Pese la cancelación de la romería, el cierre de la plazoleta frente a la basílica y la limitación de aforo para la misa solemne en honor a la Virgen de los Ángeles, decenas de personas llegaron a Cartago este lunes 2 de agosto.
Esas limitaciones, impuestas por las autoridades para evitar aglomeraciones y contagios de la covid-19, disminuyeron considerablemente la llegada de fieles, pero no frenaron el flujo de personas.
Desde muy temprano, este lunes, romeros, ciclistas y vecinos cartagineses llegaron al centro de Cartago para mostrar su devoción por La Negrita.
El número de creyentes en las afueras de la basílica de los Ángeles creció a partir de las 9 a. m., cuando inició la eucaristía.
A esa hora, dentro de las instalaciones, obispos, autoridades de Gobierno y un pequeño grupo de feligreses participaron de la misa. Mientras, en las afueras, decenas de personas permanecieron al lado de las vallas instaladas para cerrar la plaza.
Por ejemplo, Marco Aurelio Soto y Javier Acuña Rodríguez, vecinos de San José, caminaron desde San José hasta Cartago para pagar una promesa.
“Siempre hemos hecho la romería desde La Fortuna de San Carlos, pero este año para no fallarle a la Virgen con la promesa, la hicimos desde La Trinidad, en Moravia.
“Más que por un milagro, uno viene a agradecer, porque nos tiene a esta edad en buenas condiciones, tenemos vida, familia y todo. No hay con qué pagarle a la Virgencita los beneficios y favores que nos da”, dijo Acuña Rodríguez.
“La Virgencita para mí representa mucho, porque es nuestra intercesora ante Dios; mi esposa también es devota desde pequeñita”, comentó Soto.
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Para no incentivar la llegada de romeros, las autoridades no instalaron puestos de la Cruz Roja en la ruta entre San José y Cartago. Además, no realizaron cierres de vías para el paso de caminantes.
No obstante, las personas aseguran tener diversas razones para llegar hasta la basílica.
Franciny Morales y Miguel Araya llevaron a su hija, de 28 días de nacida, para presentarla.
“Nosotros le habíamos ofrecido nuestra bebé a la Virgen, porque en el parto se nos complicó, tuvo problemas en los pulmones, estuvo sin oxígeno y estuvo internada casi tres semanas. Ahora está muy bien y teníamos que traerla para agradecer a la Virgen”, comentó la madre.
“Venimos por dos motivaciones muy grandes: la afición al deporte y a la fe”, expresó María Gómez Hernández, quien llegó a Cartago en bicicleta junto a su amigo, José Zúñiga.
Ambos viajaron desde Pococí en vehículo, dejaron su carro en Montes de Oca y pedalearon hasta la Vieja Metrópoli.
“Estar aquí me deja un sentimiento muy especial, porque mi mamá es devota de la Virgen de los Ángeles, ella dice que quedé ciega a los tres meses de nacida y le trajo unos ojitos y le atribuye a la Virgen mi recuperación. A mis 46 años veo no al 100%, pero es un milagro”, agregó la mujer.