La empresa American Airlines demandó el mes pasado a Skiplagged, una compañía que se dedica a facilitar la reserva de vuelos económicos aprovechando una laguna legal en la industria aérea. En su demanda, la aerolínea alega que Skiplagged no tiene la autorización para emitir boletos de American Airlines.
Este caso hace referencia al skiplagging, una práctica legal para los viajeros pero que viola las políticas de la mayoría de las aerolíneas. La táctica ha ganado impulso recientemente debido al aumento en los precios de boletos aéreos.
Skiplagged aprovecha un vacío legal por medio del cual los viajeros compran vuelos más cómodos hacia un aeropuerto mediante rutas que incluyen una escala.
El ahorro proviene de no completar el segundo vuelo, ya que el destino final del pasajero siempre fue el aeropuerto de escala y no el destino originalmente reservado. Este truco puede resultar en ahorros frente a un vuelo directo al mismo lugar.
Por ejemplo, un vuelo sin escalas desde Orlando (Florida) a la ciudad de Nueva York puede costar alrededor de $109, según la fecha y el proveedor. Sin embargo, si un viajero elige volar de Orlando a Richmond (Virginia) el mismo día y con la misma aerolínea, pero con una escala en Nueva York, el costo puede ser hasta $20 más barato.
American Airlines argumenta en su demanda que al utilizar este método de reserva de vuelos, conocido como “emisión de boletos de ciudad oculta”, Skiplagged viola los términos y condiciones de uso de la aerolínea incluyendo su política que prohíbe a las personas que utilizan Skiplagged actuar como agentes para cualquier persona fuera de su familia inmediata o su empleador.
Además, la aerolínea afirma que Skiplagged hace que los clientes ingresen su información personal y de pago en su sitio, y luego utiliza esa información para reservar un vuelo en la plataforma en línea de American Airlines.
“Al hacerlo, Skiplagged se hace pasar por un agente de la aerolínea para sus clientes, lo que constituye un incumplimiento del Acuerdo de uso”, se lee en la demanda.
Los demandados alegan en su propio sitio web que pueden proveer ahorros de hasta 80% a quienes usan la plataforma. La compañía, que ha sido demandada en otras oportunidades, dice sobre su modelo de negocios que su premisa es darle a los consumidores más poder sobre cómo gastan su dinero.
“Nos cansamos del proceso ineficiente y costoso de planificación de viajes, por lo que buscamos mejorarlo creando un portal de búsqueda ultrarrápido. También notamos que no había compañías de viajes que realmente trabajaran para el beneficio de los consumidores, así que cambiamos eso”, indica la empresa.
Riesgos
Aunque la práctica es legal para los viajeros, sí podría implicar consecuencias incluso ante los tribunales. Al comprar un billete, un viajero acepta un contrato de transporte con una aerolínea, el cual incluye un conjunto de reglas que los pasajeros aceptan cumplir.
Si una compañía aérea descubre que alguien incurre en skiplagging, podría simplemente anular el billete o incluso prohibirle usar sus servicios.
Eso es lo que al parecer le ocurrió hace poco a un adolescente de Carolina del Norte que reservó un vuelo de American Airlines de Florida a Nueva York, pero desembarcó en su escala de Charlotte. Según el diario The New York Times, la aerolínea le prohibió volar por tres años con ella.
Y hay más inconvenientes. Aunque se tenga un éxito inicial, no funciona para viajes de regreso. Cuando la aerolínea detecta que alguien no voló al destino final contratado, la empresa cancelará su vuelo de regreso.
Además, bajo esta modalidad, no se puede llevar equipaje facturado pues las maletas llegarían al destino sin su pasajero.
La empresa United Airlines incluso se reserva el derecho de prohibir permanentemente el uso de sus servicios a los viajeros que no completen su viaje e incluso eliminar millas para viajar acumuladas en su programa de lealtad.
Aerolíneas como Alaska Airlines también advierte que puede emprender acciones legales contra los pasajeros que violen sus políticas.