y cinco kilómetros en la General Cañas y en la pista a Caldera.
Al filo de las 10 p. m., el convoy con las partes de la grúa más grande empezó a llegar a la pista y se esperaba que hoy, a las 5:30 a. m., los operarios empezaran a armarla.
Se prevé que a las 7:30 a. m. el Conavi intentará izar el equipo pesado que causó el accidente y luego arrastrarlo con una segunda grúa hacia terreno estable. El resultado se verá con la luz del sol. Colaboró Luis M. Herrera.