¿Se imagina contar con un servicio de Internet que le dé una velocidad de descarga de datos mayor a 1 GBps? La fibra óptica lo permite por su alta capacidad para transmitir información. En Costa Rica, sin embargo, solo un 25% de las conexiones en hogares y empresas son de esa tecnología, que entró hace 16 años.
Fue en marzo del 2006 cuando el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) contrató, por $59 millones, una primera red de fibra óptica de 1.092 km para interconexión de “frontera a frontera”. El crecimiento de la red se aceleró con la apertura en telecomunicaciones, pero, aún así, en tantos años, solo hay 262.000 clientes que lo disfrutan dentro del total de 1.044.000 conexiones fijas (96% de ellas en hogares).
Las restantes 782.000 (75%) operan con medios más lentos o de velocidades inestables. Este último grupo se divide en 636.000 (61% del total) montadas en cable-módem (coaxial) y 140.000 (13,5%) en líneas de abonado digital (conocidas como xDSL) que llevan el servicio sobre cable de cobre (muy apetecido por los ladrones).
El cable-módem, el más popular, tiene la desventaja de que entre más personas estén conectadas a la línea de transmisión, más se afectará la velocidad de los usuarios. La fibra óptica, en cambio, utiliza filamentos de vidrio o plástico para transmitir los datos mediante impulsos luminosos. Esto la vuelve inmune a pérdidas de potencia en la señal lo cual permite enlaces de muchos kilómetros sin problema alguno. Tampoco la afectan las interferencias electromagnéticas.
Por estas ventajas, la Cámara Costarricense de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic), llama a acelerar el desarrollo de la red pues contribuye a la productividad del país. “Las necesidades de hogares y empresas han aumentado sin estar cubiertas al 100% en todo el territorio. Esto indica que la necesidad está presente, por lo tanto, el país y la nueva administración deberían esforzarse por ampliar la cobertura de la fibra óptica. No debe de perderse de vista que este es el medio de transporte más eficiente para el tráfico de datos”, declaró Elizabeth Arroyave Rojas, vicepresidenta de la organización.
Para ella, las dificultades de crecimiento de la fibra óptica –aparte de la tramitomanía con permisos municipales– incluyen la saturación en el uso de postes para tender el cable y en la escasez de medios alternativos.
De hecho, Costa Rica es de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con mayor rezago en el porcentaje de conexiones de fibra con respecto al total de banda ancha: ocupa el puesto 27 entre los 38 adscritos a ese grupo.
Mario Montero, presidente de la Cámara de Infocomunicación y Tecnología (Infocom), también urgió a expandir esa tecnología dado que el consumo de Internet va en acelerado aumento.
“Los cambios en el consumo de los costarricenses conllevan una acelerada transición a la fibra óptica, lo cual a su vez se traduce en una mayor necesidad de expandir las redes y optimizar los despliegues existentes. Es indispensable tomar en cuenta que más banda ancha está íntimamente relacionado con el acceso a infraestructura y ahí el país arrastra pendientes”, aseguró.
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Según Montero, es necesario habilitar la construcción de más ductos e infraestructura de Internet en vías nacionales y municipales para lo cual se requiere que las nuevas autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) elaboren los reglamentos necesarios.
Aparte, asegura que el conjunto de operadores requiere agilidad en la gestión de permisos ante la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, mayor claridad y homogeneidad en los reglamentos y propiciar el soterramiento progresivo de redes de Internet aéreas.
“En este contexto de aumento en la demanda y la necesidad de conectar a más costarricenses, crece la presión por contar con una infraestructura robusta de postes y ductos para uso de los proveedores, especialmente de cara al eventual despliegue también de tecnologías de última generación como 5G”, afirma Montero.
Mientras la fibra óptica entra lentamente a los hogares, el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) ha tejido en zonas rurales unos 2.500 kilómetros de redes de esa tecnología con las cuales brinda Internet gratis en 400 parques y plazas, 28 estaciones de tren, 61 bibliotecas públicas y siete Centros Cívicos por la Paz.
Sin embargo, en 500.000 hogares ubicados en los quintiles 1 y 2 (con menor capacidad de pago debido a menores ingresos) ni siquiera hay conexión a Internet, indicó Mauricio Rojas, gerente de Telecomunicaciones del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Jose Pablo Ibarra, vocero de Liberty Latin America (Cabletica-Movistar) coincidió con Mauricio Rojas en el rezago histórico del país. “Es necesario insistir en reducir las barreras a la instalación de nuestra infraestructura y atender los cuellos de botella”, señaló.
Rojas atribuyó ese menor avance a restricciones que sufren todas las empresas en el mercado para construir e instalar más infraestructura debido a que, dijo, cada municipalidad tiene sus propias reglas y tiempos de respuesta.
Otra barrera admitida es el costo pues, en promedio, un kilómetro de fibra óptica ronda los $8.000.
“Las inversiones son onerosas a nivel de redes y disponer de capacidad de salida internacional a Internet. Todo debe ejecutarse bajo un principio de retorno de inversión y en particular en el caso ICE como empresa pública. Estas condiciones influyen al evaluar la factibilidad y la rentabilidad. Además, sufrimos pérdidas por robo de cable en nuestra red de cobre lo cual genera una limitante adicional”, indicó Rojas.
Otro punto es que el ICE todavía tiene en uso una red basada en cableado de cobre en todo el país, la cual opera desde 1963 cuando empezó a dar el servicio de telefonía convencional.
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“Invertir en fibra para sustituir esa red de cobre es elevado e inmanejable a corto plazo. El cambio implica brindar una solución al servicio de voz que es poco rentable pues muchos de sus usuarios hoy únicamente consumen el servicio básico de telefonía; no así los de Internet o televisión. Esto limita nuestro margen de acción al ampliar la red de fibra”, explicó Rojas.