¿Asegura la nueva metodología de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) para fijar los precios de los combustibles una rebaja en las tarifas para los conductores? Aunque queramos una respuesta afirmativa, la realidad es que no. De hecho, los cambios anunciados este jueves 5 de mayo ni siquiera se realizaron en respuesta a la coyuntura actual de constantes alzas en el precio de los carburantes y su implementación tardará unos cuatro meses.
Como explicó Daniel Fernández Sánchez, director general del Centro de Desarrollo de la Regulación de Aresep, las modificaciones aprobadas para el método de cálculo, en realidad, son el resultado de un proceso de estudio que tomó dos años.
“Viene de años atrás, no es reciente. Se realizó una audiencia pública hace más o menos un año, donde se presentó la propuesta metodológica. Posteriormente se hicieron cambios producto de esa audiencia pública, se tomó en consideración lo que los oponentes manifestaron y luego se hizo una nueva audiencia pública, todo el proceso puede ser de unos dos años”, comentó.
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La principal modificación en la metodología es que, a partir de ahora, se utilizarán los costos reales de variables como el transporte marítimo de los hidrocarburos, los seguros, el flete local, la ganancia de comercialización de las gasolineras y el margen cobrado por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope). En la metodología actual se utilizan estimaciones.
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“Antes, con la metodología anterior (en uso actualmente) se incluía una variable que se llamaba rezago tarifario, esa variable lo que hacía era comparar lo que se le había reconocido a Recope en el precio del combustible versus lo que realmente había gastado, pero esa variable se diluía en el tiempo, entre seis y trece semanas, inclusive. Con la nueva metodología, esa variable va a estar entre cero y dos semanas, porque vamos a utilizar los precios a los que verdaderamente está comprando Recope”, detalló Fernández.
Por ejemplo, en la actualidad, cada litro de gasolina súper cuesta ¢951. Según datos suministrados por Aresep, de esa cifra, Recope pagó ¢540 por litro, a los que se deben sumar ¢273 del impuesto único a los combustibles, sobre esas dos variables no se puede influir, pues Costa Rica es un país que no refina y el tributo está definido por una legislación.
“Estamos hablando que de los ¢951, ¢813 corresponden al precio internacional de producto refinado y al impuesto. Entonces, el margen que queda para tratar de buscar eficiencias en la metodología anda por unos ¢138, que ahí está el margen de Recope, que es como de ¢47 por litro, el flete interno, unos ¢12 por litro y el margen de las gasolineras, que es de ¢57 más o menos. Como se puede ver, el precio final está compuesto de muchas variables, pero los que tienen más peso son el precio internacional y el impuesto, ante esos Aresep no puede hacer absolutamente nada porque son precios dados.
“(...) El margen de maniobra, desde el punto de vista regulatorio de la Aresep, no es tan grande, sino que se reduce a los componentes menores del precio”, dijo el funcionario.
Bajo ese escenario, una de las pocas esperanzas para rebajar el precio de los combustibles es que Recope sea más eficiente, logre reducciones en sus costos y eso disminuya el margen de comercialización.
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“Lo que Aresep busca es hacer más eficiente el margen de comercialización de Recope, buscamos eficiencias en costos de administración de la Refinadora (...) Como por ejemplo sobreprecios, sobrepagos de algunos incentivos, duplicación de gerencias o de funciones, ese es el tipo de cosas que tenemos que analizar”, concluyó el vocero.
La Aresep fue enfática en que ni ellos ni Recope tienen el poder para disminuir lo que pagan los conductores por las gasolinas, sino que dependen de variables y precios internacionales. Además, subrayó que se debe tener en cuenta que el país no importa barriles de crudo, sino productos refinados, los cuales son más caros.
A partir de este jueves 5 de mayo, el litro de gasolina súper cuesta ¢951, la Plus 91 (regular) ¢927 por litro y el diésel ¢904 por litro.