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Las populares e irresponsables megafiestas han puesto a las autoridades en jaque durante el último año, con cerca de 13.000 eventos al mes desde el inicio de la pandemia.
Esa es la cifra promedio de reportes que ha recibido el Sistema de Emergencias 9-1-1 desde que en julio del 2020 activó un nuevo código llamado “Incidentes por Incumplimiento de Medidas Covid-19″.
Bajo esa categoría tuvo 180.000 reportes en cuestión de 14 meses.
Este fin de semana, de hecho, se registró un récord de denuncias bajo esta modalidad, que incluye escándalos musicales y fiestas, informó Gerardo García Murillo, periodista de la institución.
Solo el sábado hubo 899 reportes y 985, el domingo, producto de la celebración del Día de la Madre. El número duplicó las 450 quejas que se reciben en promedio diariamente.
García explicó que los picos de estas denuncias comienzan al momento en que inicia la restricción vehicular sanitaria. Antes, a las 9 p. m., y desde el 12 de agosto, a las 10 p. m.
“Estos eventos han obligado a reforzar las guardias de fines de semana, principalmente en los turnos nocturnos, con mas de 30 operadores por jornada”, señaló el comunicador.
De acuerdo con el encargado de prensa, en muchos fines de semana incluso se satura la línea telefónica por la gran cantidad de llamadas que entran.
Cuando esto sucede, quedan muchas quejas sin atender y las celebraciones continúan sin ningún problema.
“Según los estudios que se han realizado, es necesario contratar al menos 15 personas más, pero debido a la aplicación de la regla fiscal, de momento no es posible realizar dichas contrataciones”, agregó.
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Según datos del 9-1-1, solo en el segundo semestre del año pasado se reportaron 83.430 eventos, ocurridos en su mayoría en la Gran Área Metropolitana (GAM).
Hasta este martes, el número de reportes que acumula el 2021 es de 95.414, con San José, Alajuela y Heredia como las provincias con más casos.
Mayo de este año se convirtió en el mes con mayor cantidad de llamadas (21.700) desde que se implementó este nuevo código de emergencias.
Los cantones más problemáticos en la provincia de San José han sido el Central, Desamparados, Alajuelita, Curridabat, Goicoechea, Pérez Zeledón.
Del cantón de San José, los distritos Pavas, San Sebastián y Hatillo son los que acumulan más casos.
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El director de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, confirmó a La Nación que en los últimos meses ha aumentado la cantidad de personas que denuncian a vecinos que organizan estos eventos.
Dijo que un detalle distinto que trajo el 2021 es que dichos reportes han comenzado a llegar con más frecuencia desde torres de apartamentos o condominios, que son de difícil acceso para las autoridades.
“Los vecinos de un piso se quejan por el escándalo del piso superior y la denuncia común es que ‘hay una fiesta’. Así, la mayoría que se han atendido han sido actividades familiares, con jolgorio y bulla”, detalló el oficial, al rescatar la dificultad de las intervenciones por no tratarse de actividad comercial.
En estos casos, dijo, no siempre se logra acceder a los edificios por la negativa de los guardas de seguridad y, en aquellos lugares donde no hay vigilantes, solo se puede llegar hasta la puerta del apartamento.
Aun así, el jefe policial afirmó que recientemente han percibido una mayor conciencia ciudadana sobre la necesidad de seguir cuidándose del virus, a pesar de que ya existan las vacunas.
“La Carpio siempre va a estar entre los puntos más calientes de la ciudad, pero últimamente también hemos tenido muchos reportes desde torres de La Sabana y Rohrmoser. La gente está denunciando”, subrayó.
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La vacuna no permite la fiesta
Solo en la primer quincena de agosto, el Sistema de Emergencias 9-1-1 recibió cerca de 7.000 reportes por fiestas clandestinas en todo el país.
Para el epidemiólogo Juan José Romero, es realmente preocupante que exista esta cifra cuando los 82 cantones del territorio nacional se encuentran en alerta naranja por los altos índices de contagio.
El profesional destacó que la población tiene que recordar que aún no es para nada seguro asistir con cubrebocas a lugares cerrados y concurridos donde no se respeta el distanciamiento social.
“Las mascarillas funcionan parcialmente porque por la parte superior, por los lados y por la parte inferior siempre están saliendo aerosoles de las personas y también entran partículas por ahí”, explicó.
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Romero señaló que los ciudadanos tampoco se pueden confiar por tener ambas dosis de la vacuna contra la covid-19, ya que esto solo previene la enfermedad y no asegura evitar el contagio.
Indicó que esto sucede porque los biológicos no producen inmunidad esterilizante, es decir, el virus puede entrar al cuerpo y replicarse incluso desde el primer día que ingresa al organismo.
“Si yo voy a una megafiesta porque ya me vacuné, podría estar contagiando a otros que no están vacunados y aun así yo puedo contagiarme de otros y entonces seguir con la cadena de contagios”, detalló.
El epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA) advirtió de que si todo lo anterior puede suceder con el esquema completo de vacunación, el tener una sola dosis representa un riesgo todavía mayor.
“La eficacia de una sola dosis depende de las variantes que haya y con delta baja aún más. Y si hay mucha circulación y transmisión comunitaria, la eficacia disminuye más”, apuntó.
Actualmente, el país registra cifras que no se veían desde hace semanas: 995 personas hospitalizadas, 409 en cuidados intensivos, según datos del Ministerio de Salud de este martes.
Romero aseguró que estos números no son para relajarse e irse de fiesta, sino para aumentar los cuidados por el nuevo coronavirus y evitar, a toda costa, las aglomeraciones innecesarias.
“Estamos en una nueva ola, con la variante delta y está entrando lambda. No estamos hablando de cualquier cosita, pero la gente se confía porque ya tenemos más del 50% de gente con apenas una dosis.
“Tener una vacuna ayuda, pero hay que seguirse ayudando uno. Y que haya casi un millón de personas con dos dosis es muy bueno, pero para ellos, todavía faltan millones de personas por proteger”, concluyó.
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