Cuando usted compra gasolina o diésel ¿acostumbra pedir el combustible según una cantidad de dinero? ¿Dice, por ejemplo, ‘me da ¢15.000 de súper’ o ‘deme ¢20.000 de diésel’? Si esa es su rutina, a lo mejor conviene un ajuste para administrar mejor el gasto.
Dada la coyuntura de precios al alza, podría resultar mejor hacer las compras por litros y no por un monto. Le contamos dónde reside la conveniencia de comprar por litros.
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José Miguel Masís Aguilar, director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible de Costa Rica, explicó que la mayoría de consumidores se acostumbraron a manejar percepciones de cuánto rinde una cierta cantidad de combustible asociadas con sumas de dinero.
“La gente suele pedir ¢10.000 o ¢20.000 que son las más usuales en la estación de servicio pero a veces pasan por alto que los colones ahora pagan mucho menos por un litro después de algunas alzas. Cuando un litro de súper valía ¢600, tenías 20 litros por ¢12.000; ahora no”, advirtió el empresario.
Según observa, muchos conductores podrían seguir habituados a comprar así e incluso a manejar un historial de consumo en su vehículo ligado a esa suma, sin advertir la profundidad de los cambios tarifarios de este año en su dinámica de compra.
“Hemos sabido de discusiones estériles en estaciones de servicio entre pisteros y clientes quejándose que la aguja no se mueve. Se han vuelto comunes estos días los reclamos debido a los precios. Esto provoca esa confusión y a veces la propia estación llega al extremo de confirmarle la calibración de las máquinas y los montos a algunas personas que seguro consumen por monto”, agregó.
La solución, señaló, es tener claro que el tanque de combustible guarda litros y no colones y los primeros serán siempre constantes independientemente de los precios.
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Comprar por litros otorga así más control y claridad sobre el gasto en un contexto de variaciones tarifarias altas, debido a que cada vehículo y su uso habitual tiende a ser el mismo siempre y, por lo tanto, también la cantidad de combustible requerida.
Ventajas
La Cámara recomienda comprar de 10 en 10 litros o de 20 en 20 pues así se facilita detectar posibles irregularidades en cada transacción.
Por ejemplo, hoy 20 litros de súper cuestan ¢15.740 y 20 de regular valen ¢14.880 con las tarifas vigentes.
Una variación en la cantidad vinculada a esos montos, supondría una irregularidad, pues la persona estaría recibiendo menos carburante del pagado. Como regla de oro, cada conductor debería siempre verificar los precios en la estación de servicio y, con la calculadora del celular, multiplicar litros por precio para tener certeza del pago.
Comprar así también ayuda a distanciar las visitas a los expendios, siempre que el conductor sepa cuál es la capacidad del tanque de combustible del vehículo y cuánto derivado de petróleo gasta por día, semana o mes.
Masís Aguilar recordó que muchos propietarios desconocen cuántos litros entran en el tanque del vehículo (el dato aparece en el manual del propietario en la sección de especificaciones) aun y cuando esa información es crítica para medir el consumo e incluso para saber si el automotor requiere mantenimiento.
Una ventaja final comprar el combustible por litro es que, cuando hay rebajas, automáticamente se genera un ahorro por la variación de tarifas a favor del consumidor: pagará por el mismo número de litros con menos dinero pero la diferencia a su favor (la cual podría pasar inavertida), se reflejará en otros rubros de su economía personal o familiar donde habrá un poco menos de estrechez.
Justamente, en este momento la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) tramita una solicitud de rebaja por ajuste extraordinario.