A un kilómetro al sureste de las Ruinas de Ujarrás, en Paraíso de Cartago, se erige un puente-túnel construido por obreros italianos en 1873. Se levantó sobre el río Púcares.
La estructura estaba considerada como parte del gran proyecto de construcción de la vía férrea a la zona Atlántica.
Aquella obra, sin embargo, ahora es considerada como el mayor error de la ingeniería de su tiempo, según afirma el ingeniero Hernán Gutiérrez Braum en su libro La historia de la ingeniería en Costa Rica, de la Editorial Tecnológica, del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
La gran equivocación, según Gutiérrez, fue que el trazado original de la obra no valoró los acantilados de Fajardo, en Urasca de Cachí, los cuales impidieron continuar el plan ferroviario comandado por Minor Keith, por aquella ruta. Con todo y el puente-túnel ya construido, los planes cambiaron y debió buscarse un nuevo trazado.
Inicialmente, se consideró que el tren atravesaría el sur de Paraíso de Cartago hasta llegar a las cercanías de las Ruinas de Ujarrás y, desde allí, bordearía las orillas del río Reventazón hasta llegar a Siquirres, en la provincia de Limón.
Sin embargo, por ese puente, nunca pasó el tren. La estructura se quedó allí en abandono y ha resistido el paso del tiempo, aunque la espesura trata de ocultarlo y relegarlo al olvido.
Se trata de un puente de 30 metros de largo, construido en piedra, a la usanza italiana de la época. Mide además seis metros de ancho y siete de alto.
Por sus alrededores, todavía hace algunos años, se observaban vestigios de la línea del tren.
Algunos historiadores narran que en esas laderas, muchos de los trabajadores chinos, que eran peones en esa obra, dada la inclemencia del tiempo y las malas condiciones laborales, se quitaban la vida en sus alrededores.