En el restaurante Comidas Típicas Doña Mayela, en Poasito de Alajuela, a diario se venden entre dos y tres casados. Esta apremiante situación económica obligó a su dueña, Mayela Céspedes, a despedir a todos los empleados.
El local, con 15 años de existencia, se mantiene gracias al esfuerzo de doña Mayela, su esposo y su hijo, quienes no pierden la esperanza de que puedan continuar con este negocio familiar.
Sin embargo, reconocen que los números no les dan, especialmente con gastos que mensualmente ascienden a ¢1 millón.
“Ya no tenemos ningún empleado, no tenemos plata, no tenemos ya casi ni mercadería, porque hay que ir a pagar nada más lo que se debe”, relató la empresaria.
Esta es la realidad que enfrentan muchos de los comerciantes en la zona, quienes dependen económicamente de la llegada de turistas al Parque Nacional Volcán Poas, que está cerrado para los visitantes desde abril de 2017.
Esta complicada situación que viven los vecinos de la zona, los motivó a unirse para convocar una marcha este domingo a las 9 a. m., desde el Restaurante Quieres hasta la entrada del parador turístico, y así exigirle al gobierno la reapertura del Parque.
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"Nos hemos unido Cámara de Turismo, Juntas de Desarrollo, vecinos y comercio", dijo Luz María Orozco, vicepresidenta de la Asociación de Desarrollo de Poasito.
La líder comunal asegura que el turismo en la localidad no se ve entre semana, mientras que los días sábado y domingo es muy poquito, por lo que algunos comercios tuvieron que cerrar.
Este criterio es compartido por Lionel Araya, presidente de la Cámara de Comercio de la región Volcán Poás, quien tuvo que despedir acuatro personas de su negocio la Casona de Doña Julia.
"El impacto económico que yo he tenido es de un 40% menos de venta, he sido uno de los menos afectados y he tenido que jalar el mecate lo más posible".
"En nuestro pueblo se ve desempleo, se ve delincuencia, la gente luchando contra los pagos a la Caja, el INS, la municipalidad; no hay prórrogas, no hay movimiento de nada. Nosotros nos estamos ahogando, viene la temporada baja, ¿qué vamos a hacer?", expresó.
Reapertura condicionada
El Parque Nacional permanece cerrado desde el 13 de abril del 2017 debido a fuertes erupciones que lanzaron piedras, cenizas y magma, pero ahora la mayor preocupación de los vecinos es la "lentitud" con la que dicen que ha actuado el Estado para volver a poner en operación este importante destino turístico.
La molestia se debe a que desde el 12 de febrero de este año, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) determinó que se podía volver a recibir público en el Parque, a cambio de que se cumplieran ciertas normas de seguridad y se instaurara un rápido protocolo de evacuación.
Sin embargo, estos requerimientos no se han cumplido.
Ante estos reclamos, el Gobierno emitió este jueves un comunicado de prensa en el que asegura estar acelerando acciones para la reapertura.
Rafael Gutiérrez, director de la región central del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), aseguró a La Nación que en los últimos meses se han logrado avances en tres importantes áreas: capacitaciones, compra de equipo y la construcción de refugios.
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El primero de estos puntos tiene que ver con la preparación a operadores de turismo, funcionarios y vecinos de la zona.
"Hemos hecho cuatro capacitaciones, hemos llegado a una cantidad aproximada de 210 personas y tenemos programadas dos capacitaciones más para llegar a 500 personas", indicó.
En segunda instancia, Gutiérrez dijo que ya lograron concretar la compra de equipamiento como: radios, cascos y mascarillas.
Aun está pendiente la adquisición de cuatro medidores de gases, aunque el funcionario asegura que ya están muy avanzados en el proceso.
"Ya sabemos cuál es la empresa, ya se hicieron las cotizaciones y ahorita estamos en el proceso de compra".
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Finalmente, la obra más compleja tiene que ver con la construcción de cinco refugios. El Sinac está a la espera de que la empresa encargada de las obras presente ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos los planos para obtener los vistos buenos.
"Nosotros creemos y esperamos que así sea, que para la próxima semana tengamos los vistos buenos e iniciar el proceso constructivo. ¿Cuánto duramos construyendo?, seis semanas".
Según Gutiérrez, si no existe alguna demora y se consigue esta aprobación, el Parque se podría reabrir en seis semanas, a partir de la próxima semana.
Vecinos pierden la paciencia
Este plazo, lejos de alegrar a los vecinos del Parque, les genera dudas y desconfianza, ya que no es la primera vez que escuchan una posible fecha que al final no se concreta, por lo que amenazan con tomar medidas de presión, si no reciben un dato más certero.
"Nosotros estamos propuestos a que si no hay una apertura a lo que ellos (Sinac) nos hablaron, que es mínimo de dos meses, que sería hasta julio, entonces nosotros vamos a tomar mano dura y vamos a planear hacer un bloqueo a partir de Jaulares" (en Fraijanes), advirtió Luz María Orozco.
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Por su parte, Lionel Araya denunció que las autoridades gubernamentales "se escudan en el tema de la seguridad".
"Nosotros estamos anuentes a ayudar, a que se hagan todas las cosas, que se hagan los búnkeres para proteger a los turistas, pero no estamos hablando de un tema de seguridad, sino de burocracia", aseguró.
De acuerdo con el Gobierno, durante el tiempo que ha permanecido cerrado el Parque se han "articulado esfuerzos para aliviar la baja en las ventas de los comercios", por medio de una feria llamada “Montaña Viva”, así como una campaña de publicidad para incentivar la visitación a la zona.
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Empero, estas medidas son consideradas como paliativas por los comerciantes.
"En estos momentos lo que nosotros ocupamos es que nos abran el volcán, nosotros no queremos ser una pega de la Municipalidad o del Instituto Costarricense de Turismo (ICT)", expresó Araya.
"Queremos una fecha para nosotros planificarnos y no estar a la expectativa, que sea próxima, hemos aguantado mucho, más bien no sé cómo hemos aguantado tanto. No estamos pidiendo migajas, no estamos pidiendo ayuda, lo que queremos es que lo abran, que se haga más ágil", agregó.