Procurar soluciones más profundas para las familias en pobreza es la visión con la que dice llegar al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) la exdiputada liberacionista Yorleny León Marchena, quien desde el 8 de mayo asumió la presidencia ejecutiva de esa entidad, encargada de coordinar todas las ayudas a familias de escasos recursos.
Según la administradora de negocios, quien también figura como ministra de Desarrollo Humano e Inclusión Social, las prioridades son mejorar la focalización de subsidios y la funcionalidad de dichas ayudas.
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“Uno de los temas que me parece fundamental es la precisión de a quién le damos los diferentes beneficios que ofrece la institución, el otro tema tiene que ver con la articulación interinstitucional para poder darle a las personas soluciones que realmente les funcionen, que sean duraderas en el tiempo y que movilicen a esas personas de la condición en la que están en este momento.
“Hoy nosotros nos hemos dedicado a hacer transferencias monetarias, pero eso es insuficiente, eso es solamente una parte de la cantidad de necesidades que tienen las personas y familias que se encuentran en estado de vulnerabilidad, pobreza o pobreza extrema. Entonces, este ejercicio de articular y de dar seguimiento a los acuerdos que se tomen a partir de esa articulación, es vital para lograr mover todo el engranaje que es necesario para poder darle mejores condiciones a todas estas poblaciones”, explicó.
El año pasado, el país destinó ¢581.500 millones a ayudas para poco más de un millón de ciudadanos. Sin embargo, en criterio de la jerarca, todavía hay un asunto de precisión por resolver, ya que un 26,5% de los recursos (¢154.000 millones) quedan en manos de personas que no califican para los subsidios.
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La principal herramienta informática para dirigir correctamente estos recursos y evitar filtraciones es el Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (Sinirube), adscrito al IMAS y que reúne la información socioeconómica del 86% de la población nacional.
No obstante, León advierte que dicho sistema todavía tiene limitaciones las cuales impiden que la totalidad de ayudas llegue a los hogares adecuados.
“Con Sinirube estamos haciendo un trabajo para conocer más a profundidad lo que sucede en el sistema. Hay un proceso de acoplamiento de la Ficha de Información Social (FIS) que utiliza el IMAS para definir a quién se le da una ayuda y a quién no. Ahora tenemos una nueva ficha que se llama RIS (Registro de Información Socioeconómica) que está en el Sinirube y ese acoplamiento entre fichas parece que no se ha dado en el tiempo que se estimaba ni en las condiciones que se esperaban”, comentó.
La jerarca indicó que el sistema presenta márgenes de error “significativos” que se deben depurar para llevarlos hasta los niveles más bajos “que se puedan tolerar en una estructura informática como Sinirube”.
“Hay que incorporar a más instituciones para que alimenten la información y entonces así poder tener un tablero lo más completo posible de datos de cada persona que en este país recibe algún tipo de ayuda o beneficio por parte del Estado. Sin embargo, todavía no estamos completos en ese tablero.
“Y también hay que fortalecer el Sinirube como instancia de trabajo. Son pocos profesionales para el volumen de trabajo que ya maneja el sistema, justamente por la cantidad de datos y por los requerimientos de información que permanentemente se están solicitando y generando”, agregó León.
La jerarca adelantó que una de las formas con las que planea generar soluciones más profundas que no se queden en transferencias monetarias es el fortalecimiento de la Red de Cuido, la cual, según ella, necesita con urgencia encontrar una fuente alternativa de recursos para trabajar mejor.
“Los recursos financieros son insuficientes para la demanda que tiene la Red de Cuido tal y como está. Siempre nos sobrepasa la cantidad de niñas y niños que requieren de una atención como la que se brinda en las redes de cuido que tenemos distribuidas a lo largo y ancho del país, en diferentes modalidades.
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“Entonces, identificar esa posible fuente de financiamiento va a ser fundamental, y lo otro es el hecho de poder precisar muy bien los cupos que tenemos disponibles para aquellos niños y niñas que requieren efectivamente de la atención y el cuido que se le brinda en cada uno de estos espacios”, expresó
En este momento, una de sus mayores preocupaciones es mantener a salvo la gran cantidad de datos que maneja el IMAS y Sinirube, ya que conoce el riesgo en que se encuentra el país por los ciberataques, y por eso ha hecho las coordinaciones necesarias con los departamentos de información.
“Personalmente he tenido comunicación con nuestro departamento de Tecnologías de la Información (TICs) aquí en el IMAS y se tiene un protocolo sumamente estricto y claro que se sigue al pie de la letra justamente para evitar algún tipo de ataque.
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“Al día de hoy el IMAS no ha tenido ninguna vulneración en ese sentido y esperamos seguir así en los próximos meses. De igual manera el Sinirube también tiene un protocolo muy riguroso que siempre se sigue y eso ha evitado que datos tan importantes y abundantes que se manejan ahí no se hayan visto afectados”, finalizó.