El pago electrónico, mediante tarjetas de crédito, débito, teléfonos y relojes inteligentes, alcanzó este lunes al 21% de autobuses que operan en la Gran Área Metropolitana (GAM), con la incorporación de 118 unidades de la empresa Autobuses Guadalupe Ltda.
Con la inclusión de esta ruta, llega a 636 la cifra de unidades de transporte público con este sistema de las 2.950 autobuses que se mueven en el centro del país, de acuerdo con datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR) y de la Intendencia de Transportes de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
Según el BCCR, todos estos buses estarían equipados para esta forma de pago al final del 2025, cuatro años después de iniciado del proceso para introducir esta tecnología en trenes y buses.
El Sistema Nacional de Pago Electrónico en el Transporte Público (SINPE-TP) del BCCR se inició en setiembre del 2021 en las rutas de trenes del Instituto Costarricense de Ferrocarriles. Unos meses más tarde, en abril de 2022, empezó a funcionar en las rutas de Sabana Cementerio y Sabana Estadio.
La ruta de Guadalupe y sus 10 ramales, donde ahora está disponible SINPE-TP, la utilizan 132.000 personas de diversas comunidades de Goicoechea como El Alto, El Alto-Heliconias, El Carmen, Barrio El Pilar, Purral, Mozotal, Moravia- La Valencia y Uruca- Guadalupe.
De acuerdo con estimaciones de la empresa, al mes realizan alrededor de un millón de transacciones en las diversas rutas con pago en efectivo. Parte de esa estadística podría empezar a reducirse por algunas facilidades que ofrece el pago sin contacto.
El pago electrónico da más control al usuario sin comprometer sus datos, ya que la tarjeta o dispositivo con el cual se paga nunca sale de sus manos, lo que reduce el riesgo de pérdida o falsificación, y cada compra está cifrada de forma única.
Según las autoridades, los usuarios también están protegidos contra la facturación doble, incluso si tocan dos veces el dispositivo de cobro por accidente.
Alianza público-privada
La plataforma de cobro electrónico es parte de una alianza público-privada entre el Banco Central, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y distintos operadores del transporte público.
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Esta modalidad de pago debía ir de la mano del llamado plan de sectorización, que luego de más de 20 años no se ha podido concretar; implica el ordenamiento y reducción de los buses que ingresan en la capital. Se tenía previsto que para octubre del 2022 comenzara a funcionar bajo el nuevo esquema al menos una línea de buses de cada uno de los 12 sectores, pero la meta se trasladó para junio de 2023.
Llegado ese plazo, tampoco se concretó. En diciembre de ese año, el entonces ministro, Luis Amador, anunció que los dos primeros sectores del plan piloto comenzarían a operar en los primeros meses del 2024, pero tampoco se cumplió.
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