No con pocas complicaciones, el proyecto para tratar las aguas residuales de once cantones metropolitanos avanza.
Este miércoles, se anunció la conclusión de obras clave para poder llevar las aguas desechadas por pobladores de Vázquez de Coronado, Goicoechea, Montes de Oca, San José (Uruca), Tibás y Moravia hasta la planta de tratamiento Los Tajos, en La Uruca.
Según el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), en noviembre recibieron los trabajos del denominado Paquete Tres Sector Norte que incluyeron el desarrollo de colectores sanitarios en Quebrada Rivera y Río Torres, además de extensiones en las quebradas Jesús y Manzana; estas últimas localizadas en Vázquez de Coronado.
A pesar de este adelanto, las aguas residuales están lejos de llegar a la planta pronto, pues las conexiones se irán habilitando a lo largo del 2022 y 2023, dijo en un comunicado Marco Fidel Vargas, gerente de la Unidad Ejecutora del Programa de Agua Potable y Saneamiento (PAPS), encargada de las obras constructivas
AyA; sin embargo, no explicó por qué será necesaria la espera de más de un año para que, finalmente, sean tratadas esas aguas, cuyo fin último es disminuir el vertido de materia orgánica-fecal a los ríos y quebradas.
Además de los colectores sanitarios del sector norte, informó el Instituto, se construyeron obras complementarias para proteger la nueva infraestructura como muros de retención en concreto armado, estabilización de taludes con anclajes y recubrimientos de concreto, estructuras metálicas para cruce de ríos y mejoramiento de márgenes de río y parques municipales.
En diciembre pasado, la Contraloría General de la República (CGR) llamó la atención sobre los costos adicionales en el proyecto debido a situaciones que eran “previsibles” y debieron considerarse desde la planeación.
Según una auditoría del órgano contralor, el costo de las líneas 2, 4 y 5, ubicadas en Coronado, tuvo una variación del 95,3%, es decir, al final aumentaron casi el doble.
“En detalle, en la línea 2 Sector Coronado A no se consideró un monto próximo a ¢1.520 millones (77,3%), en la línea 4 Sector Coronado C ¢1.435 millones (109,1%) y en la línea 5 Sector Coronado D alrededor de ¢1.491 millones (99,4%)”, señaló el informe.
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Al revisar las causas, la Contraloría determinó que 27 de las 38 modificaciones tramitadas en los tres proyectos eran “razonablemente justificadas”.
De hecho, desde 2019, el Instituto admitió la falta dinero para asegurar la concreción del proyecto. Estimó un faltante de $175 millones, en aquel momento, pues la obra ha ido aumentando en costo con el paso del tiempo.
Inicialmente se estimó en $250 millones; pero para mayo de 2020 eran $600 millones, según la entonces jerarca del Instituto, Yamileth Astorga.
1.500 km de tubería
La fase recién concluida incluyó además la rehabilitación de un tramo localizado detrás de las bodegas Almafisa en Tibás; una intervención por la cual se instalaron casi 300 metros de tubería en hierro dúctil de 900 milímetros de diámetro apoyada sobre pedestales de concreto.
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Para estabilizar esta obra se usaron más de 3.200 metros cuadrados de muros de gaviones para concluir con una estructura de puente de 39 metros de luz apoyada en pozos bastiones de 10 metros de altura.
Los costos asociados tan solo a este tramo rondan los $1,8 millones.
En mayo del 2020, el AyA también empezó la instalación de tuberías entre Curridabat y Zapote para conducir las aguas residuales de 82.800 personas del este y sur de San José a la planta Los Tajos. Las obras estarían listas en la primera mitad de este año.
La primera fase del proyecto de Mejoramiento Ambiental del Área Metropolitana de San José entró en operación en 2015, cuando se concluyó la planta en Los Tajos. Se beneficiarían 1.070.000 personas distribuidas en 11 cantones josefinos.
El proyecto pretende rehabilitar y mejorar un red de casi 1.500 kilómetros de tuberías del alcantarillado sanitario y agregar otros 200 kilómetros de nuevas tuberías y colectores una vez concluido.
Todo ese esfuerzo persigue enviar las aguas negras de estos 11 cantones a la planta de tratamiento Los Tajos, la cual tiene capacidad para recibir y tratar 2.800 litros de aguas contaminadas, o sea, el equivalente al volumen de agua de una piscina olímpica cada 15 minutos.