Evangelista Blanco Brenes, el hombre cuyas manos labraron los arcos del parque de Zarcero y dieron vida al mono, al elefante y a la carreta con bueyes de ciprés que se lucen en el lugar falleció este martes a los 84 años, confirmó su familia.
Blanco Brenes murió poco antes de la 1 p.m. en la casa de su sobrina Ivannia Blanco Rodríguez, donde vivía desde hace unos años junto a otros familiares. Ese domicilio se localiza a menos de 300 metros del parque que cuidó por décadas y al cual iba a diario como era su costumbre incluso luego de jubilarse.
“Venía enfermo desde hace unos días pero no tenemos claridad exacta de qué fue”, expresó otra de sus sobrinas, Lucía Solano Blanco. Su cuerpo está siendo velado en la Capilla Descanso de Paz en Zarcero.
Sus honras fúnebres serán en la iglesia de Zarcero (templo de la Parroquia San Rafael Arcángel) este 28 de junio a partir de las 11 a. m.
Don ‘Lista’, como era conocido en el pueblo, ganó el Premio Nacional de Cultura Popular el 20 de enero del 2014, según anunció el Ministerio de Cultura y Juventud gracias a su trabajo que llegó a adornar con 100 figuras suyas el parque donde, todos los días, pasan ticos y extranjeros a tomarse fotografías y recorrer sus arcos.
“Era un ángel en la tierra, un ser humano excepcional”, lo describieron sus familiares.
“Fue un papá para todos nosotros, y desde su imaginario infinitamente creativo y curioso, gestó sus más preciados hijos e hijas, sus esculturas, a las cuales visitaba y cuidaba con todo su amor todos días desde las 4 a. m., por 53 años. Su amor se notaba en absolutamente todo, desde su dulce mirada que brindaba al saludar, sus chistes, anécdotas, era un alma pura de esas que recuperaban las plantas, de esas que los animales se acercaban y acompañaban por su energía tan agradable y de la cual los niños disfrutaban por su alcahuetería e imaginación con la cual nos entretuvo de niños y lo seguía haciendo con generaciones más recientes”, declaró su familia a La Nación.
En octubre de ese mismo 2014, el parque cumplió 50 años de fundación y, en el marco de las fiestas patronales, la parroquia y la municipalidad le rindieron homenaje a su creador quien esa vez evocó el inicio de lo que sería su obra.
“Recuerdo que aquí estaba la plaza, luego me pidieron que iniciara con un parque y comencé a formar las figuras de ciprés”, afirmó entonces Blanco. Según su recuento, lo primero que sus tijeras de poda formaron fue un gusano y un pulpo.
Sin instrucción formal, aprendió por su cuenta. “No tengo hijos ni me casé; para mí, todas las figuras que están en el parque son mis chiquitos”, declaró el artista a La Nación en el 2014 poco después de recibir el galardón del Ministerio y pasados cinco años de haberse pensionado.
Blanco Brenes asumió el cuido del parque en 1971 cuando pasó de ser fontanero municipal a jardinero del lugar. Primero sembró árboles de ciprés y, podándolos, empezó a probar la creación de figuras en esto. Esto explica los elefantes, helicópteros, pulpos, gusanos y hasta monos en bicicleta que pasaron por allí.
Según su trabajo ganaba notoriedad, contó entonces que llegaron a ofrecerle empleos en México, España y hasta en Disneylandia en Estados Unidos pero nadie nunca logró sacar de su amado parque de Zarcero.
Tan querido era que un incidente ocurrido en julio del 2017 causó la indignación del pueblo cuando fue cesado sorpresivamente de su cargo.
La tristeza se apoderó de la comunidad cuando el escultor del emblemático recibió una carta de despido por parte del entonces sacerdote del lugar, Kenneth Castillo.
En el escrito, Castillo decidió despedirlo por “Libre Voluntad Patronal” y explicaba que: “Esta decisión ha sido efectuada de manera definitiva y valorando en el bienestar de la parroquia y del trabajador”.
“Jamás me esperé que iba a salir así del parque, pensé que me iba a ir solo cuando Dios me llevara. Ya son casi 52 años y pienso seguir yendo al parque como lo he hecho todos los días desde que empecé”, afirmó entonces Blanco.
Tanto molestó el trato dado al artista popular que, entre reclamos y comentarios en redes sociales, se creó una petición en el sitio Change.org para pedir su regreso. La petición lleva por nombre “Queremos a ‘Lista’ en el Parque de Zarcero” y llegó a reunir más de 4.000 firmas.
La presión de los feligreses condujo a Monseñor Ángel San Casimiro, entonces obispo de Alajuela, a disculparse con Blanco Brenes tres días después de su despido y le devolvió el cargo de jardinero del parque bajo otra dinámica.
“Ciertamente, en la vida no es hacer las cosas, sino saber hacerlas. Y en este caso muy concreto, creo que no se supo dar la noticia de la forma como un hombre que ha dedicado su vida a una obra, se merece. Por eso, don ‘Tista’ (como también conocen los vecinos a don Evangelista), le pido disculpas, le pido perdón. Si es de humanos errar, también lo es pedir disculpas y enderezar un poquito el error”, expresó San Casimiro.
El religioso aseguró que el jardinero volvería al parque y servirá como mentor para otros quienes, como él, deseen esculpir obras de arte en ciprés.
Sus parientes aseguran que, si tuvieran qué describir a su tío en una palabra sería humildad pues, a pesar del don que tenía y de sus famosas esculturas, él siempre ayudaba al que necesitaba.
“Sabemos que tío está disfrutando de su cosecha en el paraíso la cuál sembró con mucho amor, cada mirada, cada frase, y cada planta y ciprés qué sembró lo visualizamos rodeado de flores y lleno de paz. Nos deja una gran herencia que esculpió con sus manos y que esperamos por siempre se conserve, él estará por siempre en cada ciprés esculpido con sus manos e hizo crecer y dar forma con amor y tanta luz”, declaró el grupo.