Leer, y hacerlo bien, no es una destreza útil, sino una habilidad necesaria para formar niños críticos y capaces de pensar.
Esta es una de las conclusiones de la experta en lenguaje y alfabetismo de niños, Catherine Snow, quien habló con La Nación esta semana durante una visita al país para participar en una conferencia sobre cómo enseñar a leer.
¿Adónde fallan los sistemas de educación tradicionales en la enseñanza de la lectura?
Hemos hecho un buen trabajo enseñando decodificación y fluidez, pero los precursores para una compresión profunda, el tipo necesario para poder entrar a la web, por ejemplo, leer artículos a favor y en contra de un tema y formar criterios propios, requiere destrezas mucho más complejas.
¿Adónde está la raya entre alfabetismo y comprensión profunda?
Tenemos que empezar por idear un nuevo término para el primero. Por ejemplo, técnicamente alfabeta versus verdaderamente alfabeta. En las valoraciones de comprensión de lectura tradicionales preguntan cosas cuyas respuestas son evidentes en el mismo texto. Los exámenes que se están desarrollando ahora para primaria involucran leer textos contrarios, resumir argumentos y diseñar un sitio web que asume uno de los bandos. Es un reto muy distinto; no tengo que resumir, sino pensar.
¿Cómo se prepara al estudiante para desarrollar estas destrezas?
En primer lugar, debemos ampliar la definición del alfabetismo y reconocer que este engloba el acceso al conocimiento. Preparar estudiantes para el alfabetismo real es enseñarles mucho conocimiento de contenido para que tengan de qué pensar.
¿Qué más deberíamos hacer para cruzar la barrera hacia la comprensión profunda?
Empezando en primaria, leemos libros en voz alta con los niños y, a menudo, después de eso les hacemos preguntas literales. Por ejemplo, leemos el libro La oruguita muy hambrienta y luego preguntamos sobre el color de la oruguita y qué se comió. Eso está bien al principio, pero después necesitamos ampliar la discusión.
”Pensemos en el proceso en el que una oruga se convierte en mariposa. Incorporemos lectura de un libro científico. Introduzcamos el término ‘metamorfosis’. Hay tanto que se puede ampliar, haciendo crecer la base de información del niño y su capacidad de preguntar”.
En resumen, más que enseñar a leer, es enseñar a pensar.
Exactamente. Y enseñar que un texto es una catapulta para pensar y cuestionar. Los niños necesitan leer textos, pero también confrontar textos que están un poco por encima de su nivel y discutirlos.
¿Qué errores estamos cometiendo hoy por hoy?
En preescolar, básicamente estamos perdiendo el tiempo. Por supuesto que no queremos que sea igual que la escuela y que sea disfrutable para los niños, pero podemos diseñar el juego para tener una intención; podemos introducir elementos que lo conviertan en una experiencia más expansiva.
”No siempre hay que jugar casita, los niños ya saben sobre las casas. Juguemos hospital, juguemos fábrica de zapatos, juguemos zoológico. Son maneras de ampliar los mundos de los niños con mucha información y creatividad”.
¿Cuál es la relación entre el fracaso escolar y una débil lectura?
Es prácticamente uno a uno. La principal razón por la que los niños fracasan en la escuela es por debilidades en la lectura. Niños que están luchando con la lectura en primer y segundo grado, está bien, les cuesta, pero en cuarto, quinto y sexto, de repente les piden leer textos de matemática, historia y ciencias y si les está costando leer, no van a estar en condiciones de aprender de esos textos.
”Los niños no fracasan por malas notas de matemática. Sí, es muy importante, pero no causa fracaso a largo plazo, simplemente es una materia que cuesta, mientras que el fracaso tiene efecto cascada”.
Costa Rica tiene una taza de alfabetización del 96%, pero en las pruebas internacionales PISA, apenas un 33% de los estudiantes obtuvo una comprensión de lectura superior al mínimo. ¿Qué conclusiones podremos sacar?
Los retos para leer en una economía de la información van mucho más allá de lo que las escuelas han estado enseñando y parte del problema es que establecimos estándares de alfabetismo hace 80 años, época en la que si podías leer un menú o los titulares de un periódico, eras considerado alfabeta. Ahora, en un creciente sector de la economía, necesitás un nivel más alto de comunicación y la capacidad de hacer análisis más complejos.
”Los trabajos que antes veíamos como de bajo alfabetismo ya no lo son, lo cual implica que ese 33% de la población debería pasar a un 80%”. ¿Es posible sobreestimular a un niño con un exceso de información y textos?No, lo que están haciendo los niños es organizando la información y si reciben demasiado, la ignorarán o la desecharán. Sí es posible sobreenseñar; no querés niños sentados en filas recibiendo información a la fuerza. ”Sin embargo, si es un proceso natural de un ambiente enriquecido, tendrá dos efectos: los niños aprenderán más, y se reducirán los problemas de conducta. Los niños suelen portarse mal en la escuela porque están aburridos, no por que son malvados”.