La tímida meta del Gobierno para llevar Internet de banda ancha a la población destaca entre las 135 críticas que varios sectores hacen al borrador del nuevo Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones .
Dicha iniciativa pretende convertirse en la ruta que seguirá el país en el mediano y el largo plazos para mejorar el acceso a la Red y a los servicios de telefonía, entre otros.
El borrador del plan propone que, para el 2021, al menos 50% de los hogares tengan un servicio universal de Internet de banda ancha con velocidad de dos megabits por segundo (mbps), la cual se revisará cada año.
Lo anterior genera críticas en momentos en que la Unión Europea plantea que sus miembros tengan 30 mbps de velocidad mínima de acceso en el 2020. Hace unos días, Estados Unidos definió como banda ancha los enlaces de 25 mbps o más.
La banda ancha es un sistema de alta velocidad de conexión y transmisión de datos por Internet. Tales enlaces se consideran claves para el progreso económico y social de un país.
Observaciones. En varias ocasiones, La Nación solicitó al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) un resumen de las críticas al plan. Incluso, la jerarca de la cartera, Gisela Kopper, ofreció enviarlo, pero este nunca llegó.
El Micitt solo detalló, en un comunicado de prensa, que hubo 135 observaciones, la mayoría referidas a la banda ancha.
Consultados por este diario, varios sectores encontraron carencias en el texto que, según el Micitt, serán evaluadas para saber si se incluirán en la próxima versión del plan.
“El borrador es muy básico y nadie sabe cómo se lograrán las metas. Hemos pasado seis meses de espera para tener lista esa política de Estado, en el entorno cada vez más competitivo que encara el país”, recalcó Luis Amón, quien funge como vicepresidente de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación.
Para Amón, "no tiene sentido esperarse más tiempo para tomar decisiones sobre el PNDT e incorporar las observaciones. Tal y como lo ha manifestado la ministra del MICITT, cuando el personal técnico encargado del plan es el mismo que ha venido trabajando desde hace más de un año y conoce a plenitud las observaciones técnicas y preocupaciones que ha venido manifestando el sector de telecomunicaciones, y han sido recogidas en los diferentes talleres organizados por el viceministerio. Esperar más tiempo significa retrasar injustificadamente un plan que urge y el cual necesitamos que sea implementado con prontitud".
Por su parte, Fabio Masís, director de la Cámara de Infocomunicación y Tecnología, señaló que los objetivos parecen poco ambiciosos. Aunque percibe voluntad del Gobierno para estudiar más las metas, consideró que la velocidad de banda ancha comercial del país debería ser de al menos 5 mbps hacia el año 2021.
En tanto, Maryelana Méndez, presidenta del Consejo Directivo de la Superintendencia de Telecomunicaciones, sostuvo que debe diferenciarse entre banda ancha de acceso universal (servicio subvencionado por el Estado para hogares carentes de Internet) y banda ancha comercial (aquella que los usuarios de Internet contratan a algún proveedor).
“El servicio de acceso universal apunta a una velocidad mínima. De ahí se amplían las metas en ancho de banda hasta llegar a velocidades de tipo comercial. En el caso comercial, una rapidez entre 10 y 15 mbps podría ser un rango razonable”, advirtió Méndez.
Saray Amador, vocera de la Cámara Nacional de Radio y Televisión, considera que el primer borrador excluye a la televisión y a la radio en señal abierta y gratuita. “Nos deja en indefensión jurídica y a merced de la interpretación de los futuros gobiernos”, aseveró.
A su vez, Allan Ruiz, viceministro del Micitt y líder del plan, se defendió de las críticas, pero reconoció que el Ministerio pudo haberse explicado mejor. Enfatizó en que el plan sí tendrá una meta de 2 mbps para la conectividad de hogares de servicio universal.
Sin embargo, agregó que analizan con otros actores cuál será la aspiración como país.
Alegó también que la escasez de fondos limita las ambiciones.
Para Ruiz, la aspiración es clara y, por ello, se trabaja en los umbrales que serán punto de referencia para elevar velocidades según pasen los años. “Es muy delicado poner una cifra. Lo haremos porque llegamos al convencimiento de que es necesario ante la opinión pública”, dijo.