Sicarios del narcotráfico persiguieron al hondureño José Aníbal Echeverría Ramos por Costa Rica hasta que cumplieron su objetivo de asesinarlo, en una cárcel de su país.
La víctima, de 30 años, intentó ocultarse aquí bajo la identidad de Ángel Efraín Lino Fernández, pero tuvo que escapar en febrero pasado tras un ataque a balazos, registrado en la urbanización Trejos Montealegre, Escazú.
En esa ocasión, el hondureño recibió tres proyectiles. Del hospital CIMA, en San José, se marchó de forma intempestiva, pese a las advertencias de los médicos sobre su delicado estado de salud.
A Echeverría, presunto miembro de una organización narcotraficante, el Tribunal de Sentencias de Trujillo, Colón (Honduras), lo requería por cuanto se le acusó de matar a Osmán Isidro Rivera, el 22 de marzo del 2003.
Rivera, al parecer, formaba parte de la banda de “Los Cachiros”, grupo rival de Echeverría.
Tres atentados
En octubre del 2003, miembros de “Los Cachiros” intentaron acribillar a Echeverría en una calle de San Pedro Sula, pero el hombre sobrevivió.
A Costa Rica el hondureño llegó en febrero pasado con una nueva identidad.
Antes de su llegada, gestionó el envío de su vehículo, un Toyota Tacoma placas PB 8048. Eso al parecer delató su presencia en el país.
Contó a algunas personas que pretendía adquirir una finca en Guápiles para dedicarse a la agricultura, pero apenas pudo permanecer en territorio nacional una semana.
Encapuchados lo interceptaron el 18 de febrero del 2003 cuando llegó a su casa de alquiler, en Trejos Montealegre, Escazú.
Junto a él viajaban su esposa y su bebé, quienes resultaron ilesos. Los desconocidos dispararon tres veces y se marcharon.
A pesar de las heridas, el hondureño condujo al hospital CIMA, carretera a Santa Ana.
Ahí pasó la noche delicado. Horas más tarde, desatendió las recomendaciones de los médicos y salió del centro hospitalario.
“Lo vieron salir con el rostro cubierto por un paño. Tenía que estar conectado a un respirador. Aún así huyó”, contó una fuente cercana a las pesquisas.
Temerosos de un nuevo atentado, Echeverría se hospedó varios días en un hotel de Santa Ana.
Para cuando llegó la orden de captura internacional a Costa Rica, el hombre había salido del país.
El 2 de marzo, Echeverría se marchó a Panamá. Se alojó en unos apartamentos de la capital.
Desde aquí, Interpol San José rastreó su paradero y alertó a sus homólogos del vecino país.
Allá se produjo la aprehensión, el 4 de marzo. Tres días más tarde, Echeverría fue entregado a las autoridades hondureñas.
Último ataque
Jorge Aníbal Echeverría fue recluido en la Penitenciaría Nacional de Tegucigalpa.
El 18 de marzo pasado, otro reo le disparó mientras lo atendían en la clínica de la cárcel.
Las autoridades sospechan que “Los Cachiros” contrataron el crimen. Durante su fuga, Echeverría gozaba de libertad provisional.
En Costa Rica su esposa también utilizó una identidad falsa. Aquí se hizo llamar María del Carmen Espino Amaya.
Según Interpol, los sicarios que intentaron matarlo en Escazú eran extranjeros y se marcharon del país.