Vecinos de Tárcoles lograron que el Tribunal Contencioso ordenara a la Municipalidad de Garabito reconstruir el alcantarillado pluvial que data del 2009, el cual se ha convertido en fuente de contaminación y riesgos para la salud de la población.
Mediante la resolución N° 3-2023 del 16 de enero, los jueces otorgaron al Gobierno Local un año para realizar los trabajos que sean necesarios para impedir que se mezclen aguas llovidas, aguas servidas y aguas negras, como ha ocurrido desde hace al menos seis años, cuando la comunidad empezó el proceso con la solicitud de medidas cautelares para atender la situación.
Fue en octubre de 2016, cuando los tribunales dieron trámite a la demanda presentada por un grupo de residentes. Desde entonces han perseverado en la lucha hasta que finalmente se realizó el juicio oral el 13 de diciembre cuando se dictó la sentencia contra el Ayuntamiento.
La Nación intentó conseguir una reacción del alcalde de Garabito, Tobías Murillo Rodríguez, pero no respondió llamadas ni mensajes a su celular.
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A corregir
De acuerdo con la queja de los habitantes de Tárcoles, en abril del 2016, cerca de la plaza de fútbol de la comunidad se instalaron dos pozos de inspección del sistema de alcantarillado, de los cuales emana un olor fétido, debido a que aparte de aguas llovidas ahí se descargan aguas residuales de viviendas y comercios.
Con la decisión judicial, la Municipalidad deberá garantizar que no se produzca ninguna contaminación por ese alcantarillado, suprimir los malos olores que alegan los vecinos (y que se confirmó durante el proceso) y evitar la reproducción de insectos transmisores de enfermedades. como ha ocurrido durante todos estos años.
El fallo advierte que la obra tiene que cumplir con la normativa técnica del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, el Ministerio de Salud y el resto de entidades competentes, con el fin de asegurar una separación de cauces a partir de pozos adecuados y otras estructuras necesarias.
Asimismo, la sentencia dispone realizar un muestreo físico-químico y bacteriológico del agua dentro del sistema de alcantarillado del pueblo de Tárcoles, así como un levantamiento topográfico del sistema de aguas para definir la geometría, pendientes y dirección de flujo y verificar la funcionalidad del que se va a construir.
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Del mismo modo, debe elaborar los planos que reflejen la condición real del alcantarillado de aguas actualmente y realizar una fumigación dentro del sistema actual para evitar la generación de los zancudos vectores de enfermedades.
Como parte de los trabajos, la Municipalidad deberá sellar las descargas de aguas residuales que caen directamente en las cunetas del pueblo, reconstruir estas y separar las acometidas pluviales, además de construir una planta para el tratamiento de aguas residuales y una serie de medidas para eliminar el problema de forma duradera.
“Estamos completamente satisfechos por el fallo judicial que consideramos muy importante para las comunidades, desde una óptica de sanidad. En adelante, los pueblos pueden utilizar este precedente para resolver sus problemas con aguas residuales, servidas y pluviales si estas se mezclan y nadie hace nada por resolver ese problema”, expresó el abogado Wálter Brenes quien representó a la comunidad.