La plataforma Marketplace de Facebook permite a las personas comprar artículos de segunda o con precios inferiores a los que se consiguen en el mercado, así como vender artefactos sin necesidad de tener una tienda física o reportar al fisco, ¿pero realmente vale la pena ahorrarse unos cincos con esta herramienta?
Martina López, especialista de seguridad informática de la división latinoamericana de la compañía de software especializada en ciberseguridad ESET, conversó con La Nación para explicar los riesgos al utilizar esta plataforma, ya que no existen respaldos ante posibles estafas o engaños.
– ¿Vale la pena ahorrar dinero a cambio de arriesgarse a comprar en este sitio?
– Siempre nosotros recomendamos revisar ese tipo de ofertas muy grandes o alocadas que aparecen. Lógicamente, hay un gran porcentaje de productos dispuestos en este tipo de mercado que son legítimos y reales, pero nunca va a faltar la publicación falsificada y uno de los métodos más comunes que utilizan los cibercriminales es poner precios bajos o muy bajos para que llamen la atención de la víctima que está buscando un producto que puede ser más costoso, y termina siendo estafada por querer ahorrar dinero.
“La realidad es que siempre recomendamos que, por más que nos duela pagar un poco más, mejor comprarlo afuera o bien hacerlo en Facebook con un vendedor que esté certificado o con buena reputación”.
–¿Facebook brinda algún tipo de respaldo a un usuario si es estafado? ¿Qué tan responsable se hace la red social de lo que sucede en su Marketplace?
– Es muy probable que Facebook, como compañía, sí pueda llegar a intimar al vendedor o pueda cerrar sus cuentas, de hecho está verificando constantemente en mezcla de algoritmos de manera automática y también recursos humanos. Están vigilando este tipo de tiendas para sacar a estafadores, pero una vez que hayamos caído en la estafa, ya del lado de la compañía, no solo por un tema de protección, sino también por un tema de alcance lógico, le resulta complicado poder intimar al vendedor más que amenazándolo con cerrar su cuenta o con retractarse de una transacción.
“La verdad es que si nosotros como usuarios accedemos a una compra y además lo tramitamos fuera de la plataforma, que es lo que buscan los estafadores para hacer transacciones no monitoreadas, o si simplemente el vendedor decide desaparecer con el dinero, Facebook deja de tener alcance en esto y es allí donde nos recomienda a que sigamos el hecho como un robo o estafa en vías judiciales”.
– ¿Cuáles son los productos más comunes con los que se realizan estafas en esta plataforma?
– En primer lugar los artículos electrónicos que no funcionan, tienen menos funcionalidades que las que deberían o son distintos a los que ofrece el vendedor. También estafas con productos que en realidad no existen y se ofrecen con precios mucho más baratos que lo que hay en el mercado. Así como todo lo que tiene que ver con ropa, joyería y artículos de diseñador o de marca que generalmente son falsificados. Y también productos que sean muy caros, desde automóviles cero kilómetros hasta alquileres de casas.
–¿A simple vista se pueden identificar detalles en las ofertas que nos hagan pensar que es una estafa?
– Normalmente, utilizan imágenes de productos que son descargadas de Internet o tomadas con una captura de pantalla, que están pixeladas, con letras en otros idiomas y cualquier cosa que nos indique que estas fotografías no son del producto que dice tener el vendedor. También el hecho de que la cuenta de Facebook que esté detrás de la venta no esté verificada, no tenga ventas anteriores o sea muy reciente. Lógicamente, además todo lo que tenga que ver con precios que sean muy bajos en comparación a lo que se ofrece en el mercado, o cuando dicen que es por oferta limitada o que solo les quedan pocas unidades.
–¿Y cuál es el perfil de víctimas que más buscan estos estafadores?
– Generalmente dos perfiles: adultos mayores, que son los que más usan Facebook, ya que los jóvenes han migrado más a otras redes, o personas que dicen estar desesperadas por conseguir un producto o servicio.
–¿Facebook tiene algún tipo de filtro para poner en venta productos en esta plataforma?
– Primero, verificar la antigüedad de la cuenta, porque es una estrategia muy común por parte de los estafadores realizarse nuevas cuentas a la hora de tener muchas denuncias. Otros, son ver si el producto no tiene la descripción adecuada, si no hay fotos suficientes o si son de mala calidad. Sin embargo, el filtro más grande es nutrirse de las denuncias de los usuarios cuando reportan ofertas sospechosas.
– Además, también hay que considerar que la persona vendedora también puede convertirse en víctima.
– Sí por supuesto, hay casos en los que el supuesto comprador denuncia que el artefacto llegó roto, fue robado o nunca llegó al destino, aunque no sea así, pero la plataforma termina haciendo un reverso de la transacción y el comprador se queda con el dinero. También sucede que envían facturas falsas y el vendedor, quizá por no verificar la veracidad de la transacción, termina siendo estafado por el comprador.
– Finalmente, de lo que ustedes han podido investigar, ¿qué tanta regulación hay en los países sobre este tipo de mercado? ¿Se puede considerar clandestino? ¿Qué tanta legislación hay referente a este tema?
–La realidad es que hoy por hoy todo lo que tenga que ver con comercio electrónico se encuentra en un gris legal. La mayoría de países, lo más cercano que tienen en un sentido de poder incluir a los marketplace en las leyes, no es dirigido en sí a este tipo de mercados en línea, sino a la idea de tipificar el delito de la ciberestafa como un delito totalmente punible, tanto en lo civil como en lo legal. Es decir, si uno denuncia que lo estafaron en Facebook o cualquier otra red, en la mayoría de países, por no decir todos, se va abordar como un delito tipificado en el Código Penal, tanto para compradores como para vendedores.