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En un pronunciamiento de cuatro páginas firmado por los 10 obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, los líderes de la Iglesia criticaron la disposición del TSE de permitir a los ciudadanos cambiar su nombre según el género autopercibido y eliminar la anotación del sexo de nacimiento en la cédula de identidad.
La medida fue anunciada este lunes por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en atención al cumplimiento de la opinión consultiva vertida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en enero pasado.
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“La decisión del Tribunal Supremo de Elecciones viene a aplicar directamente en nuestro ordenamiento jurídico la Opinión Consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos dada a conocer hace pocos meses, imponiendo una serie de normas sin la mediación del legislador costarricense y constituyéndose en un atropello a la cultura, idiosincrasia de nuestro pueblo y provocando una serie de consecuencias sociales y jurídicas de imprevisibles consecuencias”, señala el documento de las autoridades religiosas.
Según los obispos, entre dichas “consecuencias” se encuentran la anulación del "dato fáctico de la sexualidad humana”, así como la vulneración del concepto jurídico del matrimonio.
Estos cambios, señalan, afectarían procesos de elecciones con base en el sexo, así como los sistemas de pensiones, e incluso en el sistema penal.
“¿Cómo se entenderá a partir de ahora el feminicidio?”, cuestiona.
Asimismo, señalan que la medida del TSE tendrá “serias consecuencias en el estado civil de las personas”.
Para los obispos, esta afectación se daría entre otras cosas porque se “ocultará” la determinación de sexo, que no estará en la cédula, ni los registros civiles.
“De tal manera que no es posible a un tercero de buena fe, saber si biológicamente esta persona es varón o mujer, por lo que un tercero de buena fe puede ser inducido a contraer matrimonio con una persona de su mismo sexo sin saberlo, violando así no sólo la buena fe sino también la legislación del Código de Familia que establece la prohibición del matrimonio de personas del mismo sexo”, explican.
Tal afirmación, sin embargo, fue rechazada por el letrado del TSE Andrei Cambronero, quien se apresuró a advertir que es incorrecta.
“El sexo anotado en el momento de nacer se va a seguir inscribiendo y no va a haber posibilidad de que nadie lo cambie, sencillamente, se va a dejar de poner ese detalle en las cédulas, pero en los registros del TSE, el sexo se va a mantener invariable”, dijo.
Tras conocer la aclaración, la Iglesia emitió un nuevo comunicado en el que señalan que el pronunciamiento inicial se basó en las declaraciones del TSE, en las que no se indicaba que mantendría la inscripción del sexo en sus registros civiles.
"Es gracias a las aclaraciones sobre el tema que han realizado funcionarios de esta institución a la prensa, que se indica que la mención al sexo del sujeto, se mantendrá en el registro civil".
Aun así, mantenemos nuestra preocupación por este tipo de decisiones que menoscaban el dato fáctico de la sexualidad del ser humano en concreto", mencionan en la nota aclaratoria.
Los representantes católicos añadieron que la decisión también “menoscaba” la libertad religiosa y representa un “daño a nuestra institucionalidad”.
“Como ciudadanos y como cristianos no podemos sino rechazar moralmente esta decisión del Tribunal Supremo de Elecciones, pues consideramos que se aleja del bien común para favorecer indebidamente a sectores sociales que detentan reivindicaciones basadas en una muy particular interpretación de los Derechos Humanos”, añaden.
En cuanto a la orden de la Corte IDH de permitir el matrimonio igualitario, el TSE la dejó en manos de la Sala Constitucional o de la Asamblea Legislativa, bajo el argumento que el Registro Civil lo que hace es registrar las uniones y no así dictar lineamientos para las personas habilitadas por el ordenamiento jurídico para casarse.
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El artículo 14 inciso 6 del Código de Familia prohíbe expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo, el cual es objeto de una acción de inconstitucionalidad ante la Sala IV.
