La Sala Constitucional fijó un plazo de 24 horas al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) y al Ministerio de Ambiente y Energía para reducir de 3.000 a 1.120 el tope de visitantes diarios al Parque Nacional Manuel Antonio, ubicado en Quepos, Puntarenas.
La orden, que entrará en vigencia cuando sea notificada, posiblemente el próximo lunes, deriva de una resolución del alto tribunal que consideró que el actual flujo de visitantes representa una sobrecarga para dicha área silvestre y carece de un estudio técnico que lo sustente.
Así lo señalaron los magistrados al declarar con lugar un recurso de amparo (expediente 23-006531-0007-CO) en contra de una disposición tomada por el Sinac, en febrero pasado, para elevar de 2.000 a 3.000 el cupo máximo de visitantes permitidos al día en ese parque.
Los jueces tomaron la decisión luego de considerar un modelo de flujo de visitantes de diciembre del 2022, el cual estableció una capacidad de carga en dicha área silvestre protegida de 1.120 turistas diarios. No obstante, según datos de la propia área de conservación, la llegada de humanos actual alcanza un 267,9% de su capacidad.
Ante este panorama, el viceministro de Ambiente, Rafael Gutiérrez dijo a este medio que “somos respetuosos de la sentencia de La Sala Constitucional y se han girado las instrucciones para adecuar el número de visitantes al Parque Nacional Manuel Antonio según dicha sentencia”.
Frente a tal situación, la Sala IV consideró que se viola el derecho a un ambiente ecológicamente sano y equilibrado, consagrado en el artículo 50 de la Constitución Política, así como el principio de objetivación de la tutela ambiental.
El aumento en la visitación diaria en Manuel Antonio fue criticado por expertos en conservación, quienes la consideraron una explotación turística. También se cuestionó la falta evaluaciones técnicas sobre el potencial daño que la presencia de tantos humanos podría provocar a la flora y fauna de esa zona.
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Investigadores del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA) señalan que no mediaron, como sí había ocurrido en el pasado, consideraciones técnicas del impacto en un sitio que es oficialmente Área Silvestre Protegida (ASP), cuyo pilar es la preservación.
La decisión también fue censurada por directores de las 11 Áreas Silvestres Protegidas del Sinac, quienes denunciaron que la biodiversidad del parque es impactada negativamente por una “presión constante del sector turismo”.
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Advertidos
La alerta sobre las posibles consecuencias del aumento del aforo en Manuel Antonio figura en un oficio que los funcionarios remitieron el 9 de marzo a los jerarcas de ese ministerio.
En el documento, los directores atribuyen a la actividad turística una vía de generación de ingreso nociva para la riqueza natural, la cual debería ser la prioridad por tratarse de un parque nacional. Manuel Antonio recibió esa categoría en 1972 por su diversidad de plantas tropicales y fauna.
En la zona hay perezosos de tres dedos, monos capuchinos de cara blanca y cientos de especies de aves. Comprende 680 hectáreas cruzadas por senderos de excursión que van desde sus playas hasta lo más alto de sus montes.
A casi 51 años de su declaratoria, los funcionarios advierten de un deterioro y, además, una caída en la capacidad de la flora y fauna de esa área de conservación para ofrecer servicios ecosistémicos (aquellos que la naturaleza o los procesos ecológicos proveen a los seres vivos y al planeta en general) a mediano y largo plazo.
Recordaron que esta situación atenta contra el futuro de la propia actividad turística.