"¿Padre, cuánto tengo que pagar para que se diga mi nombre? Nada. ¿Entendido? Nada. La misa no se paga. La misa es el sacrificio de Cristo que es gratuito".
Con esa expresión el papa Francisco recordó a sacerdotes de todo el mundo que no se debe pedir dinero por oficiar una misa por un acontecimiento especial y que se puede dar un donativo, pero este es voluntario.
Durante la audiencia del pasado miércoles, Francisco se refirió a las intenciones de oración que se pronuncian en las misas, como es el caso de los difuntos.
La posición del Papa es compartida por las autoridades de la Iglesia en el país, quienes aseguraron que el mandato del Pontífice se cumple.
"Para nada se cobra una misa y, como lo dice el Papa, la misa es el sacrificio de Cristo que es gratuito", aseguró Alejandro Jiménez Ramírez, vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
Jiménez añadió que también, desde la perspectiva del Evangelio, se debe hacer conciencia de la importancia de compartir.
"Es decir, el que tiene, que comparta con el que no tiene y con las necesidades propias de la parroquia", dijo.
Según el vicario, por ningún sacramento se cobra, sino que se pide una ofrenda voluntaria "y a la que todo católico también está obligado según el Código de Derecho Canónico".
De acuerdo con el representante de la Conferencia Episcopal, dado que estas contribuciones son voluntarias, se piden en determinados casos y los obispos deben velar por que no sean abusivas y que las personas que no tienen recursos no estén obligadas a darlas.
"A veces se pierde de vista que para que una parroquia funcione tiene que haber alguien que la abra, tiene que haber alguien que limpie, alguien que esté en la oficina, que haya papel para imprimir un certificado para las personas, tinta para la impresión, teléfono, etc.", agregó Jiménez.
El vocero de la Iglesia aseguró que en el caso, por ejemplo, de los matrimonios, se pide un monto "muy bajo", en comparación con el monto que se le paga a un abogado para un matrimonio civil.
De acuerdo con Jiménez, en la Arquidiócesis de San José hay una suma establecida para los matrimonios de ¢15.000, pero recalcó que en caso de que alguien no tenga recursos, no se exige esa contribución.
"Es, de nuevo, un acto de conciencia de las personas el contribuir con este monto, para gastos administrativos que conlleva la documentación previa al matrimonio, lo que implica la realización de la documentación y su traslado al Registro Civil, la electricidad del templo, la limpieza etc.", explicó.
Al tiempo, aseguró que si alguien no tiene recursos para este u otro sacramento, no se le va a cobrar.
Además de las misas dedicadas a los difuntos, los fieles también suelen "pagar" por misas de acción de gracias o por celebraciones como 15 años; sin embargo, los montos varían entre una parroquia y otra.
El sacerdote afirmó que cuando el Papa habla de estas situaciones, hace referencia a abusos que se pueden haber dado en algunas iglesias.
"No creo que estas situaciones sean muchísimas y no creo que sean muy comunes", concluyó.