Si está considerando comprar un perro de “raza” en un criadero, exija a los vendedores los resultados de exámenes de salud y pruebas de ADN del cachorro. Estos requisitos mínimos le darán garantía de que el animal haya sido criado de manera responsable.
Claudia Anfossi, médica veterinaria, explicó a La Nación que estas pruebas no son exclusivas para perros destinados a la reproducción, sino también para aquellos que serán mascotas. Además, subrayó la importancia de realizar radiografías de cadera y codos, exigir reportes veterinarios avalados por un profesional y, en caso necesario, solicitar el pedigree de ambos progenitores.
Actualmente, numerosas páginas y grupos en redes sociales ofrecen perros por sumas que alcanzan los cientos de miles de colones, la mayoría de ellos operando sin un Certificado de Operación Veterinaria (CVO), según datos de la Secretaría Nacional de Salud Animal (Senasa).
Para evitar compras desinformadas y no fomentar establecimientos irregulares que incurren en maltrato animal, crueldad y violaciones a la legislación vigente, Anfossi explicó en entrevista con este diario las diferencias entre criaderos ilegales y la crianza responsable. Además, se refirió a las consecuencias que enfrentan los animales en estos entornos.
-¿Cuál es su experiencia en la cría de animales de compañía?
- Hay criadores y hay criaderos, y son cosas totalmente diferentes. En un criadero lo que se quiere es tener un montón de perras, hembras, y estar reproduciendo, porque viven de eso. Tienden a ser los lugares donde tienen varias razas, porque no les importa la raza, nada más la que esté de moda. Tienen cero interés por el bienestar animal y lo que quieren es dinero. La perra es una máquina de hacer perritos.
“Después hay criadores, que es la gente que está superenamorada de una raza, la ha estudiado por años, es amante de esa raza, la ha tenido siempre, son casi que expertos, saben más de esa raza que inclusive los libros, saben de familias genéticas, de árboles genealógicos, de perros fundadores de la raza, y tienen esa pasión por mejorarla, por continuarla para ellos mismos, y no lo hace por negocio.
“No son perros que les van a sacar un montón de crías. Es gente que esos perros los entrega con compromiso; tienen contratos de adopción. Es una venta, porque se vende el ejemplar, pero viene con un contrato. La mayoría tiene limitaciones en cuanto a la reproducción de esos cachorros a futuro. La mayoría de esos contratos indica que, si la familia no lo puede tener, tiene que volver al criador.
“¿Qué es lo que pasa? La gente quiere un perro de raza –generalmente de moda, la raza que esté de moda en el momento– pero no quiere gastar. Entonces, eso hace que obviamente se promueva el negocio de la cría irresponsable, donde usted tiene un poco de perras solo pariendo, no se preocupa nada de salud, solo venderlos, y sigue el círculo vicioso”.
-¿Cómo debería funcionar en el mundo ideal una reproducción de perros de compañía de razas finas, por ejemplo?
- Deberían ser perros que cumplan no solo con todos los estándares físicos, sino que tienen que tener todas las pruebas de salud. Esto incluye un examen de ADN, incluye –dependiendo de la raza– radiografías, ya sea de cadera, cadera y codo, columna; también depende mucho de las enfermedades genéticas que tengamos en una raza. En un mundo ideal, cuando usted registra un perro con pedigree, le deberían revisar el perro y ese pedigree debería entregarse cuando se aprueben las pruebas de salud.
“Un pedigree es un papel. El pedigree no habla de salud. De hecho, ni siquiera habla de estándares. Hay razas que no deberían tener ciertos colores, pero como a la hora de sacar un pedigree nadie ve al cachorro, usted nada más manda la solicitud y dice, “Tengo ocho perros. Esos son los papás. Esos son los pedigrees, envíeme los pedigrees de estos ocho perros”. Y tal vez tienen un color que ni siquiera está aprobado a nivel internacional.
“En un mundo ideal usted solo reproducirá perros que tengan todas las pruebas de salud, y solo esos perros recibirían un pedigree para no fomentar que la gente, por un papel que tiene –que no dice mayor parte en cuanto a salud y responsabilidad–, puedan reproducir esos perros”.
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-¿Usted nos podría hablar sobre casos en los que usted ha rescatado?
-Tengo a una clienta y amiga de toda la vida que tiene a Paquito. Paquito es un Yorkie que estuvo en un criadero en la zona atlántica. A mí me contactó una señora que se dedicaba al rescate y me dijo que le habían avisado de este perro, pero que traía muchos problemas de salud. Entonces le dije que yo ayudaba con la parte económica veterinaria y luego le buscábamos casa.
“Paco fue un perro que se utilizó para reproducción. Tenía de cuatro a cinco años cuando fue rescatado y venía con fallo hepático. El hígado venía fatal, la piel terrible, venía con una otitis fatal, esos oídos estaban podridos por dentro, venía con todos los exámenes de sangre alterados…y Paquito de hecho tiene una malformación. Él tiene la parte baja de la mandíbula más corta que la parte superior. Es un perro que jamás debió de haberse reproducido.
“Haya tenido pedigree o no, es un perro que tenía un problema genético, y quién sabe cuántos hijos de Paco andan ahí por el mundo. Él se recuperó, se castró, y se lo dejó una amiga y clienta mía. Lastimosamente, no a todos los perros, como a Paquito, les resulta la vida tan bonita. Muchos mueren en el mismo criadero o mueren en la calle”.
-¿Qué pasa en los casos en los que las personas compran un perro que dice ser de cierta raza, pero al crecer resulta que no es así?
- Ahí hay muchos culpables. A la hora de la hora, usted les dice, “Vean, yo tengo esta persona que reproduce perros responsablemente. Solo tiene esta cría, no va a sacar más crías y vale $3.000”, y esa persona le dice, “ay no, pero eso yo lo consigo en $800”.
“Por esos $800 después se quejan de que no es un perro de raza. ¿Por qué creen que el otro costaba $3.000? Porque se le invirtió en salud y en los padres. Es genética, pero a la gente en el fondo no le importa hasta que el perro crece y ahí sí ven que los engañaron. Esa es la gente que fomenta la cría irresponsable.
“Si no hubiese un mercado para esos perros de raza baratos, esto no pasaría. Ellos se quejan, pero en el fondo son parte del problema. Hasta que uno no eduque al cliente final y esa gente se preocupe por salud y sepa que si usted quiere un perro de raza debería pagar caro –porque no se deberían reproducir como confites, sino específicos y ciertos perros– seguiremos teniendo estos criaderos”.
-¿Cuáles son las consecuencias físicas y emocionales que enfrenta un perro que viene de este tipo de lugares?
- Lo primero es la edad. Un lugar responsable no te va a separar un perro antes de los dos meses e idealmente no se separa a un perro de la mamá antes de los tres meses. Entonces, cuando llegan a consulta con el cachorrito de un mes o mes y medio, uno sabe que eso viene de un lugar irresponsable.
“Luego, los carnés de vacunas. Si ustedes vieran la cantidad de carnés de vacunas que llegan con el sticker de la vacuna que ni siquiera viene firmado por un veterinario, y la gente compró ese perro. La mayoría de criadores va y compra una vacuna, porque lastimosamente en este país las vacunas son de libre venta.
“Son los perros que generalmente vienen superasustadizos y por lo general cuesta montones enseñarles a ir al baño afuera, porque obviamente como nacieron en un criadero, nacieron en jaula, entonces donde duermen tienen que hacer sus necesidades. Son perros que no tienen ese instinto normal de un perro.
“Los perros de criadero generalmente también vienen mucho más pálidos, porque uno sabe que las mamás posiblemente no recibieron las vacunaciones que necesitaban ni los exámenes de salud. Son los típicos perritos que vienen con un carné de vacunas sin firma, que los acaban de comprar del criadero, y vienen llenos de pulgas, garrapatas y con parvovirus.
“Los perros tienden a quedar más pequeños. También he recibido un montón de perros con problemas genéticos como criptorquidia, que solo les baja un testículo y el otro queda adentro, y el criadero les dice a la gente que eso con el tiempo baja, y la gente aún así compra el perro”.
-¿Cuáles son las implicaciones de salud para las hembras?
-Las hembras se desgastan muchísimo con un embarazo. Como mínimo, una perra debería tener dos años antes de reproducirse, y en muchos casos ojalá tres, porque hasta los dos años se pueden hacer ciertos exámenes de salud. Entonces, si no podemos hacer el examen de salud que diga que esa perra está bien de salud y que no va a pasar enfermedades genéticas, no se debería reproducir. Pero hay perras que las reproducen desde antes del año.
“En un criadero se reproducen desde cachorras, entonces todo lo que es su crecimiento quedó truncado. Son perras que generalmente les cuesta más parir, porque antes de llegar a su madurez, sus caderas todavía no están en condiciones para estar pariendo.
“Son perras que a futuro desarrollan muchísimos tumores. Los tumores de mama, por ejemplo, están relacionados con hormonas. Entonces, estas perras que constantemente se dejaron primero sin castrar un montón de tiempo y con este desastre hormonal de estarlas reproduciendo, casi que en cada celo, tienden a tener muchísimos tumores mamarios”.
-¿En Costa Rica la Asociación Canófila, desde su perspectiva como profesional, trabaja con rigurosidad?
-Las canófilas no están diseñadas para fiscalizar la cría. Las canófilas son un archivo de pedigrees, y el papel aguanta lo que usted le ponga. Por ejemplo, yo tengo una perra con pedigree, la cruzo y tiene cuatro cachorros, pero tengo otra perra que tal vez es de la misma raza, no tiene pedigree y parió al mismo tiempo. Entonces, yo digo que la perra de pedigree tuvo ocho cachorros y la canófila me va a mandar los pedigrees de esos ocho cachorros.
“Las canófilas no revisan a los cachorros, la canófila nunca lo ve antes de darle un pedigree, sino que cree en la persona dueña del perro. No es un ente fiscalizador, entonces no es un ente que va a revisar ni los cachorros ni la salud de ellos”.
¿Hay veterinarios que se dedican a esto?
Claro, hay muchos veterinarios que crían. No sé cuáles son sus políticas internas, pero yo puedo decir que en este país con los dedos de una mano puedo contar la gente que cría perros con exámenes de salud y como debería ser.