Las paradas de autobús que se ubican en el parque central de Guadalupe Santiago Jara, fueron reubicadas desde este viernes por el Consejo de Transporte Público (CTP), debido a la presencia de palomas.
“Hemos recibido por parte del Ministerio de Salud, una orden sanitaria para proceder a la suspensión de esas paradas, son tres paradas al costado norte del parque. El tema que hay ahí es un problema con las palomas”, indicó Manuel Vega Villalobos, director ejecutivo del CTP.
A partir de ahora las empresas autobuseras que brindan el servicio en esta zona, tendrán que detenerse 50 metros al este del parque, a un costado de la iglesia católica. Aún queda por coordinar con la Municipalidad de Goicoechea la colocación de los respectivos parabuses.
La medida es calificada como de carácter temporal y fue acordada este viernes por la Junta Directiva del CTP, en cumplimiento de la orden sanitaria CS-DARS-G-O6O1-2019.
“Lo hacemos en seguridad de todos los usuarios (reubicar las paradas)”, dijo Vega.
Además, el funcionario adelantó que iniciaron un proceso de conversación con la municipalidad involucrada y el Ministerio de Salud, para analizar la situación y encontrar soluciones, particularmente por la importancia que tienen los parques en nuestro país como “centros neurálgicos para las paradas de buses y taxis”
Como acción adicional, se decidió acordonar las paradas “para impedir su uso por parte de los usuarios del servicio público de buses, indicándoseles el motivo de la suspensión, así como la nueva localización de las mismas”.
Problema de vieja data
La junta directiva del CTP también acordó remitir un oficio a la Municipalidad de Goicoechea “solicitándole información de lo actuado por este gobierno local con respecto a la orden girada por el Ministerio de Salud desde el 19 de julio del 2012 a la referida Municipalidad, con ocasión de la orden sanitaria CS-ARS-G-IS-665-12″. En esta se le ordenaba al gobierno local implementar acciones para atender el tema de las palomas.
Según reportó el periódico La Teja en 2017, la medida impide que se puedan hacer actividades culturales, ferias, conciertos o cualquier evento que concentre a mucha gente por la gran cantidad de palomas que hay.
La publicación también señala que en el momento en el que se emitió la orden existía una población de 300 palomas y que la medida solamente se levantaría hasta que se redujera a unas 20 aves. Para el 2017 se contabilizan unas cien.