Si a una familia en Costa Rica se le antoja irse de vacaciones en estos meses de verano o en Semana Santa quizás puedan encontrar lugar si reserva ahora, pero no un buen precio. Por mucho ahorro, incluso destinos habituales de descanso escapan a la mayoría de los presupuestos.
Por ejemplo, la excursión para una pareja con dos hijos menores de 12 años en Semana Santa (10 al 16 de abril) en la misma habitación con desayunos incluidos cuesta este año de ¢649.000 a ¢1,9 millones (entre $1.000 y $3.000) entre aquellos hoteles calificados como “Buenos” (puntaje de 7 en una escala de 1 a 10) en el sector de La Fortuna (San Carlos, Alajuela).
Ese paseo en condiciones similares y misma categoría de hotel sale en ¢779.000 y ¢3,9 millones (entre $1.200 y $6.000) entre hoteles aledaños al Parque Nacional Manuel Antonio en Quepos (Puntarenas) para la misma semana. Si es en playa Tamarindo (Santa Cruz, Guanacaste) el precio sube a entre ¢759.000 y ¢2,6 millones (entre $1.170 y $4.110).
“Los hoteles son caros porque el país se volvió caro”, reconoció Flora Ayub Dobles, directora ejecutiva de la Cámara Costarricense de Hoteles.
Ella, sin embargo, aclaró que hay una variedad de ofertas para todos los presupuestos y en diversos destinos que suelen pasar desapercibidos para los turistas locales por falta de curiosidad.
”Servicios básicos como electricidad, agua y cargas sociales pesan mucho en los costos y presupuestos de una buena parte de la oferta de hoteles. Sin embargo, la gente tampoco busca con tiempo o planifica para otras fechas que no sean Semana Santa o fin de año, cuando es siempre caro. El otro problema es que siempre buscan los mismos destinos tradicionales”, declaró.
Rubén Acón Toy, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) también coincidió en que el país se volvió “muy caro” para irse de vacaciones por distintas razones.
“Lo que encarece todo es el esquema de cargas sociales y el modelo tarifario de precios comerciales en agua y electricidad para hoteles y restaurantes y otros negocios ligados a la cadena turística. Agregue salarios, servicios de seguridad privada y los precios suben. Esto no tiene sentido. Tenemos una estructura de costos que nos afecta a todos en este sector y al propio costarricense”, señaló.
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A eso se suma otro problema: los ticos compiten con el turismo internacional en las mismas franjas de meses y en los mismos lugares, indicó.
Acon Toy explicó que los costarricenses suelen vacacionar en épocas de fin de año, Semana Santa y pausas del calendario escolar entre los meses de diciembre y abril de cada año cuando, explicó, topan con la temporada alta del turismo internacional.
“Entonces el turista nacional compite contra el internacional de forma que, aunque planifique con mucha anticipación y ahorre, no le saldrá barato. Y esto es así en cualquier lugar del mundo. Si usted quiere ir en enero a Miami, Orlando u otras ciudades de vacaciones, también todo es más caro”, recalcó.
De todos modos, los representantes del sector achacan a los propios ticos que casi no exploran otros sitios en el territorio además de una falta de previsión para localizar ofertas que, dicen, se ajustan a todos los presupuestos.
Para ambos, si las familias saben que sus hijos tienen vacaciones del curso lectivo en julio, buscar desde enero opciones es una buena estrategia para amarrar una reservación a un mejor precio.
Esa planificación, afirmaron, permitiría a las familias hallar destinos que brinden experiencias directas con naturaleza, las cuales pueden ser de particular especial para los niños. Sea ver perezosos, monos, mapaches, andar en bote o a caballo o caminar en la montaña, aseguran, estas estadías podrían ser más ricas y recordadas que un paseo habitual a un hotel con piscina cerca del mar.
Buscar con tiempo otros sitios
Ayub Dobles citó que, en octubre, es una época ideal para vacaciones que permite a familias, parejas, grupos de amigos o individuos programar durante el año una salida y ahorrar para ella. Puso como ejemplo la zona del Caribe cuando está más seco respecto a otras zonas del país donde llueve en ese mes.
El último fin de semana de octubre, dijo que ella y dos de sus compañeros de oficina se fueron de paseo a un hotel en el sector de canales del Parque Nacional Tortuguero (Limón).
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La empresa a cargo de su viaje, los llevó ida y vuelta desde San José con paradas para desayuno y almuerzo. El costo también incluyó el transporte en bote hasta Tortuguero, dos noches de hospedaje y tres tiempos de comida además de un tour por los canales y otro al pueblo de Tortuguero. Según ella, todo eso costó $179 más impuestos por cada persona.
La empresaria puso como ejemplo la propia página de promociones turísticas de la Cámara.
“Hay lugares desconocidos para los ticos como Monteverde, Sarapiquí o las aguas termales de Rivas en Pérez Zeledón. Incluso Corcovado y Puerto Jiménez a donde se puede llegar en media hora en avión. Se agrega un costo pero la experiencia es fabulosa y sin gastar en combustible u horas conduciendo”, mencionó.
En setiembre del 2020, se inauguró una ruta de aventura y atractivos turísticos denominada “Puerto a Puerto”, entre Puerto Jiménez y Ciudad Cortés, en la Península de Osa (Puntarenas).
Luis Centeno, presidente de la Cámara de Turismo de Osa (Catuosa), explicó que este recorrido enlaza turísticamente las comunidades de Puerto Jiménez, Sierpe y Puerto Cortés con una oferta conjunta que incluye avistamiento de aves, lugares históricos y patrimoniales en el centro de ambos pueblos, la reserva de Matapalo, playa poco exploradas como Playa Backwash, el manglar y humedal de Sierpe, el Museo de las Esferas en Finca 6 y el embarcadero de Puerto Cortés; entre otros.