Ya no solo serán parques nacionales o refugios silvestres alejados del área metropolitana. De ahora en adelante, Costa Rica también tendrá áreas protegidas en medio de las ciudades.
Este miércoles, el país creó una categoría de área silvestre protegida (ASP) para bosques y ecosistemas en riesgo ubicados en zonas urbanas, mediante la que se intentará frenar la presión sobre estos pulmones naturales en el centro del territorio.
Con los llamados Parques Naturales Urbanos (PANU), Costa Rica aumenta a 10 los tipos de categorías de zonas de conservación que tiene desde la creación de la primera, en 1963, cuando el cuido se centró en proteger riquezas naturales en áreas rurales.
Hasta hoy, ninguna categoría velaba por el cuido de parches de bosque y otros ecosistemas, cada vez más devastados por el desborde sin planificación de las ciudades.
La categoría permitirá dedicar personal y recursos a estrategias de conservación en espacios amenazados por la escasa planificación urbana.
Con una eventual declaratoria de PANU, se prevendrían obras y actividades que afecten los ecosistemas remanentes, se resguardaría la captura de dióxido de carbono y se estimularía de forma estable la conectividad biológica de la trama verde de la ciudad con sus ríos.
Esto último, incluso, podría evitar desastres naturales, pues árboles crecidos en las cuencas de los ríos actúan allí como barreras naturales contra deslizamientos cuando crecen los cauces en la estación lluviosa.
El anuncio se dio desde el Parque Ecológico La Colina, en Curridabat, uno de los ecosistemas que serán incluidos en esta nueva categoría, con el decreto ejecutivo N° 42742-MINAE, suscrito por el presidente de la República, Carlos Alvarado, y la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
Todo el proceso para la nueva ASP recibió apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Bosque húmedo premontano
El tesoro natural por el cual se crean los PANU se llama bosque húmedo premontano (BHP), propio de ecosistemas del Valle Central y donde están las principales zonas urbanas de Costa Rica.
Según el PNUD, este es el segundo tipo de bosque más alterado y reducido, pues 60% de la población vive en la Gran Área Metropolitana (GAM), que constituye solo 4% del territorio nacional.
Dicho bosque desapareció porque su localización y clima agradable generó las condiciones idóneas para la agricultura y los asentamientos humanos.
Por ello, hoy se conserva solo 1,75% (9.000 hectáreas) de su cobertura original, pues Costa Rica pasó muy rápidamente de un desarrollo rural a uno urbano, lo cual obliga a que el modelo de conservación se ajuste a esa realidad.
Al firmar el decreto, Alvarado manifestó que con la nueva categoría se avanza con “sentido de urgencia” para solventar esta deuda histórica, para cuidar los parches de bosque aún existentes y otros ecosistemas valiosos que aún subsisten en la GAM.
En esta zona del país existen áreas silvestres protegidas creadas hace décadas, cuando el país era más rural, como las Zonas Protectoras de los Cerros de Escazú, Carpintera y el Tiribí.
Sin embargo, en coordinación con comunidades, municipios y dueños de propiedades, las autoridades consideraron necesario rediseñar la categoría de manejo bajo la que esas áreas protegidas se crearon, con el fin de dotarlas de herramientas legales y técnicas para que puedan enfrentar mejor los retos de conservación del futuro, ante la presión y expansión de la mancha urbana.
Siguientes pasos
La nueva categoría será administrada por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), donde se creará el Programa Nacional de Parques Naturales Urbanos.
Para aspirar a esta declaratoria, las zonas postuladas deberán contar con un estudio técnico y un proceso participativo con las comunidades, municipalidades y personas propietarias de tierras privadas.
Además, se buscará dinamizar la economía local con actividades productivas de bajo impacto.
El decreto suscrito este miércoles define que los gobiernos locales podrán dar incentivos para la adhesión voluntaria de propiedades privadas a la categoría de PANU, y así promover la protección y uso sostenible de sitios naturales claves en sus cantones.